Cuando un pez nada de lado, se trata de un síntoma anormal que casi siempre indica un problema interno, especialmente relacionado con la vejiga natatoria, aunque también puede deberse a factores como la alimentación, infecciones, parásitos o lesiones. Este comportamiento es una señal de alerta que no debe ignorarse.
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¿Qué es la vejiga natatoria y por qué es tan importante?
La vejiga natatoria es un órgano lleno de gas que permite a los peces controlar su flotabilidad. Gracias a ella, el pez puede mantenerse suspendido en el agua sin esfuerzo, ascender o descender sin hundirse o flotar sin control.
Si este órgano se inflama, se obstruye o deja de funcionar correctamente, el pez puede:
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Nadar de lado.
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Flotar boca arriba o cabeza abajo.
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Hundirse al fondo sin poder subir.
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Perder el equilibrio al intentar nadar.
Causas comunes por las que un pez nada de lado
1. Trastornos de la vejiga natatoria
Una de las causas más frecuentes. Puede deberse a:
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Infecciones bacterianas internas.
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Malformaciones congénitas (especialmente en peces de cuerpo redondeado como el goldfish).
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Lesiones o golpes que dañen el órgano.
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Inflamación causada por gases intestinales o presión de órganos agrandados.
2. Estreñimiento o mala digestión
El exceso de comida seca o la falta de fibra puede provocar que el sistema digestivo del pez se inflame, afectando la vejiga natatoria.
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Síntomas comunes: abdomen hinchado, letargo, dificultad para nadar.
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Muy común en peces alimentados exclusivamente con hojuelas o pellets secos.
3. Mala alimentación
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Comida en mal estado, poco variada o seca puede causar gases o estreñimiento.
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Tragar aire al comer en la superficie también puede afectar el equilibrio del pez.
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Una dieta pobre en fibra vegetal es un desencadenante común.
4. Golpes o traumas
Un golpe contra decoraciones, filtros o el cristal puede dañar internamente al pez, incluyendo la vejiga natatoria.
5. Parásitos y enfermedades internas
Algunas infecciones por protozoos, bacterias o incluso virus pueden atacar órganos internos, afectando el equilibrio y el nado.
6. Problemas del entorno
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Mala calidad del agua (altos niveles de amoníaco, nitritos o pH inadecuado).
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Cambios bruscos de temperatura.
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Falta de oxigenación.
¿Qué puedes hacer para ayudar a tu pez?
🔹1. Haz un ayuno controlado (24 a 48 horas)
Evita alimentarlo por uno o dos días. Esto le permitirá desinflamar el sistema digestivo si el problema es estreñimiento o gases.
🔹 2. Dale guisantes cocidos sin piel
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Cocina un guisante, quítale la piel y machácalo.
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Dáselo en pequeñas porciones. El alto contenido de fibra ayuda a liberar el sistema digestivo.
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No uses sal ni condimentos.
🔹 3. Revisa la calidad del agua
Usa un kit de pruebas para verificar:
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Amoníaco: 0 ppm
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Nitritos: 0 ppm
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Nitratos: < 20 ppm
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pH: según la especie (generalmente entre 6.5 y 7.5)
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Temperatura adecuada
🔹 4. Separa al pez si es necesario
Si otros peces lo molestan o si el pez está muy débil, puedes aislarlo en una pecera hospital para evitar estrés adicional.
🔹 5. Consulta con un veterinario especializado en peces
Si el comportamiento no mejora en 2 o 3 días, o si el pez empeora, consulta con un profesional que pueda hacer un diagnóstico preciso y recetar tratamiento antibiótico o antiparasitario si es necesario.
¿Cuándo es urgente?
Lleva a tu pez a revisión si:
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Tiene el abdomen muy hinchado.
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Presenta heridas visibles o manchas extrañas.
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Deja de comer completamente.
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Nada boca arriba por más de unas horas.
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Hay otros peces con síntomas similares.