
Los jerbos necesitan que se les cepille el pelo con regularidad para mantener su “melena” limpia y saludable. Procúrale una pequeña cantidad de arena de chinchilla en un plato poco profundo cada día para ayudar a mantener su pelaje sano. Retire la arena y ponle otra cantidad limpia.
Un jerbo sano estará activo, juguetón y curioso, con la piel suave y brillante, los ojos deslumbrantes y una nariz limpia. Si no es así es que está sufriendo alguna dolencia, revisa a tu mascota todos los días en busca de signos de dolor, enfermedades o lesiones, y acude a su veterinario inmediatamente si sospechas cualquier problema.
Los signos de que padece alguna enfermedad son letargo, piel erizada, ojos llorosos o nariz mocosa y pérdida de apetito. Los dientes de un jerbo no deben ser visibles cuando la boca está cerrada y no tiene que aparecer una fina cubierta de piel sobre las orejas.
Además, estos animalitos pueden desarrollar llagas al rededor de la nariz o de la boca si el material de su madriguera es demasiado áspero para ellos. Si esto sucede, trata de cambiar los componentes de su cama y acude a tu veterinario para curarle esas heridas.
Revisado 28 Agosto 2023 – Publicado 21 Ago 2014