La fosa (Cryptoprocta ferox) es uno de los mamíferos más enigmáticos y emblemáticos de Madagascar, una isla famosa por su biodiversidad única. Aunque su aspecto recuerda al de un puma o un gato grande, la fosa no es un felino, sino un pariente lejano de las mangostas. Esta confusión se debe a una notable convergencia evolutiva: la fosa ha desarrollado rasgos similares a los de los felinos para adaptarse a su papel de depredador tope en los ecosistemas malgaches.
Distribución y hábitat
La fosa habita en toda la isla de Madagascar, pero su presencia se concentra en zonas boscosas. Se adapta tanto a los bosques húmedos tropicales del este como a los bosques secos del oeste y suroeste. Prefiere entornos con una densa cobertura arbórea, donde puede moverse con agilidad entre los árboles, ya que es un excelente trepador.
Su dominio en distintos hábitats demuestra su gran capacidad de adaptación, aunque la deforestación y la fragmentación del bosque están reduciendo cada vez más su territorio.
Características físicas
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Tamaño: entre 70 y 80 cm de cuerpo, más una cola de unos 65 a 70 cm.
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Peso: los machos alcanzan entre 8 y 12 kg; las hembras, entre 5 y 8 kg.
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Pelaje: corto, denso y de color marrón rojizo o canela, con un brillo característico.
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Cuerpo: esbelto, musculoso y flexible, con patas fuertes y garras retráctiles que le permiten trepar y sujetar presas.
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Cabeza y rostro: hocico alargado, orejas redondeadas y ojos grandes de color ámbar, adaptados para la visión nocturna.
Esta morfología combina la agilidad de un gato con la robustez de un carnívoro terrestre, lo que le permite dominar tanto en el suelo como en los árboles.

Dieta y comportamiento de caza
La fosa es un cazador versátil y solitario, activo tanto de día como de noche, aunque prefiere los momentos del amanecer y el atardecer. Su dieta es carnívora y oportunista, pero su presa principal son los lémures, a los que caza con gran destreza.
También se alimenta de:
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Aves y sus huevos.
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Roedores y pequeños mamíferos.
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Reptiles.
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Insectos grandes.
Su método de caza es sigiloso: se mueve con agilidad felina, acecha y salta sobre la presa con gran precisión. Gracias a sus uñas retráctiles y su poderosa mordida, puede inmovilizar animales mucho mayores que ella.
Reproducción y ciclo vital
La reproducción de la fosa es especialmente curiosa. Las hembras entran en celo una vez al año, entre septiembre y diciembre, y los encuentros se producen en lo alto de los árboles.
Durante varios días, una hembra puede aparearse con distintos machos que compiten entre sí. Tras una gestación de 90 días, nacen de 2 a 4 crías ciegas y sin pelo, que permanecen con la madre varios meses hasta independizarse.
Las crías alcanzan la madurez sexual hacia los 3 o 4 años, y la esperanza de vida promedio en libertad ronda los 15 a 20 años.
Papel ecológico y amenazas
La fosa cumple un papel ecológico esencial: mantiene el equilibrio de las poblaciones de lémures y otros animales, lo que ayuda a conservar la estructura de los bosques. Sin su presencia, muchas especies herbívoras se multiplicarían sin control, alterando gravemente el ecosistema.
Sin embargo, su supervivencia está en peligro. Las principales amenazas son:
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Deforestación masiva para la agricultura y la tala ilegal.
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Conflictos con humanos, ya que algunos la consideran una amenaza para el ganado doméstico.
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Caza furtiva y pérdida de presas naturales.
Por ello, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasifica como Vulnerable.
Curiosidades sobre la fosa
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Es el único depredador de gran tamaño de Madagascar.
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Se comunica mediante vocalizaciones, posturas corporales y marcaje con glándulas odoríferas.
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Puede saltar más de 5 metros de árbol en árbol.
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En algunas zonas, las fosas aparecen en leyendas locales como guardianes del bosque.
