La deshidratación en aves es un problema grave que puede afectar tanto a aves domésticas (periquitos, canarios, loros, gallinas) como silvestres. Su organismo es muy sensible a la pérdida de agua, y si no se actúa a tiempo puede ser mortal.
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Signos de deshidratación en aves
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Aspecto físico
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Ojos hundidos o semicerrados.
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Piel y patas secas o arrugadas.
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Plumaje erizado o poco brillante.
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Mucosa oral seca.
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Comportamiento
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Letargo, somnolencia o debilidad.
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Pérdida de apetito.
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Respiración acelerada.
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Disminución en el canto o vocalización.
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Otros indicadores
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Heces más secas de lo normal o ausencia de excrementos.
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Pérdida de peso rápida.
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Causas comunes de deshidratación
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Falta de acceso a agua limpia y fresca (bebederos vacíos o sucios).
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Altas temperaturas y exposición prolongada al sol.
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Estrés o transporte prolongado.
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Enfermedades gastrointestinales (diarreas, infecciones).
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Dietas inadecuadas (exceso de semillas secas sin aporte de frutas o verduras).
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Problemas en el pico que dificultan beber.
Cómo actuar ante la deshidratación
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Ofrecer agua limpia de inmediato en recipientes accesibles y poco profundos.
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Rehidratar con electrolitos (pueden usarse soluciones veterinarias específicas o una mezcla casera de agua con un poco de azúcar y sal, mientras se consigue la adecuada).
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Mantener al ave en un lugar fresco y ventilado, evitando corrientes de aire.
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Estimular la ingesta de líquidos ofreciendo frutas ricas en agua (manzana, pera, melón, pepino) según la especie.
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Acudir al veterinario aviar lo antes posible si los signos son graves (letargo extremo, dificultad respiratoria, ojos cerrados).
👉 La prevención es clave: agua fresca a diario, buena higiene en bebederos, frutas y verduras en la dieta y protección contra el calor.