Es fácil que si hemos observado a dos perros o a dos gatos juntos que alguna vez les hayamos visto olerse el “culete” y que uno a otro haya intentado lamerle esa zona. Esto que a ojos humanos puede parecer desagradable es una conducta de lo más habitual entre caninos y felinos.
Cómo nos explica un veterinario consultado en GlobalMascota es una forma de transmisión de mensajes codificado en lenguaje canino y felino que vamos a descifrar a continuación.
¿Pero por qué se huelen el trasero?
Este comportamiento es una forma de comunicarse, interactuar y recabar datos sobre el otro individuo. Esta comunicación se realiza a través de las glándulas anales o perianales. Cada perro o gato segrega una información química única a través de determinadas secreciones como individuos.
Glándulas anales
Las glándulas anales se sitúan dentro del ano de los peros y los gatos a los lados del mismo, entre las cuatro y las ocho de las agujas del reloj. Contienen una sustancia aceitosa con muy mal olor (para humanos) pero para ellos es una fuente de información. Cuando un perro o un gato huele a otro lo que esta es recabando información de su estado: respuestas a las preguntas tipo: ¿cómo estás?, ¿te apetece jugar? ¿tienes miedo? ¿estás lista para copular? También se utiliza para marcar el territorio.
Lo normal es que cuando un felino o can defeque estás glándulas se vacíen por sí solas, pero puede ocurrir que por algún motivo no sea así y pueda convertirse en un problema.
Saculitis anal en perros y gatos
Cuando el perro o el gato arrastra el “culete” por el suelo es un signo evidente de que sus glándulas anales no han sido vaciadas, ocurre cuando el saco se llena de fluido hinchándose de forma creciente. Esto se conoce como “saculitis anal” o “impactación de las glándulas anales”. Al animal le produce picazón, molestias durante la defecación con posible sangrado alrededor del ano, así como inflamación de la zona con dolor. Sí las glándulas fistulizan pueden dar lugar a una infección, por lo que es muy importante acudir al centro veterinario de referencia.
Síntomas de la impactación anal
Aquí exponemos los síntomas más frecuentes que nos muestran nuestros “peludos”:
- Sentado frota el ano contra el suelo con la perspectiva de que así se vacíen las glándulas anales
- El perro o el gato se lame la zona del ano con obstinación
- Gira sobre sí mismo intentando perseguir y lamer la zona
- Los perros meten la cola entre sus patas y se niegan a andar
- Olor muy fuerte y repulsivo en la zona anal
- Hace muchos esfuerzos a la hora de defecar
- Dolor durante las deposiciones
- En ocasiones puede producir fiebre e incluso vómitos
¿Qué hacemos si observamos estos síntomas?
Lo primero será llevar a nuestro perro o gato al veterinario. En la clínica le realizarán un vaciado de las glándulas y extraerán el líquido. Y nos orientarán para que esto no sea un problema recurrente en nuestra mascota.
Prevención
- Evitar la obesidad en nuestra mascota
- Prevenir el sedentarismo
- Dar una alimentación adecuada a nuestro “peludo”
- Mantener una buena higiene es fundamental
Autora: Antonia Villalba