La llegada de un bebé a la familia

Mientras no hay una criatura en la familia, las mascotas suelen ser los miembros más consentidos y mimados de una pareja. Es por esto que la llegada de un primer hijo no es tan sólo un gran acontecimiento para los padres sino también para la mascota, que tendrá que adaptarse a una nueva situación. Los animales, como las personas, también son víctimas de los celos, y tenemos que entenderlos y ayudarles a adaptarse a un nuevo bebé, ya que para ellos esta nueva llegada supone un cambio importante.

La llegada de un bebé puede ser para ellos una situación estresante: la reducción de atenciones, los regaños más frecuentes, la ignorancia o aislamiento del animal pueden afectarle. La convivencia entre mascotas y bebés no es tan sólo perfectamente compatible sino incluso beneficiosa.

 

Antes de que llegué el bebé

Se debe empezar a preparar a la mascota unos meses antes de la llegada del nuevo bebé a casa . Los cambios que su llegada a una casa implican, por muy pequeños que nos puedan parecer a nosotros (cambiar su cama o caja de lugar…) son importantes para nuestros animales, por tanto es recomendable hacerlos antes de que llegue el niño para que no relacione estos cambios con él. Se debe permitir que los animales entren en contacto con los nuevos muebles y objetos del bebé familiarizándose con la nueva habitación y considerándola parte de su hábitat. Se les debe dejar restregarse por los muebles como muestra de su actitud positiva y acariciarles y hablarles apaciblemente cuando se encuentren en esta habitación.

Recomendaciones para empezar la relación entre el bebé y la mascota:

  • Acostumbrar poco a poco a la mascota a pasar menos tiempo con la madre, ya que el bebé ocupará mucho de tu tiempo.
  • Si el animal está muy apegado a la futura madre, deberemos hacer que desarrolle una relación fuerte con otro miembro de la familia para que siga sintiéndose querida y cuidada.
  • Practicar un examen médico rutinario y actualizar las vacunas del animal.
  • Esterilizar a la mascota, así estarán más calmadas y habrán menos posibilidades de que muerdan.
  • Si el animal muestra algún problema de comportamiento (miedos, ansiedad..) es mejor recurrir a un especialista (etólogo o veterinario) antes de la llegada del bebé.
  • También es recomendable entrenar al animal (con recompensas y no violencia) a que no salte encima, que no mordisquee, que se esté quieto…
  • Invitar a amistades con hijos para que el animal se acostumbre a estar con niños y bebés.
  • Si la habitación del bebé va ser una zona restringida para el animal, colocar, desde unas semanas antes, barreras desde las que el animal pueda ver y escuchar lo que pasa dentro pero no entrar para que no se sienta aislada de la familia pero conozca los límites.
  • Utilizar un muñeco con forma de bebé para que el animal se acostumbre a verte hacerle cosas, cambiarlo, pasearlo, etc.
  • Hablar a la mascota de cosas relacionadas con el bebé, repitiendo el nombre que este va a tener a menudo.
  • Acostumbrar a los animales a los sonidos relacionados con bebés. Con grabaciones de lloros de bebés, la música de sus muñecos, la mecedora, etc. Al mismo tiempo se le puede dar una golosina o jugar con el animal para que asocie estos ruidos a experiencias agradables.
  • Acostumbrar a la mascota a los nuevos olores que hará el bebé (talcos, cremas, etc.) que nos podemos poner nosotros mismos o en algún muñeco
  • Organizar quien va a cuidar de la mascota durante la estancia en el hospital.
  • Para que la mascota no salte sobre la cuna o los muebles del bebé, se puede poner cinta adhesiva de dos bandas sobre los muebles.

 

La llegada del bebé al hogar

Bebé y cachorro jugando Si llevamos a cabo unos pequeños «trucos», el proceso de adaptación del animal a

La nueva situación puede ser bastante rápido. Antes de la llegada del bebé del hospital a casa es recomendable que alguien deje olfatear al animal cosas que ya huelan a éste, como ropa, algún juguete, pañales, etc. Al regresar a casa puede dejar a alguien que lleve al bebé a otra habitación mientras se saluda tranquilamente al animal, pudiendo ofrecerle algunos premios.

Cuando llega el bebé, debe dejarse que sea la mascota la que se acerque al bebé, no nosotros acercar el bebé al animal, la mascota debe acercarse, olfatear y mirar al bebé cuando haya notado su presencia. Debemos dejarle curiosear el tiempo que quiera evitando que se asuste. Se les puede dar premios de comida para que al animal relacione el bebé con experiencias agradables. Se puede acariciar al gato mientras éste observa al niño o premiarlo con algo positivo como una galleta, para que asocie así la presencia del niño como algo agradable. Una vez se ha dormido el niño es bueno pasar un buen rato con el animal. En los momentos de nervios en que el niño llora, es conveniente que las primeras veces acariciemos al gato tranquilizadoramente aliviando cualquier agitación que pueda causar este nuevo sonido.

 

Los primeros meses

Es importante tratar de mantener una cierta rutina con el animal, seguir paseándolo, jugando con él, etc. y pasar un rato agradable con él cada día. Si no se puede pasear al perro cada día durante tanto tiempo, se le debe acostumbrar a tomar paseos más cortos, pero antes de la llegada del bebé y gradualmente para que no lo relacione con el bebé. Los gestos repentinos y gritos agudos de los niños durante los primeros meses cuando empiezan a caminar y a jugar pueden excitar a la mascota y disgustarla. Los niños también pueden tratar con brusquedad a los animales tirándoles de la cola, las orejas… es importante enseñarles a tratarlos cuidadosamente y a conocer los límites del juego.

Es aconsejable igualmente que en los primeros meses se supervisen los encuentros entre el niño y el animal ya que un susto o accidente pueden hacer que el animal dañe sin querer al niño. Es importante tener en cuenta que los perros tienen una estructura de manada heredada de sus orígenes del lobo. Esta estructura funciona jerárquicamente y tenemos que enseñarle al perro que todos los miembros de la familia, incluidos los niños, están por encima de él en esta jerarquía. Una manera de hacer estos es que el niño coma siempre antes del perro ya que, en sus manadas, el macho dominante come el primero.

 

Los niños y las mascotas. Beneficios

La relación de un niño con un animal solo puede ser positiva y puede iniciar entre ellos un lazo de fidelidad irrompible:

  • Desarrolla el sentimiento de respeto, responsabilidad y cuidado de otro ser en el niño.
  • Desarrolla sentimientos positivos hacia los animales que contribuyen a desarrollar la autoestima y autoconfianza del niño. Desarrolla sentimientos de amor, lealtad y afecto.
  • Produce bienestar en los niños y placer de acariciarlos.
  • Les enseña lecciones acerca de la vida; enfermedades, sexo, accidentes, muerte, duelo…

 

Autor: Faada                                                         Web: www.faada.org

 

 

Revisado 17 Agosto 2023 – Publicado 17 Ene 2014 

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