Existen ecosistemas que son la transición entre el mundo acuático y el terrestre; en ellos habitan especies marinas adaptadas a las condiciones características de este hábitat tan particular, pero también hay mamíferos.
Los manglares son ecosistemas que se ubican en varias costas con climas tropicales y subtropicales. La vegetación predominante en los manglares está compuesta por árboles y arbustos leñosos, que crecen en un suelo salino, alcanzando a medir entre 1 y 30 metros de altura, tienen un follaje muy denso y siempre verde. La densidad y verdor del follaje de las diferentes especies presentes en los manglares ocurre porque siempre están asociados a cuerpos de agua cercanos al mar. El agua a los que están asociados es del tipo salobre, es decir, que la cantidad de agua sal que contienen es mucho menor que la del mar, esto se debe a que los manglares se ubican en zonas de transición entre la mezcla de cuerpo de agua dulce con la marina o en zonas muy someras donde existe poco movimiento del agua. Adicionalmente, es muy importante el tipo de sustrato en el que se encuentran debido a que por la poca corriente marina tienen una gran cantidad de depósito de materia orgánica, lo que es un buen sustrato para las plantas.
La densidad de la vegetación y la disponibilidad de agua, brinda refugio a una gran diversidad de especies de fauna. Muchas especies de tipo marino principalmente como crustáceos, peces, anfibios, reptiles y aves aprovechan la protección de la vegetación para hacer sus nidos y realizar la crianza, de hecho, se les ha denominado como las “guarderías del mar”. Los manglares al ser un área de reclutamiento de diferentes tipos y grupos de especies por su abundancia de recursos y ser un área de protección presenta un gran abanico de especies que a su vez son el alimento para otras especies.
Respecto a los mamíferos, los manglares son considerados como hábitat desierto, por la poca cantidad de mamíferos que se pueden observar. También por su distribución discontinua a lo largo del mundo, no existen especies de mamíferos exclusivas. Lo que si es un hecho es que es un muy magnífico buffet, por lo que varias especies lo utilizan cuando tienen oportunidad de ello. Uno de los principales problemas que presentan los manglares es que se encuentran en áreas inundables con vegetación cerrada y densa, por lo que el desplazamiento puede resultar muy limitado para varias de las especies. Entre las especies de mamíferos utilizan este ambiente están los coatíes (Nasua narica), que por la presencia de su larga cola anillada y su habilidad para trepar les permite desplazarse, mientras que su coloración rojiza les permite camuflarse entre los mangles rojos (Rizophora mangle).
Los mapaches (Procyon lotor) también son habitantes frecuentes de los manglares. Ellos se han adaptado para vivir cerca de los cuerpos de agua en general. Su dieta se compone por una gran variedad de alimentos entre los que se encuentran los crustáceos, moluscos, huevos de anfibios, reptiles y aves, artrópodos y pequeñas especies de vertebrados. También incluyen algunas frutas y semillas. A los mapaches también se les conoce con el nombre de “ositos lavadores”, porque se dice que lavan sus alimentos en el agua y que son muy limpios. La realidad es que la piel de sus extremidades delanteras (manos) es córnea o áspera, por lo que al mojarse se hace más sensible y usan esta adaptación de la piel de sus manos mojadas para obtener más información de su comida, lo que permite identificar alimentos dentro del agua o fango sin tener que verlos. Realizando una analogía los mapaches pueden “leer la etiqueta” de sus alimentos como si estuviera escrito en Braille (lenguaje táctil para invidentes). De manera que no es que los mapaches laven sus alimentos porque son muy limpios o para quitar restos de tierra. Las manos de los mapaches son similares a las de los primates, aunque carecen de dedo oponible, por lo que no pueden agarrar objetos como tal, aunque son una buena extensión de los sentidos, debido a que tienen buena visión y un sentido del olfato desarrollado. La presencia de la coloración alrededor de sus ojos, que se asemeja a un antifaz negro les ayuda a que la luz solar se absorba, permitiéndoles tener una mejor visión, muy útil en un hábitat rodeado de áreas abiertas como lo son las playas costeras.
El mono narigudo (Nasalis larvatus) endémico de la isla de Borneo y especie considerada en peligro de extinción, depende fuertemente de los árboles de mangle, debido a que son su principal fuente de alimento. El mono narigudo se alimenta del follaje, brotes, flores y frutos de las especies presentes en los manglares. Tiene la capacidad de alimentarse de estas plantas porque presenta una adaptación en su sistema digestivo, que contiene una combinación de bacterias en sus estómagos que le ayuda a digerir la celulosa de los mangles y eliminar toxinas que potencialmente pueden estar presentes en las hojas. La categoría de riesgo en la que se encuentran estos monos, además de su restringida distribución, es porque los ecosistemas de manglares también se encuentran en alto riesgo, debido a que son fuertemente deforestados, para actividades antrópicas como la acuicultura o la agricultura.
Otros representantes de estos ecosistemas pertenecen al orden Sirenia, el dugongo (Dungong dugon) en las costas de los océanos Índico y Pacífico y el manatí (Trichechus manatus) en las costas del Atlántico, en el Golfo de México. Estas especies habitan en el medio acuático de los manglares, incluso existe una fuerte relación entre los árboles de mangle, los pastos marinos y los sirénidos. Los sirénidos se alimentan principalmente de los pastos marinos y vegetación ribereña. Los pastos marinos pueden crecer prolíficamente gracias a la barrera y protección que les brindan los mangles. Así se mantiene el equilibrio ecológico en los manglares.
Los delfines rosados (Inia geoffrensis) también son mamíferos acuáticos asociados a los manglares del Amazonas. Sus principales características es ser una de las especies de delfines de río y la coloración rosácea de su piel. Se cree que esta coloración se debe a las altas temperaturas del medio en el que se encuentran, por el desgaste de la misma, también se ha documentado que los machos son lo que presentan una coloración rosada más intensa. Otra teoría sobre la coloración de su piel es semejante a lo que ocurre con los flamencos, es decir, adquieren este color debido a su alimentación basada en crustáceos (cangrejos y camarones) y sus larvas, que generalmente son de color rojo, derivado de un pigmento carotenoide llamado astaxantina. El cual se acumula en la piel de los delfines rosados y les ayuda a conservar la temperatura corporal.
Muchas especies dependen de los manglares, los que, debido a su ubicación, en las costas, se encuentran considerados como amenazados. Las principales amenazas de los manglares es la deforestación para usarse esas áreas para el desarrollo del turismo, pesca, agricultura, acuicultura, entre otras actividades. Otro factor importante es que el agua que llega a los manglares puede tener desechos urbanos, contaminantes, fertilizantes, etc. Por lo que además de las adaptaciones fisiológicas y físicas que puedan presentar las especies para vivir en este tipo de ambientes, deben adaptarse a los factores externos que también influyen en su vida cotidiana.
Autores: Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda
Fuente: CIBNOR