Disnea felina – Ahogo o dificultad para respirar en el gato

Disnea felina - Ahogo o dificultad para respirar en el gato

La disnea en el gato es un signo relativamente frecuente que  indica un trastorno respiratorio importante, al punto de poner en peligro la vida del paciente.

La disnea  se manifiesta en principio por un aumento de la frecuencia respiratoria, el gato adopta  la posición sentada o decúbito esternal con los codos separados del cuerpo  y pupilas dilatadas  y luego si se agrava la  necesidad de oxigeno,  el  gato respira con la boca abierta. Como el gato no jadea normalmente como el perro, cuando respira con la BOCA ABIERTA significa que está en una situación crítica.

Frente a un caso de disnea en felinos, en principio se debe diferenciar si es a consecuencia de un trastorno del aparato respiratorio  o si hay una alteración externa de los pulmones generalmente del espacio pleural.

Disnea felina - Ahogo o dificultad para respirar en el gato

Los trastornos del aparato respiratorio se diferencian por los sectores que lo forman (vías aéreas superiores, inferiores y parénquima pulmonar).  Cada uno de estos sectores puede padecer trastornos que dificulten la respiración, por ejemplo neoplasias nasales o laríngeas  en la zona superior  o alteraciones del parénquima como la bronco constricción reversible del ASMA,  o  alteraciones fijas  como en el caso de una fibrosis crónica, neoplasias primarias o metástasis de otros órganos, también podemos encontrar el parénquima ocupado por edema cardiogénico, hemorragias por coagulopatía, neoplasias o trauma, y lesiones producidas por humo  y aire muy caliente. Por último hay lesiones inflamatorias producidas por infecciones bacterianas, micóticas y parasitarias.

Las alteraciones externas a los pulmones que ocupan el espacio pleural  se dividen a su vez en colectas,  neoplasias externas y mas raramente las hernias diafragmáticas.

Las colectas se  pueden producir por distintos mecanismos, como por ejemplo las vasculitis por PIF, la insuficiencia cardiaca congestiva, el LINFOMA intratoráxico, el quilotórax  y exudados sépticos como el piotórax.   Otro elemento que puede ocupar el espacio pleural es el aire, o neumotórax  que puede provenir del exterior por heridas penetrantes en el tórax o del interior del pulmón al abrirse una lesión del parénquima como  granuloma o una bulla en el asma.

Como es obvio cada una de las etiologías nombradas requiere métodos de diagnósticos propios, aunque todo camino diagnostico comienza ineludiblemente con la revisación clínica y la radiología de tórax.

Autor: Dr. Rubén M. Gatti                                     Web: www.foyel.com                                           

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