La Enfermedad del Disco Intervertebral (EDIV) es una de las afecciones neurológicas más comunes en perros, especialmente en razas de dorso largo y patas cortas. Se produce cuando los discos que actúan como amortiguadores entre las vértebras se degeneran o se desplazan, presionando la médula espinal y provocando dolor, debilidad o incluso parálisis. Conocer sus factores de riesgo, síntomas y opciones de tratamiento es clave para actuar a tiempo y mejorar la calidad de vida del animal.
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🧬 Factores de riesgo
La EDIV puede afectar a cualquier perro, pero ciertas razas tienen mayor predisposición. Entre ellas destacan el Dachshund (teckel), Beagle, Cocker Spaniel, Shih Tzu, Lhasa Apso, Pekingese y Basset Hound.
Otros factores que aumentan el riesgo incluyen:
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Edad media o avanzada (entre 3 y 7 años).
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Sobrepeso, que incrementa la presión sobre la columna.
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Traumatismos por saltos o caídas.
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Predisposición genética, que afecta la calidad del cartílago intervertebral.

⚠️ Señales y síntomas
Los signos clínicos pueden variar desde leves hasta muy graves, dependiendo de la localización y el grado de compresión medular. Algunos de los más frecuentes son:
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Dolor al moverse, saltar o subir escaleras.
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Rigidez o postura encorvada.
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Debilidad o parálisis en las patas traseras o delanteras.
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Gritos de dolor al tocar la espalda o el cuello.
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Pérdida de coordinación (ataxia) o arrastre de las extremidades.
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En casos avanzados, incontinencia urinaria o fecal.
Ante cualquiera de estos síntomas, es fundamental acudir de inmediato al veterinario, ya que la rapidez en el diagnóstico mejora notablemente el pronóstico.
Diagnóstico
El diagnóstico de la EDIV se basa en una exploración neurológica completa, acompañada de pruebas de imagen como:
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Radiografía: muestra posibles alteraciones en el espacio intervertebral.
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Resonancia magnética (RM) o mielografía: revelan con precisión la ubicación y gravedad de la compresión.
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Tomografía computarizada (TC): permite valorar con detalle las estructuras óseas y discales.
Estas técnicas son esenciales para determinar si el tratamiento puede ser médico o quirúrgico.

💊 Tratamiento
El enfoque terapéutico depende del grado de afectación neurológica:
Casos leves:
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Reposo absoluto durante 4 a 6 semanas.
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Administración de antiinflamatorios, analgésicos y relajantes musculares bajo control veterinario.
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Control de peso y fisioterapia para fortalecer la musculatura.
Casos graves:
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Cirugía descompresiva (como hemilaminectomía o laminectomía) para liberar la médula espinal.
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Rehabilitación intensiva postoperatoria, que puede incluir fisioterapia, hidroterapia y estimulación eléctrica.
El pronóstico suele ser favorable si se interviene de forma temprana, especialmente antes de la pérdida total de movilidad.
🐾 Prevención
Aunque no siempre es posible evitar la EDIV, algunas medidas ayudan a reducir el riesgo:
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Mantener al perro en su peso ideal.
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Evitar saltos, escaleras o superficies resbaladizas.
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Usar arnés en lugar de collar para no forzar la zona cervical.
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Realizar ejercicio moderado y regular para fortalecer la espalda.
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Revisiones veterinarias periódicas, sobre todo en razas predispuestas.
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La Enfermedad del Disco Intervertebral puede ser dolorosa y limitante, pero con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, muchos perros logran una excelente recuperación. La prevención, el control del peso y la vigilancia de los primeros signos de dolor son claves para mantener una columna sana.
