La violencia de género es una de las mayores lacras de nuestro tiempo. Puede ser de tipo sexual, físico, psicológico y económico. La violencia vicaria es una forma de violencia machista, cruel y despiadada porque el maltratador, hiere y daña a una persona o ser sintiente para que la víctima sufra. Pueden ser niños, ancianos o mascotas.
En este caso, el maltratador degolló a la mascota de la víctima un conejo blanco. No contento con esto, le restregó toda la sangre por la cara, cocino al animal y pretendía que se lo comiera. Por supuesto y en palabras de esta escoria de hombre, era una «lección, para que aprendiera» por haberle escupido.
El Ministerio Fiscal solicita una pena de 18 meses de prisión y tres años de inhabilitación para cualquier trabajo relacionado con los animales y para la tenencia de los mismos.
Violencia machista
Este es solo uno de los episodios que este maltratador infringió a su pareja en tan solo cuatro meses que duró su relación en octubre del 2021. Al mes de conocerse se fueron a vivir juntos y empezó su calvario. Tenía que vestirse de la forma que el quería, porque de lo contrario la golpeaba con un garrote. En una discusión llego a ponerla boca abajo amenazándola con degollarla y quemarla viva en la chimenea, la decía que no se preocupara porque no la encontrarían porque tiraría sus dientes a un campo para que nadie supiera qué había ocurrido. Si alguna otra cosa le molestaba, hacía andar a la víctima por granos de arroz tirados en el suelo para que se le clavaran en las rodillas.
Finalmente y tras un último episodio violento, en el que le propinó un puñetazo en el ojo izquierdo, la víctima denunció estos meses de pesadilla ante la m. Dijo que no había denunciado ni dejado al agresor por miedo porque la amenazaba diciéndole que «la buscaría hasta debajo de las piedras» y que «degollaría a su madre y su hijo pequeño« si le dejaba.
El juzgado de Instrucción número 2 de Picassent juzgará los hechos por maltrato físico y psicológico.
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