No es frecuente, pero a este conejito llamado Pequeñín le pasó, su cuidadora le cambió el sustrato de celulosa prensada que llevaba usando toda la vida por serrín porque en la tienda no tenían disponible otro en ese momento. Al día siguiente no tenía pelo en las plantas de las patas porque de lo que le picaba, se había mordido todo el pelo de las patas y se estaba chupando constantemente. Por suerte con un tratamiento antihistamínico y la vuelta a su sustrato de siempre en unas semanas volvió a crecer el pelo.
Si estas dermatitis no se tratan a tiempo pueden desembocar en la aparición de heridas y abscesos en la delicada piel de las plantas de las patas de estos animales, lo que denominamos pododermatitis, una enfermedad dolorosa, crónica y muy difícil de tratar. A diferencia de otros animales como las cobayas, chinchillas, perros o gatos, las plantas de las patas de los conejos no están revestidas de almohadillas, sólo están cubiertas por pelo y si ese pelo desaparece, como la piel es frágil, pueden desarrollar pododermatitis con cierta facilidad.
Autor: Miguel Gallego Web: Centro Veterinario Madrid Exóticos
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