Un estudio realizado por el grupo de investigación DogRisk de la Universidad de Helsinki, la Universidad del Este de Finlandia y Wise Nose – Asociación de Discriminación de Olores en Finlandia investigó el umbral para la detección de olores en perros.
El estudio reveló que los perros pueden aprender a identificar concentraciones de hidrolato de eucalipto que están claramente por debajo del umbral de detección de los sofisticados instrumentos analíticos que se utilizan en la actualidad. Las concentraciones también estuvieron muy por debajo de los niveles informados anteriormente. El extraordinario sentido del olfato de los perros puede aprovecharse, por ejemplo, en operaciones de búsqueda y rescate y en la detección médica.
Los 15 perros que participaron en el estudio tenían diferentes antecedentes de entrenamiento. Algunos perros tenían experiencia en el trabajo de la nariz, que es un pasatiempo y un deporte canino competitivo, mientras que otros habían sido entrenados para identificar enfermedades, moho o plagas.
En el estudio, los perros debían diferenciar muestras que contenían bajas concentraciones de hidrolato de eucalipto de muestras que contenían sólo agua. La atención se centró en determinar la concentración más baja que los perros podían detectar con seguridad. El estudio incluyó tres pruebas diferentes en las que las concentraciones del hidrolato se diluyeron gradualmente hasta que los perros ya no pudieron identificar el olor. Esto determinó el umbral de su capacidad de detección de olores.
“El umbral de detección de olores de los perros inicialmente variaba de 1:10⁴ a 1:10²³, pero se redujo a 1:10¹⁷–1:10²¹ después de un período de entrenamiento. En otras palabras, los perros necesitaban de 1 a 10 moléculas por mililitro de agua para detectar la muestra correcta. En perspectiva, una sola célula de levadura contiene 42 millones de moléculas”, describe la investigadora principal del estudio, Anna Hielm-Björkman, de la Universidad de Helsinki.
Además, los investigadores encontraron que había una gran variación entre los productos de hidrolato de eucalipto comúnmente utilizados en el trabajo de nariz. Analizaron diez productos comerciales y detectaron, por ejemplo, diferentes concentraciones de eucaliptol y alcoholes inferiores.
“Esto explica por qué muchos perros acostumbrados a los hidrolatos comerciales de eucalipto mostraron resultados inesperadamente pobres en el estudio. Su sentido del olfato es tan preciso que no identificaron que el hidrolato de eucalipto utilizado en el estudio fuera la misma sustancia con la que estaban familiarizados. Esto demuestra la importancia de utilizar productos estandarizados para el trabajo de la nariz tanto en el entrenamiento como en las competiciones deportivas”, concluye el investigador visitante Soile Turunen de la Universidad del Este de Finlandia.
Autores: Soile Turunen – Susanna Paavilainen – Jouko Vepsäläinen – Anna Hielm-Björkman