Es necesario que todos los que tenemos un animal de compañía en casa, asumamos cuanto antes que muchos de los problemas, e incluso enfermedades de nuestros mejores amigos, son debidos directa o indirectamente a “nuestra mano”.
El cariño mal entendido, los consejos de amigos o “expertos”, la recomendación del vecino en casos similares, suelen desencadenar problemas de mayor o menor gravedad que sólo tienen un último y sufrido destinatario: nuestro animal de compañía.
En la mayor parte de los casos (por no decir siempre), éstos problemas se evitarían con una sencilla combinación: una correcta y completa información por parte de los verdaderos profesionales y un verdadero interés del propietario para poner en práctica las informaciones obtenidas.
“CARIÑO PATOLÓGICO”
“A mi perro no le falta de nada…“; ante frases de igual o similar enunciado podemos sospechar que alguna o algunas mascotas tienen un montón de papeletas para padecer algún serio percance. Estas curiosas frases suelen partir de propietarios que “humanizan”de forma sistemática a su mascota: el perro come comida de persona, descansa y duerme en los lugares de las personas, se baña con una frecuencia similar a la de las personas…
Entre las variadas acciones de nuestro propietario protagonista están la alimentación con comida preparada en casa más el regular aporte de todo tipo de caprichos humanos e innecesarios (chocolate, galletas, marisco, solomillo…); este inadecuado régimen alimenticio conduce inexorablemente a variadísimas patologías (digestivas, locomotoras, cardiovasculares…); pero lo más curioso es que el propietario que provoca estas situaciones nunca llega a ser consciente, por más que se le explique, de que las acciones que está realizando son perjudiciales para su mejor amigo.
Aparte de la alimentación incorrecta tendríamos los baños excesivos con supuestos fines higiénicos (el animal huele peor si abusamos de los baños), las “malas costumbres” (adueñarse del sillón, dormir en la cama, correr suelto por la calle, jugar con palos y piedras…)…; todo esto conduce, en el mejor de los casos, a tener un animal mal educado y poco parecido a lo que debe ser una mascota, y en el peor de los casos a tener un animal mal educado y de propina, enfermo. ¿Será por eso que al perro no le faltaba de nada?.
ODIOSAS COMPARACIONES.
“Al gato de Alfredo le pasaba lo mismo…” Nuestras mascotas tienen muchas razones para ponerse a temblar si escuchan de labios de un amigo de su dueño una frase similar. En breve plazo caerá sobre ellas el mismo remedio que tan buen resultado dio en el gato de Alfredo; por supuesto que el remedio se aplicará sin consultar al profesional, y lo que es aún peor, este maravilloso remedio puede que se aplique en cualquier tipo de mascota (iguana, periquito, perro, gato…), ya que además de ser maravilloso, su uso suele extenderse al ámbito universal. Es difícil hacer comprender a un propietario que no debe hacer con su mascota algo que solemos hacer las personas: la automedicación; los consejos del vecino, las maravillas que nos cuenta algún familiar o el inquietante estado de enajenación que nos conduce a elegir y aplicar alguno de los fármacos del cajón de las medicinas, suelen ser el detonante de patologías de mayor gravedad que las iniciales.
¿Estamos seguros de que la tos de nuestro perro es igual y por las mismas causas que en el gato de Alfredo?, ¿estamos seguros de que Alfredo tiene un gato?
Seamos serios, ante cualquier posible patología en nuestra sufrida mascota acudamos al profesional; los consejos de las personas de nuestro entorno y las experiencias de los conocidos del parque nunca tendrán suficiente valor. ¿Cuánto vale la salud de nuestra mascota?
PROBLEMAS, PROBLEMAS…
Muchos y variados son los problemas que podemos causar a nuestra confiada mascota a la vista de lo comentado; entre los más habituales tenemos:
- – PIEL Y PELO: tanto la falta de cuidados como su exceso, pueden desencadenar serios problemas a nuestra mascota. Acudiremos al profesional para que nos indique cada cuánto tiempo bañar a nuestra mascota y con qué productos. La piel y el pelo de nuestras mascotas tienen unas necesidades totalmente distintas a las nuestras; como precaución inicial evitaremos el uso de nuestros productos para su aseo.
- – OREJAS Y OJOS: estas importantísimas estructuras requieren de una higiene periódica con productos adecuados; la aplicación de aceite de oliva, los colirios y pomadas de medicina humana son tratamientos poco adecuados que deben dejar paso a los productos específicos para animales de compañía. Ante la duda utilizaremos papel o gasas secas para retirar la suciedad visible.
- – DIENTES: nuestra mejor acción para mantener un buen estado dental es alimentar al animal exclusivamente con pienso seco; al masticarlo, el efecto mecánico de roce que hace sobre las piezas dentales evita en gran parte el depósito de sarro; también es importante evitar los juegos con piedras; este inadecuado proceder es la principal causa de fracturas dentales.
- – APARATO DIGESTIVO: lo resumiremos en un sólo consejo: evitar que vuestras mascotas puedan coger o recibir algún alimento u objeto que vosotros no os comeríais (¡excepto el pienso!).
EL PROPIETARIO RESPONSABLE
- 1.- La mano que les acaricia es también la que les puede causar serios problemas.
- 2.- Nuestras mascotas son diferentes a nosotros y por tanto tienen distintas necesidades.
- 3.- Para resolver sus problemas disponemos de profesionales cualificados.
- 4.- Rechazaremos los consejos de los “cantamañanas”.
- 5.- La salud de nuestros animales depende única y exclusivamente de nosotros.
Autor: Carlos Rodríguez