El lenguaje de los conejos

 

conejo

Si convives con un conejo, quizás ya hayas aprendido mediante la observación a saber qué te quiere decir este con su lenguaje corporal. Pero si aún hay ciertos gestos que no consigues descifrar… ¡¡Te vamos a ayudar!!

Cuando un conejo…

Se alza hacia ti-:Quiere hacer contacto contigo. Le inspiras confianza. Acaríciale su cabecita con suavidad. Gánate su confianza respetándolo.

Mueve su naricita constantemente: Está atento. También podría estar sintiéndose nervioso o mal de salud. Obsérvalo. Si sólo está nervioso, podrás calmarlo hablándole con suavidad. Si notas cambios en su salud física, llévalo al médico veterinario especialista en animales exóticos.

Golpea el suelo con sus patas traseras: Está asustado o enfadado. Esta es la forma de hacer su llamado para alertar a otros conejos. Ten en cuenta que tus otras mascotas (perros o gatos) lo asustan. Cálmalo con tu voz, dile que tú lo estás protegiendo. Acaríciale su cabecita con suavidad. No le toques la barriga ni las patas traseras. No lo sujetes por las orejas.

Se acuesta a tu lado: Te considera su amigo, está relajado y cómodo.

Frota su barbilla contra objetos: Está marcando su territorio (esto lo hacen también otros animales como los gatos). Bajo su barbilla tiene glándulas de olor para marcar los objetos que son suyos.

Te olfatea: Significa que te está conociendo. Tiene que identificar tu olor corporal para asociarte como amigo y permitir que formes parte de su vida.

Ronronea (rechinar de dientes): Está sumamente feliz y quiere que lo sepas. El ronroneo de los conejos es perceptible al tacto. Si acercas tu oído a su cabecita hasta podrías escucharlo.

Mete su cabeza debajo de tu mano: Quiere que lo acaricies. Cerrará los ojos para dejarte saber cuánto le gustan tus caricias.

Te lame las manos: Te considera su igual. Te tiene confianza. Siéntete alagado por haber logrado establecer una conexión maravillosa con tu mascota.

Mueve su cabecita o apunta con ésta hacia su plato de comida o agua: Quiere que lo alimentes y le des agua fresca. Provéele alimento fresco y coloca agua limpia dos veces al día.

Baja su torso: Quiere que lo mimes. Esto es que te acaba de preguntar, “¿me podrías acariciar?” Acaríciale sus cachetes y mandíbula. Dale masajes muy suaves alrededor de los ojitos (párpado superior e inferior).

Mantiene sus ojos cerrados: Se siente mal. Obsérvalo y descubre qué le pasa. Puede estar enfermo. Llévalo a un veterinario especialista en animales exóticos.

 

Autor: El Nuevo DÍA                                               Web: www.mascoteros.com

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