Cualquiera que tenga gatos y haya dejado una caja de cartón a su alcance se habrá percatado de la fascinación que sienten los felinos por las cajas. No importa ni su tamaño, ni mucho menos lo que haya dentro. Sí nuestro bigotudo ve ahí, una caja abandonada a su suerte lo más probable es que se cuele dentro sin pensárselo, es todo un regalo de los dioses gatunos. Pero, ¿por qué ocurre esto? Hay varias razones biológicas, psicológicas y de comportamiento que explican esta atracción.
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1. Instinto de supervivencia: un refugio seguro
Los gatos son depredadores por naturaleza, pero también pueden ser presas en la vida salvaje. En su entorno natural, buscan espacios reducidos para esconderse y protegerse de posibles amenazas. Una caja cerrada con una sola apertura se convierte en el escondite perfecto: desde ahí pueden observar su entorno sin ser vistos y atacar si es necesario.
Este instinto se mantiene incluso en los gatos domésticos. Aunque vivan en un ambiente seguro, su necesidad de refugio sigue presente, y una caja les proporciona ese espacio de tranquilidad donde nadie los molestará.
2. Un excelente aislante térmico
Los gatos buscan el calor constantemente, ya que su temperatura corporal ideal ronda los 38-39°C. Las cajas de cartón son un excelente aislante térmico, lo que significa que dentro de ellas pueden mantener mejor su temperatura. En climas fríos, una caja se convierte en un lugar acogedor y cálido para descansar. Y ya se sabe los gatos son los seres más frioleros, cuanto más calorcito tengan mejor.
3. Curiosidad innata: explorar lo desconocido
Los felinos son extremadamente curiosos, y cualquier objeto nuevo en su territorio despierta su interés. Una caja representa algo nuevo por investigar, olfatear y explorar. No importa si antes estaba vacía o si contenía un electrodoméstico recién comprado, para un gato es un mundo de posibilidades.
Incluso si ya ha explorado una caja antes, el simple hecho de que sea un objeto «novedoso» en el entorno le resulta atractivo.
4. Diversión asegurada: un gran juguete
Las cajas no solo son refugios, sino también juguetes interactivos. A los gatos les encanta saltar dentro y fuera de ellas, arañarlas, empujarlas o acechar desde su interior. Algunos incluso las utilizan como escondites para jugar con otros gatos o con sus dueños, saltando de manera sorpresiva.
Si les das una caja grande, seguramente tu gato encontrará mil maneras de entretenerse con ella.
5. Reducción del estrés: un espacio personal
Los bigotudos que tienen acceso a cajas cuando llegan a un entorno nuevo muestran menos signos de estrés. Por ejemplo, en centros de rescate o al ser adoptados, los gatos que disponen de una caja donde esconderse se adaptan más rápido que aquellos que no la tienen, para ellos es un refugio seguro.
Esto se debe a que un espacio reducido y cerrado les permite calmarse, sentirse seguros y controlar su entorno. En situaciones estresantes, una caja puede ser su mejor aliado.
6. Territorialidad: marcar su espacio
Los gatos son animales muy territoriales y disfrutan de lugares donde puedan marcar su olor. Cuando un gato se frota contra una caja o la rasca, está dejando su aroma y reclamándola como suya. Esto hace que se sientan aún más cómodos y relajados dentro de ella.
7. Un refugio contra el exceso de estimulación
Los gatos pueden sentirse abrumados por demasiados estímulos: ruidos fuertes, muchas personas en casa o incluso un ambiente demasiado abierto. Una caja actúa como un refugio donde pueden aislarse del mundo exterior y relajarse sin interrupciones.
Si tienes un gato, probablemente ya lo has visto enamorarse de una caja en más de una ocasión. Y ahora sabes que no es solo por diversión, sino por instinto, comodidad y seguridad. Así que, si alguna vez te preguntas si deberías tirar una caja o dársela a tu gato… ¡ya sabes la respuesta, el bigotudo la quiere ! 😺📦