La comunidad científica no se pone de cuerdo en si los animales pueden sentir los terremotos, pero lo cierto es que solo hay que observarles para llegar a esa conclusión.
A nadie se le escapa que la mayoría de los animales tienen más desarrollados los sentidos que nosotros los humanos. Es por ello que pueden sentir las ondas sísmicas de los terremotos antes de que se produzcan estos desastres.
Ya en el año 373 a de C, el historiador griego Tucídides informó que ratas, perros, serpientes y comadrejas abandonaron la ciudad de Hélice en los días previos a un catastrófico terremoto.
Mucho antes de que produzca el gran sismo, se producen pequeños temblores imperceptibles para los oídos humanos. Estos sonidos son los llamados infrasonidos y sus ondas tienen entre 2 y 2o hercios. Se producen como consecuencia de cambios en la presión atmosférica, de temperatura, de la humedad, del viento y de los gases.
Uno de los más notables investigadores de terremotos, el Dr. Motoji Ikeya, Geólogo Cuántico, especialista de la Universidad de Stuttgart y de Osaka, nos aclara que, los animales detectan el campo geomagnético de la tierra, percibiendo cualquier cambio en forma inmediata. Esta capacidad les permite seguir sus rutas migratorias y de navegación desde el nacimiento. Alterando el mismo artificialmente en sus estudios, pudo reproducir las reacciones de pánico de los peces y de los gusanos saliendo a la superficie, comportamientos muy similares a los que tuvieron lugar en los animales que presintieron el terrible terremoto de 9.0 en la escala de Richter que sacudió Sumatra el 26 de diciembre de 2004 y su posterior y mortífero Tsunami.
Hay algunos animales que con sus acciones y gestos nos dicen a voces que algo va a ocurrir. Es el caso de los perros por ejemplo, se muestran muy inquietos, aúllan, o bien se sienten muy apegados con sus dueños o de lo contrario se muestran y terminan escapándose para ir a un sitio seguro. Esto sucede solo unos cuántos minutos antes de que se produzcan grandes terremotos. Por encima de los 6 grados en la escala de Richter deberíamos tomarnos muy en serio sus señales, huir de la zona y ponernos a salvo, dado que ellos detectar sonidos de alta frecuencia provenientes de la corteza terrestre que para nosotros son demasiado elevados.
En el caso de los gatos su capacidad sensorial está muy desarrollada. Sus almohadillas sienten las más mínimas vibraciones que se produzcan a su alrededor debido al gran número de terminaciones nerviosas que las conforman. Sus vibrisas o bigotes son sensibles a la presión y el movimiento por lo que también les avisa de los seísmos.
Este vídeo es uno de los más conocidos. Ocurrió en la ciudad japonesa de Osaka y el terremoto alcanzó un 6.1 grados en la escala Ritcher. En estás imágenes se puede ver a los gatos que se encuentran en una conocida cafetería «Cat Café» tranquilos descansando, hasta que algo les alerta de lo que va a suceder.
Otros animales como las hormigas también salen de sus hormigueros aunque sea de noche, exponiéndose a los depredadores. Quizás temen que sus hormigueros las entierren por completo.
Las serpientes salen al exterior aunque sea invierno cuando sienten un terremoto. Gracias al comportamiento de esta especie en el año 373 años a.C, en la ciudad griega de Kelike, las autoridades locales ordenaron la evacuación días antes de que un un gran maremoto de magnitud 7,3 grados en la escala Ritcher asolara la ciudad.
El pez remo o pez sable (Regalecus glesne) habita en aguas profundas, a unos mil metros por encima de la superficie. Según la leyenda japonesa, cada vez que aparece un pez remo se un terremoto, tsunami, ciclón u otro desastre natural va a ocurrir. No en vano, el pez remo precedió con una magnitud 9 en la escala de Richter, en la región de Tohoku. Poco después se desencadenó el desastre de Fukushima. En el año 2.020 también fueron encontrados cerca de la zona de Cozumel, en la costa de México, varios ejemplares. Días después hubo un sismo de 7.5 7,3 grados en la escala Ritcher. ¿Coincidencia o aviso?
Los sapos son otros de los animales que se cree que pueden adivinar que un terremoto va a ocurrir. En China, en la provincia de Sichuan, miles de sapos inundaron sus calles días antes de que ocurriera un mortífero seísmo de magnitud 7.9 que terminó con la vida de casi setenta mil personas.
En el reciente terremoto de Turquía y Siria los pájaros de la zona se mostraban alterados, ruidosos, a pesar de ser de que no hubiese amanecido todavía. En este vídeo lo podemos comprobar:
Pájaros en Turquía actuando raro justo antes del terremoto pic.twitter.com/hhr2XKRF5J
— Mavica (@mavica81) February 6, 2023
Así que no está demás hacer caso a los otros habitantes de nuestro medio y conocer los mensajes que nos lanzan.
Autora: Antonia Villalba