!Espigas atención! Cuidado con tu perro, puede resultar muy peligroso

Este año ha sido poco lluvioso y además hemos sufrido constantes olas de calor que han asolado la península ibérica. Los campos están secos y las espigas que se han desprendido de las gramíneas siguen estando en la naturaleza por doquier.

Cuando salimos al campo con nuestros peludos,  las espigas se nos adhieren a nuestra vestimenta y en el caso de nuestros perros aparecen pegadas a su pelaje. Hay veces que hasta para nosotros es difícil quitarlas de nuestra ropa porque se quedan incrustadas. Pero la peor parte se la llevan nuestros perros. Lo más grave es cuando se introducen por algún orificio del animal y entran dentro de su organismo. Pueden llegar a causar lesiones muy graves. Las espigas tienen forma de flecha, se clavan por la punta. Una vez fijada las varas se despliegan y se van abriendo paso hacia el interior del cuerpo.

Sí estamos en un lugar en la que detectamos este tipo de peligro debemos revisar exhaustivamente a nuestro perro para que no se lleve puesta ninguna de ellas a casa.  Tendremos que examinar la trufa, orejas, párpados, espacios interdigitales, boca, pene o vagina y ano. Si en días posteriores vemos que nuestro peludo no deja de lamerse una determinada zona, o de rascarse, lo más probable es que tenga alguna clavada. Es hora de ir al veterinario para que haga una revisión profunda a nuestro peludo.
Espiga en la trufa
Domingo García – Veterinario – vetjg.es

Síntomas de que nuestro perro puede tener clavada una espiga

  • Axilas: el perro se lamerá con insistencia en la zona
  • Espacios interdigitales: se forman bultos y  abscesos. Con el lamido constante se crean laceraciones. Es fácil que estas heridas se infecten por lo que habrá que tratar la posible infección.
  • Genitales: se introducen tanto por la vulva como por el pene a través del prepucio causando infecciones de orina sobre todo.
  • Ojos: el perro cierra los ojos constantemente. Normalmente las espigan se establecen en la parte posterior del párpado causando una gran inflamación y dolor. En casos extremos puede hasta general una úlcera y dañar la córnea. Si no somos conscientes de que nuestro perro tiene una espiga clavada en esa zona y no se le trata a tiempo puede incluso quedarse ciego.
  • Orejas: rascado de orejas, ladeo  y sacudida de la cabeza, lloro, nerviosismo. Los perros con orejas largas y caídas tienen más predisposición a sufrir otitis producidas por espigas. En casos extremos pueden llegar hasta perforar el tímpano y dejar a nuestro perro sordo.
  • Trufa: estornudos, rascarse la zona con la pata, moqueo (puede contener restos de sangre)

 

Así que si sospechas que tu perro tiene clavada una espiga, no lo dudes y acude al veterinario cuanto antes.

 

 

Autora: Antonia Villalba

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