Los dientes de la serpiente

Serpiente

 

Dientes de las serpientes

Dependiendo de la capacidad de conducir o no veneno, las serpientes se clasifican en cuatro categorías diferentes, que podría ayudar a distinguir a estos bichos al menos al nivel de Familia.

Muchos tipos de serpientes tienen dientes sólidos, curvados hacia atrás o ligeramente curvados. Estos dientes, los cuales son delgados y finamente puntiagudos nunca son usados para la masticación  o para desmembrar a la presa, su función es capturar, sujetar y ayudar en el tragado, la cual siempre es ingerida completa (Klauber, 1997). De acuerdo a su capacidad de liberar o no veneno, las serpientes han desarrollado dientes (también llamados colmillos) agrandados sobre la maxila, de tal manera que pueden ser reconocidas en cuatro grupos distintos. Esta clasificación es descriptiva y representa una evolución convergente de acuerdo a linajes filogenéticos diferentes.

  • AGLIFAS . Estas formas no poseen la capacidad de liberar veneno o saliva de propiedades tóxicas . Tienen cuatro hileras de dientes en la parte superior: dos corresponden a los maxilares y dos a los huesos palatinos, además tienen las mandíbulas provistas de sus dientes normales, lo que hace un total de seis hileras de dientes agudos y ligeramente curvados hacia atrás. Ejemplos son: Drymobius margaritiferus, Senticolis triaspis, Boa constrictor y Leptophis mexicanus   La primera modificación en el arreglo y características de los dientes  hacia el desarrollo de un aparato inyector de veneno es el alargamiento y formación de un conducto o canal en dos o más de los dientes posteriores en las dos líneas más externas de los dientes de la mandíbula superior.
  • OPISTOGLIFAS . Su aparato venenoso consta de dos o tres dientes ligeramente acanalados y agrandados, insertados en la parte posterior del maxilar a cada lado ; cerca de estos dientes desembocan los conductillos que transportan el veneno secretado por dos glándulas, llamadas glándulas de Duvernoy , situadas en la región temporal y el veneno escurre dentro de la herida por capilaridad, facilitada por una ranura que se halla a lo largo de los dientes o por la sola curvatura de estos. En general, el veneno de las opistoglifas está poco estudiado, debido principalmente a su poca importancia, desde el punto de vista de su toxicidad, aunque se tienen reportes de colúbridos que han llegado a ocasionar accidentes, que si bien no es nada comparado con la mordedura de una cascabel o nauyaca sí causan algún tipo de parálisis o molestias en el hombre. Ejemplos son: la falsa nauyaca, Trimorphodon biscutatus , las bejuquillas, Oxybelis fulgidus, O. aeneus ; y otras especies como Conophis vittatus.
  • PROTEROGLIFAS . Su aparato venenoso consta de un diente acanalado a cada lado de la parte anterior de la maxila y dos glándulas productoras de veneno . Dichos dientes son profundamente acanalados y por medio de un conducto se comunican con las glándulas, que son grandes y están colocadas en la región temporal, una a cada lado de la cabeza. Los dientes inyectores de las serpientes proteroglifas son fijos y relativamente cortos, pero esto se encuentra compensado por un activo veneno neurotóxico. Por otra parte, el veneno es característico por los dolores intensos que produce, con muy pocos o nulos efectos locales. Los dientes de estas serpientes son poco visibles y en ocasiones se requiere el uso de una lente de aumento para observarlos con claridad. Como los dientes de los elápidos son relativamente cortos, los reportes de accidentes asociados a su mordedura son poco frecuentes, aunque definitivamente los hay. En México las especies proteroglifas están representadas principalmente por las serpiente de coral, como Micrurus diastema,  Micrurus  elegans, etc.
  • SOLENOGLIFAS . El último grupo en la eficiencia del mecanismo de mordedura alcanza su mayor grado en las víboras. Estas poseen un aparato venenoso muy perfeccionado , con el que inyectan su veneno a bastante profundidad en el interior del tejido. Su mecanismo inyector consiste en un diente a cada lado, articulado en la parte anterior de la maxila y de una glándula productora de veneno en la región temporal (también una por lado), grande y poco comprimida que le da esa característica forma triangular a la cabeza . Los dientes son huecos en toda su longitud como una aguja hipodérmica y por medio de un ducto están en unión directa con las glándulas venenosas. Los dientes inyectores se encuentran dentro de unas vainas membranosas y normalmente se encuentran plegadas contra el paladar; su erección ocurre cuando la serpiente abre la boca para morder, reacomodar sus mandíbulas o cuando bosteza. Detrás de los grandes dientes se encuentra una serie de pequeños colmillos en formación que sirven para reemplazar a los primeros, por este motivo resulta falsa la afirmación de que se les puede volver inofensivas al ser privadas de ellos, pues el animal puede recuperarlos en pocos días.     En estas serpientes viperinas, el hueso maxilar, al cual los dientes están adheridos, ha sido reducido y es capaz de ser rotado de tal forma  que los dientes, cuando no están desplegados en su típica posición de ataque, pueden ser plegados hacia atrás en contra del techo de la boca. Los dientes son tan largos que de no ser por este mecanismo atravesarían la boca más allá de la mandíbula inferior al ser cerrada. Todas las víboras: nauyacas, cascabeles y cantiles (en América) poseen este tipo de dentadura .
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