¿Cuál es el impacto del envenenamiento sobre la biodiversidad?

Estiman el número de especies que realmente resultan afectadas por la amenaza que supone el uso ilegal de venenos contra la fauna silvestre, una amenaza desconocida hasta ahora por la baja detección de los casos de envenenamiento en el medio natural.

Millones de animales de miles de especies de fauna silvestre son anualmente víctimas del furtivismo, una amenaza que está llevando a especies icónicas tales como tigres, elefantes, rinocerontes y buitres al borde de la extinción. Las armas de fuego y el uso de trampas y cepos son, junto con el envenenamiento, los métodos más utilizados para la persecución ilegal de fauna.

La práctica del envenenamiento consiste en el uso de cebos –restos de carne, alimentos o cadáveres de animales– impregnados con sustancias tóxicas cuyo objetivo es matar a las especies silvestres que las consumen. Suele estar dirigida hacia especies animales que son percibidas como una amenaza para los intereses humanos como resultado de conflictos de conservación, tales como la depredación sobre el ganado, el daño a cultivos o la competencia por la fauna cinegética, pero también para dar muerte a animales que son utilizados en el comercio ilegal de especies (como los leones y los buitres). Este tipo de delitos contra la vida silvestre ya está considerado como uno de los grandes impulsores de pérdida de biodiversidad mundial.

Los cebos colocados en el medio natural no son selectivos y actúan indiscriminadamente, pudiendo afectar de manera directa o indirecta (por envenenamiento secundario) a gran cantidad de especies animales, desencadenando una amplia cascada de mortalidad críptica de especies en los ecosistemas. De hecho, se estima que tan solo se detecta una fracción muy pequeña de los casos de envenenamiento (5-15%) que ocurren en el medio natural. Aunque esta alta mortalidad críptica era sospechada, no se había estimado su magnitud con precisión, es decir, no se sabía la cantidad de especies e individuos que pueden verse realmente afectados en los ecosistemas o en cada evento de envenenamiento.

 

Cadáver del lobo encontrado en Manzanares el Real / 112 Comunidad de Madrid

 

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (IMIB) y el Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), en colaboración con la ONG portuguesa Palombar y el Parque Nacional de Monfragüe, ha estimado por primera vez la biodiversidad realmente expuesta al envenenamiento ilegal, una amenaza desconocida hasta ahora por la baja detección de los casos de envenenamiento en el medio natural. En trabajo, publicado en la revista Biological Conservation, se basa en un experimento de campo a gran escala con casi 600 cebos simulados distribuidos por los principales ecosistemas de la Península Ibérica y monitorizados con cámaras de fototrampeo.

El estudio registró cerca de 3.100 individuos consumiendo los cebos, y determinó que hasta 47 especies de vertebrados son susceptibles de envenenamiento en la Península Ibérica, desde pequeños roedores como ratones y lirones, y reptiles como lagartos y culebras, a grandes depredadores como lobos, osos y grandes águilas. Un 25% de las especies observadas consumiendo los cebos simulados están catalogadas como amenazadas a nivel nacional o internacional. Las especies que más frecuentemente consumieron los cebos, y que por tanto son más susceptibles de envenenarse, fueron el zorro (Vulpes vulpes), el cuervo (Corvus corax), el buitre leonado (Gyps fulvus), la marta (Martes martes) y la garduña (Martes foina), varias especies de ratones, el jabalí (Sus scrofa) y el perro.

Además de revelar la identidad de la fauna susceptible de envenenamiento, el estudio desarrolla modelos estadísticos capaces de predecir el número de especies e individuos afectados en un evento de envenenamiento según el tamaño del cebo utilizado y el hábitat donde se coloca. El estudio también muestra cómo el tipo de cebo y el hábitat donde éste se encuentre influyen en la identidad de las especies susceptibles de envenenarse.

Los resultados de este trabajo suponen una gran contribución para conocer la verdadera dimensión del impacto del envenenamiento ilegal de fauna silvestre en los ecosistemas. Además, ayudarán a mejorar las tareas de inspección de cebos y animales intoxicados en el medio natural y a combatir más eficazmente esta seria amenaza para la biodiversidad.

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