Es una enfermedad producida por un ácaro llamado Knemidokoptes pilae. El parásito es microscópico y vive bajo la queratina cavando túneles en los que desarrolla su vida. Se alimentan de las células dérmicas. Cuando se manifiesta la sarna en los canarios y jilgueros suelen aparecer unas callosidades en las patas que presentan un aspecto más blanco que el resto de la pata pues son queratinizaciones y desechos de los ácaros. Estas placas se deberían ablandar con una pomada o con agua tibia y vaselina para que pueden entrar bien los productos acaricidas. Ayuda para este fin el aceite de oliva.
Un refuerzo de vitamina A le vendrá bien para regenerar piel durante y después del tratamiento.
En los periquitos suele atacar a la cera nasal en primer lugar. Suele ser picajosa y eso provoca nerviosismo en las aves. En muchos casos la sarna pasa por ser subclínica, es decir, no manifiesta signos claros de estar padeciéndola pero ante una bajada de defensas por algún otro motivo hace que se manifieste de una forma mucho más brusca y fuerte.
Si la enfermedad no se trata puede llegar a producir deformaciones en el pico y las patas en casos severos. El tratamiento no es complicado pero en algunos casos sí es necesaria la intervención de un veterinario que lo aplique. Esta sarna es muy contagiosa por lo que es necesaria una buena desinfección cuando ha entrado en nuestro aviario.
Autor: Domingo García Web: blog.vetjg.com