Formación de las parejas en cautividad
En la naturaleza los emparejamientos se producen entre los individuos de un grupo, de forma que el macho que antes se desarrolla y adquiere los instintos reproductores se aparea con la hembra igualmente más madura y dispuesta a iniciar la freza. Si el entendimiento es mutuo, la pareja se separa del grupo de jóvenes o acosa a sus hermanos hasta dejarles fuera del territorio elegido para consumar sus amores. En cautividad se procederá copiando lo mejor posible las costumbres naturales, para lo que se crían varios ejemplares jóvenes de la misma especie, preferiblemente más de 15, observando a partir de un tamaño determinado de los peces la formación de un casal, que se separa del resto y protege una zona o rincón del tanque. Cuidadosamente y procurando no equivocarnos, separaremos el par recién unido, dejándole solo en un acuario de cría para que consumen la perpetuación de la especie.
Las grutas naturales o artificiales
Si la especie que deseamos criar pertenece a este grupo, que gusta de rincones para efectuar la puesta y cuidar la prole, el recipiente destinado a la reproducción deberá tener rocas horadadas, un espeso fondo arenoso e incluso macetas desinfectadas colocadas acostadas sobre el suelo del tanque, donde los peces encuentran el nido adecuado. Algunos aficionados utilizan como cuevas cáscaras de coco hervidas y peladas, aserradas por la mitad y colocadas boca abajo . Estos nidos, baratos, cómodos y de fácil instalación, permiten que sobre ellos crezca el musgo de Java , ofreciendo además un precioso efecto decorativo. El Pelmatochromis kribensis acepta gustoso estos refugios y tras el nacimiento de sus hijos los padres se turnarán en el cuidado de los alevines, que nadan agrupados alrededor del padre o de la madre según las circunstancias.
Autor: Rednaturaleza Web: » Rednaturaleza
Revisado 15 Agosto 2023 – Publicado 23 Dic 2013