Cómo mantener a tu degú sano y feliz
Los degúes son roedores domésticos de cola larga y orejas grandes que, a pesar de su pequeño tamaño, poseen una notable fortaleza. Sin embargo, necesitan nuestra ayuda para reforzar sus defensas naturales y prevenir enfermedades.
1. Alimentación equilibrada y específica
Una dieta variada y adecuada es esencial para que el degú obtenga los aminoácidos que necesita para mantenerse sano. Es fundamental evitar alimentos ricos en azúcares, ya que pueden provocarles diabetes, y también moderar las grasas, que pueden causar problemas hepáticos.
Opta por alimentos de calidad en lugar de opciones baratas y pobres en nutrientes. Recuerda que una buena alimentación actúa como un escudo protector frente a muchas enfermedades.
2. Higiene del hábitat
Mantener su jaula limpia es clave para evitar la proliferación de bacterias infecciosas. Limpia con frecuencia el sustrato, cambia el agua a diario y desinfecta comederos y accesorios regularmente.
3. Control de la temperatura
Evita exponer a tu degú a cambios bruscos de temperatura. Son muy sensibles a estos contrastes, lo que puede comprometer su sistema inmunológico. Asegúrate de que su jaula esté en un lugar bien ventilado, pero sin corrientes de aire ni exposición directa al sol.
4. Salud bucodental
La boca es una de las zonas más delicadas del degú. Sus dientes crecen continuamente, por lo que necesitan roer objetos duros (como madera natural no tratada o bloques minerales) para mantener una longitud adecuada. Si los dientes crecen en exceso, pueden afectar su mandíbula y causarle dolor o infecciones.
5. Suplementos y vitamina C
El heno es indispensable en su dieta, no solo por su aporte de fibra, sino también por su contenido en vitamina C. También puedes complementar su alimentación con productos destinados a cobayas, que contienen esta vitamina esencial.
6. Observación y comunicación
Una ventaja de los degúes es su capacidad para comunicarse. Si algo no va bien, lo demostrarán mediante vocalizaciones, cambios en su pelaje, lenguaje corporal o comportamientos como el letargo o la falta de apetito. En esos casos, no dudes en acudir a un veterinario especializado en animales exóticos.