La tristeza de una raza tan genuina como el galgo

Hablemos del galgo

Hablemos del galgo, no de cualquier lebrel, sino del Galgo Español.  Proceda de la India, Bretaña, Egipto o Etiopía, ahora este compañero de cuerpo inacabable, patas de alfiler, hocico puntiagudo, pecho estrecho, vientre retraído y músculos poderosos es de nuestros campos, de la tierra más seca de la Península Ibérica.

Los faraones o los afganos, primos hermanos, han tenido más suerte que   la suya, pues nuestro amigo no es un perro de lujo, de altos precios, sino de caza en aquellos páramos donde la esquelética presencia del animal acompaña la desnudez del terreno y la sobriedad del hombre.

Tiempo ha que Tiziano o Velázquez pintaban sus excelencias, tiempo ha que en España los galgos eran los favoritos de la Corte y la nobleza. No importaba su escaso olfato y su parvo ingenio, pues sabían se su lealtad inquebrantable, su dureza a prueba de pan duro, y claro está, su incansable carrera hacia el infinito.

Sorpresa de la historia: sí nuestros primeros parques de Covadonga y Ordesa surgieron del impulso de un cazador, Pedro Pindal, las primeras sanciones personales para evitar el robo y el maltrato a los galgos surgieron en el siglo  IX por motivos también cinegéticos.

Y no es hasta entrado el sigo XIX cuando empieza a interesarse la nobleza (la reina Victoria es un claro ejemplo), por las carreras de galgos «sin muerte». Pero la figura del cazador y el galgo es hoy indisociable, conviviendo entre podencos, perdigueros y sabuesos, su especialidad es signo de distinción y astucia.

 

Galgo
Foto propiedad de: miradasdesesperadas.blogspot.com

 

Carreras de galgos

Ya no gusta de concursos y carreras con apuestas múltiples. En España se mantiene agónico en único canódromo el Meridiana (en Cataluña). Ni su terraza acristalada ni el premio «Derby», ni la introducción del Galgo Irlandés, con mayor velocidad punta, hacen que esta afición vuelva a tener esplendor, aunque todavía se mantiene en Australia y Estados Unidos.

Pero las carreras del campo (dos galgos persiguiendo una asustada liebre) se mantienen en Navarra, Toledo, Granada y otros lugares de nuestra geografía. El animal como útil, como objeto de compraventa, de mejora, de instrumento de caza han definido el gusto por este tipo de carreras.

Calcular su número es tarea ímproba. Digamos que al menos hay  cien mil galgos. La mayoría están en Andalucía, Castilla La Mancha, Madrid y… cómo no Extremadura.

Número de Galgos en España por Comunidades Autónomas (Datos estimativos):

  • Andalucía ……………………………. 33.750
  • Castilla León………………………… 8.500
  • Castilla La Mancha………………… 9.600
  • Extremadura………………………… 12.000
  • Madrid……………………………….. 12.300
  • Otras………………………………….. 35.000

TOTAL……………………………………. 111.150

Digamos también que su suerte es dispar y fortuita, casi siempre equivocada.

Gentes transhumantes y costumbres mal usadas, han provocado la alarma. Se les ahorca, colgados de una rama, en un bosque inoportuno y demasiado oculto  para el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia  Civil) No se puede desperdiciar un cartucho, ni ensuciarse las manos con una piedra …..

Autor: Alejandro  León

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