Los dientes en los peces, clave fundamental en la evolución

Nimbochromis fuscotaeniatus - Foto Flickr - Wikipedia

La evolución no depende únicamente de la aparición de nuevas innovaciones, sino de la facilidad con la que pueden ganarse o perderse. Un estudio reciente de biólogos de la Universidad de California en Davis sugiere que la rapidez del cambio evolutivo está más relacionada con esta facilidad de transición que con la innovación en sí misma.

Publicado en Nature, el estudio fue dirigido por Nick Peoples, estudiante de posgrado en el laboratorio del profesor Peter Wainwright en el Departamento de Evolución y Ecología de UC Davis.

El laboratorio de Wainwright investiga la diversidad y evolución de los peces, centrándose especialmente en los cíclidos de los grandes lagos de África. Este grupo de peces destaca por su gran diversidad y por su capacidad excepcional para adaptarse a diferentes hábitats y fuentes de alimento, formando nuevas especies con más facilidad que cualquier otro grupo de vertebrados.

Los científicos creen que una de las claves de su éxito reside en la adaptación de sus dientes y mandíbulas. Algunos peces, incluidos los cíclidos, poseen dientes simples en forma de cono, mientras que otros han desarrollado dientes complejos con múltiples cúspides, que les permiten alimentarse de diferentes presas.

Durante dos años, Peoples examinó los dientes de más de 30.000 especies de peces, incluidas 1.000 especies de cíclidos africanos. Con estos datos, reconstruyó el historial evolutivo de los dientes complejos, analizando cuándo y con qué frecuencia aparecieron o desaparecieron. Descubrió que, aunque estos dientes evolucionaron 86 veces en distintos peces, siguen siendo relativamente raros en las especies modernas. Sin embargo, en los cíclidos africanos son mucho más comunes.

El hallazgo más sorprendente del estudio es que no es solo la presencia de dientes complejos lo que impulsa la diversificación de especies, sino la capacidad de alternar rápidamente entre dientes simples y complejos. Los cíclidos han conservado el programa genético que les permite cambiar de un tipo de diente a otro con facilidad, lo que les otorga una ventaja evolutiva significativa.

Peoples señala que este principio podría aplicarse a otros rasgos evolutivos que han surgido en múltiples ocasiones, como las almohadillas adhesivas en los dedos de los lagartos, que facilitan la escalada.

El estudio también contó con la participación de Michalis Mihalitsis, de UC Davis, y Michael Burns, actualmente en la Universidad Estatal de Oregón.

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