Una investigación realizada por biólogos marinos de la Universidad de Sydney ha descubierto que las estrellas de mar con corona de espinas jóvenes pueden soportar olas de calor muy por encima de los niveles que matan a los corales. Y cuando se convierten en adultas, destruyen los arrecifes justo cuando están rebrotando.
Una estrella sobrevive al calentamiento global y arrasa los corales. Las estrellas de mar corona de espinas son nativas de la Gran Barrera de Coral y se encuentran en la región del Indo-Pacífico.
Están clasificadas como una especie preocupante porque el daño que las grandes poblaciones causan a los corales es más significativo que el que puede ocasionar cualquier otra especie. Son la tercera fuerza destructiva de los corales, tras los ciclones y los eventos de blanqueamiento.
Una estrella peligrosa
Nuevos hallazgos sugieren que la resistencia de la especie al calentamiento de las aguas podría exacerbar el efecto devastador que tiene el cambio climático en los arrecifes de coral. Durante el transcurso del experimento, Los especímenes juveniles de estas estrellas demostraron una tolerancia al calor sorprendentemente alta. Y mucho mayor que la observada en sus homólogos adultos.
Esto significa que, incluso si durante la etapa adulta que se alimenta de corales, esta situación se ve influenciada por el calentamiento de los océanos impulsados por el cambio climático. Tal vez por falta de presas de coral o por el calor, sus crías herbívoras pueden esperar pacientemente el momento oportuno para convertirse en coralívoras.
El blanqueamiento, que provoca la muerte de los corales, puede desencadenarse cuando las aguas se calientan entre 1 y 3 ºC por encima del máximo normal del verano. Y estos episodios dependen de la duración de las olas de calor.
«Descubrimos que las estrellas de mar juveniles con corona de espinas pueden tolerar casi tres veces la intensidad del calor que causa el blanqueamiento de los corales. Y lo logramos utilizando un modelo que mide la temperatura a lo largo del tiempo», dijo el profesor Byrne.
“Este es un hallazgo importante que nos puede ayudar a comprender los impactos del cambio climático en los ecosistemas marinos. Especialmente la influencia que pueden tener ciertas pequeñas especies, crípticas y poco estudiadas.
Jóvenes herbívoras y resistentes
“Los especímenes jóvenes bien podrían beneficiarse del calentamiento de las aguas. El aumento en la cantidad de escombros, generado por el blanqueamiento y la mortalidad de los corales, permite que su número aumente con el tiempo”. La estrella de mar con corona de espinas es el máximo depredador de corales de la naturaleza, con un círculo de vida perfectamente adaptado al calentamiento global de las aguas.
Durante los brotes de su fase adulta carnívora, las estrellas de mar con corona de espinas se alimentan de forma generalizada de corales pétreos, dejando esqueletos sin vida en todo el arrecife. Estos esqueletos eventualmente se convierten en hogar de algas antes de desmoronarse. La mortalidad de corales inducida por el blanqueamiento tiene un efecto similar.
Los restos de coral muerto pueden proporcionar el hábitat perfecto para las diminutas crías de la estrella de mar que se alimentan de algas. Según investigaciones anteriores del profesor Byrne, los especímenes juveniles pueden sobrevivir. Y esperar al menos seis años hasta que el arrecife vuelva a la vida. Y, si se les da la oportunidad, a medida que el coral se recupera, pueden convertirse en depredadores que se alimentan de corales y comenzar el ciclo de nuevo.
Adultos superdepredadores
“Se sospecha que la pérdida de depredadores naturales debido a la sobrepesca y la acumulación de nutrientes en el agua contribuyen a los brotes de estrellas de mar con corona de espinas.
Ahora tenemos pruebas de que la mortalidad de los corales inducida por el blanqueamiento podría ayudar a los juveniles que habitan en el fondo marino. Lo que provocaría grandes oleadas posteriores de adultos en los arrecifes que exacerbarían los estragos del cambio climático”.
Los investigadores también identificaron factores que contribuyen a la capacidad de los juveniles para sobrevivir en condiciones de calentamiento. Destaca que tienen un tamaño pequeño, que puede reducir los requisitos fisiológicos. Y su capacidad para alimentarse de una variedad de fuentes de alimento, a pesar de preferir una dieta de algas coralinas.
Referencia: investigación dirigida por la profesora Maria Byrne de la Facultad de Ciencias de la Vida y el Medio Ambiente, quien también es miembro del Instituto de Ciencias Marinas y del Instituto de Medio Ambiente de Sydney. El artículo se publicó en la revista Global Change Biology.