Las plumas son esenciales para el vuelo y proporcionan aislamiento, protección mecánica y térmica, propiocepción (sensibilidad) y la impermeabilización. Las consecuencias de picoteo de las plumas puede ser estrictamente estético, pero pueden producirse secuelas más graves. La muda aumenta las demandas metabólicas de las aves, y el reemplazo crónico de plumas puede aumentar la susceptibilidad a enfermedades y alterar la capacidad termorreguladora. Las zonas de menos plumas tienden a presentar hematomas con facilidad, y también son posibles las infecciones secundarias.
‘Se debe prevenir el daño permanente de las plumas para que vuelvan a salir’
El picaje es uno de los problemas de conducta más comunes y difíciles de psitácidas. Es una condición en la que los daños producidos impiden el crecimiento normal de las plumas. Se ha descrito como una exageración del comportamiento normal de acicalarse. Sin embargo, los patrones de acicalamiento normales de la mayoría de las especies de psitácidos no se han estudiado, y las aves normales pueden pasar una parte significativa de su tiempo diario dedicado a acicalarse. Independientemente de la duración, en el curso de acicalamiento normal, no debería producirse ningún daño a las plumas o a la piel. Se asocia con la masticación o la eliminación, con o sin daño de tejidos blandos autoinfligidos. El término “trastorno del picaje de plumas” se utilizará en este post para describir el síndrome que involucra unavariedad de comportamientos destructivos de plumas y de tejidos blandos sin etiología médica subyacente aparente. Los signos clínicos son muy variables, van desde daños leves en pluma localizados, a áreas completamente desnudas y laceraciones de tejidos blandos. El daño es producido en áreas del cuerpo que son accesibles a las aves, y la cabeza no está afectada. Los sitios más comúnmente afectados son el pecho, debajo de las alas, dorso y plumas primarias.
ESPECIES PREDISPONENTES: Loros del gris africano, guacamayos, cacatúas, conuros, eclectus y catitas. Es menos común en periquitos, ninfas, y loros amazonas.
DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO: El arrancamiento o pérdida puede ser consecuencia de una variedad de causas médicas, ambientales o de comportamiento. El ‘auto-trauma’ a las plumas o la piel es un síntoma inespecífico que tiene muchas posibles etiologías. Los trastornos médicos, deficiencias nutricionales, exposición a tóxicos e irritantes ambientales deben ser considerados en cualquier caso de picoteo de plumas. Es necesario también abordar las complicaciones médicas derivadas del trauma y los problemas médicos primarios.
Todas las aves con anomalías de plumas necesitan una historia clínica y un examen físico, así como pruebas de diagnóstico apropiado. Cualquier plan de tratamiento debe abordar tanto las necesidades físicas como mentales del paciente.
-Es necesario un examen físico completo. Las anomalías de plumas se limitarán a las zonas que el ave puede alcanzar. Puede haber evidencia de plumas masticadas, tejido blando dañado, plumas que faltan, o recrecimiento de plumas.
-Entre las pruebas de diagnóstico pueden incluirse examen fecal, raspados de piel, hematología, bioquímica, análisis, radiografías, cultivo y sensibilidad bacteriana o micótica de pulpa de la pluma, y la citología de la piel, folículos de plumas y biopsias de piel y pruebas virales. También se debe abordar la calidad del aire, el nivel de humedad, y la exposición a toxinas, productos químicos o el humo.
-Tomar una historia clínica detallada del comportamiento del paciente aviar requiere tiempo, pero es un componente muy importante del proceso de diagnóstico. La información obtenida de la historia ayudará no sólo en el diagnóstico, sino también en el diseño de un plan de tratamiento integral. Para aumentar la eficiencia, los clientes pueden completar un cuestionario antes de la cita. Una historia clínica detallada del comportamiento debe incluir información sobre el inicio de la recolección de plumas, los cambios ambientales asociados con la aparición de la conducta, la duración de la enfermedad, la hora del día cuando es más intenso ese comportamiento, la progresión de los signos, las consideraciones de vivienda, interacciones sociales con otras aves y cuidadores humanos, una descripción de los comportamientos anormales, las pautas estacionales que pueden ser evidentes, y las respuestas a los tratamientos anteriores. Se debe obtener información adicional de los estímulos desencadenantes, cómo se termina la conducta, si la conducta puede ser interrumpida, y cómo el cuidador reacciona al comportamiento. Es importante también la información del origen del ave: si es criada a mano, procedencia, la edad al destete, las experiencias adversas tempranas, casas anteriores, y el contacto con otras aves y personas durante posibles periodos sensibles de desarrollo. Se debe preguntar al propietario minuciosamente acerca de la nutrición, qué alimentos se ofrecen, qué se comen, y las cantidades consumidas.
LOS DIFERENCIALES MÉDICOS que deben ser considerados incluyen endoparasitismo, enfermedades sistémicas, enfermedades infecciosas (circovirus, poliomavirus), desnutrición, y neoplasia. Se ha asociado Giardia con el picaje, particularmente en Ninfas. Las causas menos comunes de picaje incluyen ectoparasitismo, dermatitis infecciosa primaria o foliculitis y desequilibrios endocrinos. La influencia de prurito, alergias y la hipersensibilidad en el comportamiento del picaje es claro, aunque se está avanzando en las pruebas de diagnóstico para las alergias en los pacientes de psitácidos.
Autor: Juan Luis Sánchez de León Sierra – Veterinario especializado en animales exóticos
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