Sobrepeso y obesidad en los perros: síntomas y soluciones para combatir estos problemas de salud

Perro obeso

La obesidad es un mal común, no solo para los humanos sino también para las mascotas. Casi dos de cada diez personas son obesas o tienen problemas de sobrepeso en España y se calcula que a nivel mundial los perros afectados por este problema oscilan en una amplia  horquilla entre el 30% y el 60%.

Uno de los objetivos de la Real Sociedad Canina de España (RSCE) es favorecer el bienestar animal y por ello queremos advertir de los peligros que tiene para los animales la obesidad, que se define como un exceso de grasa corporal suficiente como para producir enfermedad.

En perros, el sobrepeso comienza cuando el animal sobrepasa entre un 15 y un 30% el peso establecido como normal para la raza. A partir de un 30%, estaríamos hablando de obesidad.

Ofrecer una golosina ocasional a los animales no entraña ningún riesgo pero si se hace de forma frecuente puede ser muy perjudicial para su salud, sobre todo si no va acompañada de una dieta saludable y una cantidad suficiente de ejercicio. Además, en el invierno tanto humanos como animales suelen consumir más calorías que en otras épocas y cuando esas calorías extra no se gastan, la grasa se acumula en el cuerpo.

El sobrepeso perjudica la calidad de vida de los perros, acorta su esperanza de vida y, a la larga, reduce su bienestar y felicidad. Acarrea enfermedades cardíacas, puede provocar diabetes y generar malformaciones en los animales que pueden terminar afectando gravemente a las articulaciones,a la espalda o causar artritis.

Por todo ello, desde la Real Sociedad Canina de España, y siguiendo los consejos de The Kennel Club, la organización británica más importante de cría de perros de raza fundada hace 149 años y una de las más reconocida del mundo, detallamos algunas pautas para detectar el sobrepeso y la obesidad en los perros, y algunas indicaciones para combatir este problema de salud, que es cada vez más habitual.

 

Perro obeso

 

Los síntomas

¿Cómo saber si un perro tiene un peso excesivo? Muchas veces presentan patrones idénticos a los humanos: una cara más grande y redonda, cuello grueso y graso, pereza a la hora de caminar o hacer deporte, respiración entrecortada, falta de aliento…

Además, hay otras características propias de los canes como la dificultad para palpar las costillas al acariciarles el lomo o la ‘desaparición’ de la cintura en función del lugar desde donde les observemos.

Si el animal tiene uno o varios de los rasgos anteriores, es hora de ir al veterinario.

Las soluciones

Como si de una persona se tratara, hay que idear un plan. Y un plan puede comenzar por una visita al veterinario, para averiguar si la causa del sobrepeso guarda relación con algún problema médico no detectado.

Si la respuesta es que no, hay que cerciorarse igualmente si el animal tiene otras dificultades en el organismo que le dificulten perder peso. Un ejemplo son las alergias a ciertos alimentos.

El veterinario, al igual que el nutricionista, ideará un programa para adelgazar. El programa va a abordar los alimentos a ingerir, el tipo de dulces o golosinas que podremos darle, las veces que el perro debe pasear o hacer ejercicio… Para el éxito de este plan, el veterinario tendrá que monitorear el peso del perro cada tres semanas aproximadamente.

Hay que establecer objetivos realistas, no imposibles; estos últimos solo frustrarán a criadores y animales. Hay que tener paciencia. Una meta realista es perder el 1% o 2% del peso corporal cada semana: como en el caso de los humanos, los primeros días tendremos la sensación de que la dieta no funciona. La realidad es que ese baremo del 1% o 2% es ideal: ni demasiado rápido ni demasiado lento.

Buscar apoyo adicional a las visitas al veterinario también es importante. Hablar con los dueños de otros animales que hayan vivido situaciones similares y puedan brindar consejos no solo es útil, sino que aporta apoyo emocional, algo nada baladí. Que se junte con otros perros para jugar apunta en la misma dirección, además del ejercicio practicado.

Un registro diario de la ingesta de alimentos es muy práctico. ¿No apuntan acaso los humanos lo que consumen? Es una manera de evaluar si el programa funciona. Si no se pierde nada de peso, hay que alterar la alimentación. Si se pierde demasiado rápido, hay que añadir. Informar al veterinario de los avances o retrocesos es relevante.

Atención con la pérdida demasiado rápida de peso. De suceder esto, es algo muy poco saludable. Adelgazar es algo gradual: no hay que pasar hambre ni extenuarse a hacer ejercicio. El consumo de agua debe ser elevado en todo momento, so riesgo de deshidratación.

En cuanto a la dieta, hay alimentos prohibidos para los perros, como cebolla, chocolate, azúcar y todo tipo de dulces. Cuidado con las sobras de la mesa, a menudo altas en calorías. Entre los alimentos aceptables, están los ricos en fibra pero bajos en grasa: pienso para perros fundamentalmente, pero también la zanahoria, la calabaza cocida o el arroz integral.

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