En Asturias se desarrolla un programa de marcaje de osos centrado en ejemplares en proceso de habituación, para evitar que reincidan en comportamientos como entrar en entornos habitados en busca de comida fácil, como basura de contenedores o frutales.
Coordinada por la Administración autonómica, la iniciativa es desarrollada por un equipo de técnicos y Agentes del Medio Natural del Principado, investigadores del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo – CSIC – Principado de Asturias), y personal especializado de la Fundación Oso Pardo y de la Fundación Oso de Asturias.
En las acciones del programa, en las que siempre interviene un veterinario especializado, la máxima prioridad es el bienestar y la seguridad de los osos, y para ello se trabaja en red en el marco de un grupo de trabajo específico con otras comunidades oseras y con el MITECO, con un modelo de intercambio de información y mejora continua.
En los últimos días se han difundido dos noticias falsas, con el único fin de atacar esta iniciativa tan necesaria para la conservación y la coexistencia con la especie. El diario asturiano “La Nueva España” difundió este fin de semana unas imágenes de una supuesta “osezna” que corría peligro por un collar de radioseguimiento en Proaza.
Lo cierto es que el animal es una osa adulta, con una edad estimada de unos 15 años, a la que se le colocó un collar en abril de 2023 después de atacar varios gallineros y haberse acercado a contenedores en busca de basura.
Ya lleva más de un año radiomarcada, incluido un periodo de hiperfagia, cuando los osos engordan para prepararse para el invierno, y de hibernación. Desde el momento de su captura, la osa ha sido avistada por los Agentes del Medio Natural y los equipos del programa en múltiples ocasiones, la última este mes de agosto, y siempre se la ha visto en un estado similar al resto de osos del entorno.
Para el radioseguimiento de los osos cantábricos se utilizan collares GPS de tecnología punta, que cuentan con unas bandas de algodón que se deterioran con el tiempo para que se suelten en alrededor de un año, por lo que es previsible que la osa pierda el collar próximamente.
El segundo bulo aprovechaba la triste aparición de un oso macho paralítico en el pueblo de Aguino (Parque Natural de Somiedo) la semana pasada, que tuvo que ser sacrificado por sus gravísimas heridas.
El bulo relacionaba las lesiones del oso con las acciones del programa de radioseguimiento: es rotundamente falso, pues aunque se ha colocado alguna trampa “culvert” en el Parque Natural de Somiedo, ningún ejemplar ha entrado en ellas.
En las acciones del programa se utilizan las trampas cilíndricas de tipo “culvert”, las más extendidas a nivel mundial, ya que son idóneas para asegurar el bienestar, minimizar el estrés del animal y facilitar su manejo. Las trampas se colocan en lugares y momentos concretos, conectadas a un sistema de videovigilancia: así, el equipo se moviliza de inmediato si la trampa se activa y captura un ejemplar.
Estas actuaciones se realizan en el marco del Protocolo para la intervención con osos en la cordillera cantábrica, elaborado por Asturias, Galicia, Castilla y León y Cantabria y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y aprobado por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad el 24 de enero de 2019.
El programa de marcaje permite contar con alertas tempranas de posibles conflictos entre el oso y las actividades humanas, y los ejemplares marcados actúan como centinelas de problemas de conservación que afectan a la especie y a la fauna silvestre en general.
Desde la FOP reafirmamos nuestro firme compromiso con esta iniciativa de radioseguimiento científico: una herramienta imprescindible para asegurar la coexistencia entre la especie y las personas que habitan en territorios oseros.