No para de llover, ¿qué hacemos con el perro?

LLuvia con perro

En estos días de lluvia, con sus crecientes tormentas son muchas las personas que vienen a las clases grupales o que me reciben en sus domicilios con un amargo pesar porque sus compañeros caninos están que se suben por las paredes: “claro, como está lloviendo a penas sale…”

Y sin embargo la lluvia es una fantástica oportunidad para desarrollar otro tipo de actividades que en otras ocasiones se nos quedan un poco olvidadas.

Desempolvar buenas costumbres o ser creativo con otras nuevas es un estupendo ejercicio para nuestra cabeza, pero además será estupendo también para nuestros compis.

Entonces, ¿qué soluciones tenemos para esas tormentas copiosas que sólo animan a pedir a nuestros perretes que se desahoguen rápidamente para volver cuanto antes a la seguridad del hogar?

Rueda. Pipa jugando

Ejercicios de olfato

Tienes muchas opciones para hacer que los cánidos se lo pasen fenomenal con estos juegos. Aquí van algunas ideas:

  • Jugar con el perro con su juguete favorito, cerrarle el acceso al resto de la casa y a continuación pedirle que lo busque. El refuerzo puede ser continuar un ratito más jugando con él a tirar de la cuerda (por ejemplo) antes de repetir la operación.
  • Pon comida en una de tus manos y enseña a tu perro a marcar la que tenga la comida. ¡Solo puede usar su olfato! Si lo adivina, ¡tendrá un sabroso refuerzo!
  • Con el perro en una habitación, alguien de la familia se esconderá para que, tras la señal, pueda ir a encontrarlo. Los mimos y los juegos cuando consiga encontrarle, ¡serán un refuerzo extraordinario! A veces no utilizan el olfato, pues ya conocen la casa y dónde buscar, pero igualmente será un juego divertido para ellos.
  • Esparce la comida que más le guste en distintas zonas de la casa. No olvides las alturas o los lugares un poco más difíciles de llegar, junto con algunos más sencillitos. ¡Tendrá mucho que olfatear, y un refuerzo inminente al conseguir acceder a la comida!

Ejercicios mentales

¿Te atreves a dar qué pensar a tu perro durante un buen rato?

  • Mete comida en una botella y haz algunos agujeros para que pueda olerla y que a su vez se puedan escapar algunos trocitos al darle con la pata o con el hocico. Fíjate, además de buscarse las vueltas para sacarlo, ¡también estará usando su olfato!
  • ¡Enséñale algo nuevo! ¿Te atreves con encender y apagar la luz, con enseñarle algunos pasos de baile o con abrir la puerta tirando de una cuerda?
  • Invéntate un circuito de obstáculos, y observa cómo consigue solucionarlo para ajustarlo a su nivel, alcanzando el estímulo que más le apetezca (comida,
    chuches, su juguete, tus mimos…)

Propiocepción

¡Cómo nos encanta la propiocepción! Y cómo les gusta a los perros cuando son capaces de afrontar sus miedos y recibir un riquísimo refuerzo por ello.

  • En una pelota suficientemente grande, haz que suba las patas delanteras (¡o traseras!) encima de ella. ¿Lo tiene superado? ¡Cuidado entonces con los equilibrios en la siguiente fase! ?
  • Pasar por debajo de sillas o mesas haciendo eses con las patas, es un estupendo ejercicio.
  • ¡Haz que trabaje sus patas de atrás! Tener que levantarlas con alturas pequeñas o moderadas o caminar hacia atrás fortalecerá músculos que habitualmente no trabaja.

Es importante que vigiles continuamente el nivel físico y de frustración o estrés que puede tener tu perro con estos ejercicios.

Se trata de que los dos podáis disfruta con el entrenamiento y mantengáis un vínculo sano, no que nos volvamos locos para que los ejercicios salgan a la primera y en poco tiempo. Recuerda que además estamos buscando formas entretenidas y divertidas de que nuestro perrete descargue la energía acumulada al no salir a la calle el tiempo que debería, no poder olfatear, saludar a los amigos, observar el exterior y disfrutar de estar en otro ambiente.

Además puedes aprovechar de darle un buen cepillado, hacer estiramientos para comprobar que no tiene dolores ocultos, revisar sus oídos, dientes y estado físico en general o pasarte un buen rato dándole un masaje relajante.

Así que ya sabes: los días de lluvia los perros no tienen por qué estar sin nada que hacer, porque es un momento estupendo para compartir cosas nuevas o diferentes, fortaleciendo el vínculo y dejándole desarrollarse en otros aspectos.

Autora: Miriam Sainz                                             Web: www.sentidoanimal.es

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