ANECPLA advierte de la peligrosidad de las cotorras para las especies autóctonas

Cotorra
  • Desde 1986 hasta el año 2005, en que se prohibió la importación de aves silvestres dentro de la Unión Europea, han entrado de manera legal en España más de 200.000 cotorras, una de las especies de aves más invasoras a nivel europeo.
  • Ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla son algunas de las localidades más afectadas, si bien ya se empiezan a extender más allá de los núcleos urbanos.
  • La proliferación de esta especie puede suponer la transmisión de enfermedades a los seres humanos y la extinción de determinadas especies autóctonas, además de acarrear graves problemas de seguridad y salubridad en las ciudades.

No es oro todo lo que reluce, y si lo dice el refrán, por algo será. A veces, no debemos fiarnos de lo que ven nuestros ojos ya que, un pequeño pájaro de suave plumaje verdoso y pequeño pico naranja, puede convertirse en la peor pesadilla de otras aves, de otras especies de animales, la flora e incluso de los seres humanos.

Las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) y las cotorras de Kramer (Psittacula krameri) son dos especies de aves exóticas que no pasan desapercibidas debido a su exuberante plumaje y a sus peculiares cantos y que, procedentes de África, Asia y Sudamérica, están tiñendo de verde los parques y jardines de una gran cantidad de ciudades españolas debido a su alta capacidad reproductora y de adaptación a diferentes tipos de hábitat.

Cotorras

A raíz de las numerosas sueltas continuadas, ya en 2015 eran más de 23.000 los ejemplares de cotorras salvajes nacidas en libertad, según un censo elaborado en este año por la organización SEO/Birdlife, la Sociedad Española de Ornitología, con la colaboración de 600 voluntarios. Las principales ciudades afectadas son Madrid -dónde se calcula habitan casi la mitad de todas las que hay-, pero también Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Cádiz o Santa Cruz de Tenerife, entre otras. Actualmente, ese número de individuos se ha visto incrementado en un 25% desde el último censo y se han convertido de esta forma en una de las especies de aves invasoras más peligrosas de Europa.

 

 

La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) reclama medidas urgentes que contribuyan a controlar esta especie, especialmente al posicionarse como potencial transmisor de enfermedades como la psitacosis o la gripe aviar a los seres humanos y que están afectando seriamente a la fauna y flora endémica española.

A mayor importación, mayor población

Las psitácidas o loros (grupo al que pertenecen, tanto la cotorra de Kramer como la cotorra argentina), son uno de los grupos de aves más comerciados mundialmente, casi en su totalidad para ser vendidos en el lucrativo negocio del ‘mascotismo’. Los investigadores encontraron que solamente en España se importaron legalmente más de un millón de psitácidas de 252 especies diferentes desde 1986, año en que se prohibió la importación de aves silvestres dentro de la Unión Europea (Convenio CITES), siendo la cotorra argentina y la de Kramer la segunda y la quinta especie respectivamente que más se importaron.

La proliferación de esta especie puede suponer la transmisión de enfermedades a los seres humanos y la extinción de determinadas especies autóctonas, además de acarrear graves problemas de seguridad y salubridad en las ciudades.

Así pues, durante este periodo entraron, de manera legal al país, más de 150.000 individuos de cotorra argentina (procedentes mayoritariamente de Uruguay) y cerca de 63.000 ejemplares de cotorra de Kramer (principalmente de Pakistán), sin contar aquellos que entraron previamente al convenio CITES o los procedentes del tráfico ilegal según una investigación llevada a cabo por la organización SEO/Birdlife.

Una vez en suelo español, las cotorras aprendían a abrir sus jaulas y se escapaban o eran directamente liberadas por sus dueños, ante el griterío que organizan dentro de las casas. De esta forma, una vez estando en libertad, las cotorras comenzaron a reproducirse entre ellas a gran velocidad creando así grandes bandadas que son, a día de hoy, un verdadero problema para el resto de fauna y flora del entorno.

 

Cotorras

Causas del crecimiento sin control de las cotorras

Aunque no se puede determinar con exactitud las causas del crecimiento tan elevado de esta especie en las ciudades, ANECPLA apunta a su elevada capacidad de adaptación y a una combinación de factores – tales como la facilidad, cada vez mayor de alimentarse en los núcleos urbanos, además de una ausencia real de depredadores – como las principales hipótesis que explican su fortaleza, resistencia y aumento poblacional. –

Esto, sumado al cada vez mayor abandono registrado de ejemplares por parte de particulares que los adquieren como mascotas en primera instancia y que se acaban cansando de ellos por sus constantes cánticos, puede haber influido de forma determinante en el crecimiento sin control de una especie que, además, es especialmente longeva pudiendo llegar a vivir más de dos décadas.

“Es importante que se ataje este problema por parte de las administraciones”, demanda Milagros Fernández de Lezeta, directora general de ANECPLA, ya que “a los tradicionales factores que contribuyen a la expansión de ciertas especies que representan algún tipo de riesgo para la salud, el bienestar de los ciudadanos y la biodiversidad, se les suman hoy el cambio climático y el tráfico internacional de mercancías y de personas” continúa diciendo. Es por ello necesario un control eficiente y a tiempo para atajar la problemática de las cotorras y otra serie de especies invasoras y plagas.

Conflicto con la fauna y flora endémicas

No sólo la velocidad de expansión de esta especie invasora supone un problema para el ciclo biológico natural, sino que su agresividad y desprecio ante otras especies endémicas autóctonas ha supuesto un factor de riesgo para la supervivencia de estas últimas. Así, el murciélago más grande de Europa, el nóctulo mayor o Nyctalus lasiopterus, refugiado en el sevillano Parque de María Luisa desde hace más de 50 años, vive ahora atosigado por la cotorra de Kramer que picotea agresivamente sus finas alas hasta que éstos caen al suelo y son devorados por ratas, gatos y otro tipo de animales. ¿El motivo? Los pequeños nidos de estos murciélagos fabricados en lo alto de los árboles y que son aprovechados por las cotorras para criar a sus polluelos.

Otro gran conflicto provocado por la aparición repentina de estas especies es la reducción de la población del cernícalo primilla, especie catalogada en peligro de extinción y cuyo número de individuos ha descendido en un 53% en los últimos años por la misma causa que los murciélagos: la ocupación de sus lugares de nidificación y la violencia ejercida por las cotorras. Las colonias de gorriones también han decrecido en torno a un 7% de media en toda España debido a la superioridad física, de volumen, fuerza y resistencia de las cotorras.

Gorriones y palomas son otras dos especies de aves directamente afectadas por la invasión de cotorras. Según la organización SEO/BirdLife, el número de gorriones ha disminuido en España desde 1998 hasta un 15% y continúa descendiendo, hasta el punto de que, a lo largo del año 2016, desaparecieron 12 millones de ejemplares. Entre las causas fundamentales: la falta de alimento originada por la competencia de especies invasoras como la cotorra, quien, además de pelearle el alimento a los gorriones, es también proclive a adueñarse de los nidos de las palomas no sin después dejarles en “justo pago” un buen número de parásitos.

Pero no sólo la fauna nativa se ha visto afectada por estos exóticos invasores, la flora también ha sufrido, y mucho, la inclusión de estas dos especies de cotorras en España por cuanto que, según explica Fernández de Lezeta, “necesitan construir nidos y para ello cortan ramas de los árboles próximos”. También los campos de cultivo de la periferia de las grandes ciudades se han convertido en víctimas de estos llamativos pájaros, aparentemente tan bonitos.

Consecuencias para la salud pública, la seguridad y la higiene ambiental

Para más inri, este tipo de ave puede ser transmisora de diferentes enfermedades que afectan directamente a los seres humanos como por ejemplo puede ser la gripe aviar, tan extendida en nuestro país o la psitacosis, una dolencia con síntomas similares a los de la neumonía y de la cual se han dado, en el último año, cuatro casos verificados por el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid a raíz de un brote de irracional de fiebres altas entre los trabajadores de una tienda pájaros y que efectivamente, estaba originado a raíz de la introducción de dichas especies al establecimiento.

Estas aves pueden también influir severamente en la infección parasitaria entre los diferentes tipos de especies aviarias que conviven en un mismo hábitat, siendo los polluelos las principales víctimas de estas infecciones y que pueden llegar a ocasionar incluso su muerte reduciendo así las poblaciones de aves nativas que no son capaces de hacer frente a dichos parásitos. “Y todo ello sin olvidar”, según apunta la directora general de ANECPLA, “que los nidos que las cotorras construyen para sus crías son especialmente voluminosos y pesados, muy capaces de quebrar las ramas de los árboles que los sostienen, con el consiguiente peligro que esto supone de caer a la vía pública y generar accidentes”.

Cotorras

Por último, resulta importante destacar que la presencia masiva de estos ejemplares provoca mucho ruido -por su canto constante y ensordecedor-, así como la suciedad creada alrededor de sus nidos. Esto puede llegar a traer graves problema de salubridad, higiene y sanidad ambiental en las ciudades más afectadas. Una situación nada favorecedora y extremadamente desagradable que debe atajarse lo antes posible. “Todas estas amenazas exigen una gestión adecuada en las ciudades con la finalidad de salvaguardar la salud de los ciudadanos”, apunta Milagros Fernández, que reclama “medidas urgentes para controlar estas especies”.

ANECPLA reclama medidas preventivas y de control

Por todo esto, ANECPLA insta y hace un llamamiento para que la Administración en general adopte medidas de control profesional y permanentes en el tiempo que pongan fin al constante aumento de esta especie invasora. El control y la retirada de huevos en la época de anidación (sobre todo durante el invierno), así como la captura y reducción del número de ejemplares adultos, son algunas de las medidas directas que se recomiendan desde ANECPLA.

La Asociación subraya, además, que sólo con la intervención de empresas de control de plagas y sanidad ambiental especializadas en aves, que cuentan con los medios técnicos necesarios y con profesionales debidamente formados e informados, se puede alcanzar una gestión sostenible de esta situación. ANECPLA es la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental. Constituida en 1992, asocia a más de 480 empresas que representan, aproximadamente, el 85% del volumen de facturación del sector en España, y cuyos principales objetivos se centran en la consolidación de un sector profesionalizado que vele por la salud pública y el medio ambiente y la lucha contra el intrusismo.

 

Desde Infomascota.com os rogamos que si no estáis seguros de poder darle una vida digna a un animal de éste tipo, por favor no lo adquiráis y mucho menos lo soltéis a su suerte.

 

Autor: ECOticias.com

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