Conejos miedosos o agresivos

Para poder llevarnos bien con nuestro pequeño amigo, lo más importante es entender qué quiere decirnos, qué nos transmite y así poder actuar en consecuencia. De gazapos, los conejos suelen ser sociables y no tienen ningún problema con el contacto humano, pero eso no siempre es así. Algunos temen desde un principio a las personas, no se suben encima nuestro ni vienen a buscar la mano para recibir caricias. ¿Significa eso que no nos quieren? No exactamente.

Los conejos actúan por instinto, algunos más y otros menos y debemos respetar sus límites, pero también intentar acercar esos límites.

 

El conejo miedoso o tímido

Hay conejos que tienen pánico a los humanos, las causas pueden ser diversas: desconocimiento, poco contacto anterior con humanos, malas experiencias, malos tratos, etc. Nunca debemos obligarle a acercarse a nosotros si tiene miedo, ni cogerle si vemos que sus ojos se salen de las órbitas, patalea y se le nota asustado.
Llegará un día que sí podremos hacerlo, pero necesitamos paciencia por encima de cualquier cosa. Las señales de los conejos son sutiles, sobre todo si estos son tímidos o miedosos. El primer paso hacia la confianza para un conejo tímido, será simplemente el hacer ver que no existes. Puede sonar raro, pero es muy duro para un conejo con miedo ignorarte, comportarse como es él sin prestarte atención, eso significa que ya no te considera un predador ni un peligro, por lo menos en la distancia. Empezaremos dejando que sea él el que salga de la jaula cuando se sienta un poco más cómodo y seguro, nos sentaremos en el suelo a una distancia de unos 2-3 metros para no agobiarle, y nos moveremos poco. Dejaremos que sea él el que se acerque a nosotros, es probable que las primeras veces se acerque y luego huya corriendo, pero cada vez se atreverá a acercarse más, incluso a tocarnos o a subirse en nuestro regazo. Después de dejarle investigar y demostrarle que no hay peligro, podemos probar a acariciarle cuando se acerque, si sale corriendo, volveremos a hacer como al principio, si se queda quieto un rato y se deja acariciar, habremos dado un paso más, pero es importante que siempre se sienta libre, que vea que en caso de asustarse puede escapar de debajo de nuestra mano. Podemos tentarle a acercarse a nosotros con comida, pero no usemos siempre este recurso o acabará por entender que solo debe acercarse en caso de haber comida.

 

brown rabbit

Sorpresa ¡Es agresivo!

La gente suele esperar que su peludo amigo sea sociable, cariñoso y divertido, pero a veces nos encontramos con un manojo de pelos de dientes afilados que nos gruñe y ataca con sus patas delanteras. ¿Cómo puede un conejo morder la mano que lo alimenta? No es nada fuera de lo común ni debemos perder las esperanzas ante tales hechos. Un conejo agresivo puede asustar, muerden con fuerza y pueden hacernos daño con sus uñas, por eso es importante saber algunas cosas básicas:

  • Los conejos no nacen agresivos, la agresividad es un problema de comportamiento, no genético y es algo que puede corregirse, dale una oportunidad.
  • Tu conejo no te odia, te tiene miedo.
  • Solo tú puedes solucionar el problema de tu conejo, no pienses que despertará un día y será diferente, eres tú el que debe cambiar ciertas cosas para hacerle cambiar de actitud.
  • Nunca castigues físicamente al conejo, eso solo empeoraría las cosas. Debemos hacerle entender que está en un ambiente seguro y que nadie va a lastimarlo. En realidad, la mayoría de las veces los conejos agresivos son simplemente conejos muy inteligentes y con mucho instinto, y esa es su manera de expresarse, una vez aprendamos donde están los límites y le respetemos, esa agresividad puede transformarse en energía y afecto.

 

brown rabbit on white textile

¿Porqué es agresivo?

El primer paso para ayudar a un conejo agresivo es entender el porqué de esta conducta. Pondremos algunos ejemplos que puedes encontrarte en el día a día con tu conejo:

1. Te muerde los tobillos y da vueltas a tu alrededor cuando te levantas o entras en su habitación, está nervioso y a veces ataca sin motivo. Esto se debe a un comportamiento sexual, se siente frustrado sexualmente e intenta cortejarte. Al principio puede ser gracioso pero al cabo del tiempo puede volverse molesto ya que puede incluso hacerte daño. La castración/esterilización suele apaciguar esta agresividad.
2. Cuando un conejo nuevo llega a casa, nuestra gran necesidad es la de acariciarlo, pero muchos salen corriendo en cuanto ven una mano que se acerca a ellos ¿Por qué? No es que no le gustes, simplemente tiene miedo. Su visión cercana no es buena y ver algo no identificado acercarse rápidamente a su cara puede ser un gran motivo de huída. En ese caso, iremos despacio y cuando tengamos nuestra mano sobre su cabeza pero lejos de su nariz y presionaremos su cabeza suavemente hacia el suelo, con esto le estamos diciendo que somos el conejo dominante, pero que no tenemos intención de hacerle daño alguno.
3. Tu conejo es adorable pero cambia completamente cuando está dentro de su jaula, se vuelve agresivo y no permite a nadie que meta la mano en ella. Eso se debe a territorialidad, la jaula es su territorio y hay conejos que no permiten la entrada entre en él. Eso debemos respetárselo, no lo cojas mientras está en la jaula, ábrela y deja que sea él quien salga. Después de unas semanas puedes intentar tocarlo mientras esté en la jaula, pero no toques sus cosas ni le cojas, acaricia su cabeza y presiónala suavemente hacia el suelo para que sepa que eres tú el dominante, no él. Si no opone resistencia, acaríciale un rato y háblale en tono tranquilizador, déjalo hasta el día siguiente y repite el ejercicio. Tarde o temprano asociará tu mano con las caricias y no como un intento de invasión.
4. Cuando tu conejo se enfada puede darte peque ños mordiscos, generalmente su intención no es hacerte daño, sino decirte que te apartes de su camino, que no le impidas morder esa chancleta o que le dejes subirse a la cama, es la forma en que le comunicaría eso a otro conejo, pero a nosotros sí puede hacernos daño. Para hacérselo entender puedes gritar cada vez que te de un mordisco, él se sorprenderá y a la larga es posible que asocie el grito con dolor, y deje de hacerlo. También puedes poner tu mano sobre su cabeza y presionarla hacia el suelo, diciéndole que ahí mandas tú y que no te lleve la contraria.

Agresividad asociada al celo

Si el conejo no está esterilizado/castrado, el comportamiento agresivo puede deberse a su instinto de territorialidad. En libertad, los conejos, aunque más las conejas son muy territoriales y defenderán su nido con todas sus fuerzas. Algunos conejos que aunque domesticados tengan esos instintos muy arraigados pueden presentar el mismo comportamiento en casa, considerando como su «nido» la jaula, la habitación donde viven, etc. Esta agresividad debida a la territorialidad suele disminuir considerablemente al castrar/esterilizar a nuestra mascota. Tienen elevados niveles de hormonas que dictaminan totalmente su comportamiento, «escondiendo» su carácter real. La adolescencia, o al menos las manifestaciones externas de ella, pueden aparecer de repente, las hormonas de nuestro gazapo despiertan y entran en una fase que puede transformarlos y desconcertarnos sino estamos preparados.
La adolescencia puede comenzar a los 3 meses en razas enanas, aunque a muchos les viene el celo a los 4.5 meses. La subida hormonal más importante dura aproximadamente un año, luego es muy probable que el animal se calme, aunque nunca volverá a tener el carácter que tenía de gazapo. Ahora entenderemos por qué la mayoría de los conejos abandonados están entre los 5 y los 12 meses. En algunos casos es debido a que la novedad y la fase de gazapo gracioso ha terminado. Pero más a menudo es debido a un cambio repentino de carácter, pasan de ser fácilmente controlables a ser imprudentes, sucios y «malos». Escarban, arañan, gruñen, muerden… pocos de estos animales son adoptados y lo que es una fase normal y natural de la vida se convierte en una «enfermedad» cuando el propietario, harto, decide abandonarlo, o peor aún, eutanasiarlo.
La palabra clave aquí es «fase», si tú y tu conejo lográis sobrevivir a la adolescencia juntos, habrá otro final para la historia, una versión más tranquila de tu amigo preadolescente.
La sexualidad juega un papel muy importante en los cambios de conducta que acompañan a la adolescencia. Pueden incluir orina en aspersión, rodearnos, montar, pellizcar, cambios bruscos de humor, cavar, peleas entre conejos que antes se llevaban bien, etc. La cura para todas estas actividades es simple, la castración/esterilización del conejo. La edad para castrar a los machos es a partir de los cuatro meses, o cuando desciendan los testículos, en hembras, a partir de los 6 meses.
El efecto de la castración/esterilización no es inmediato, se tienen que eliminar las hormonas que aún están en el organismo (en machos un mes aproximadamente y en hembras hasta seis meses). La cirugía no es una «cura» inmediata, pero a veces es necesaria para sobrevivir a la adolescencia. No hay desventajas fisiológicas o conductuales en la esterilización. Ningún debate sería completo sin mencionar las ventajas éticas. Muchos conejos son eutanasiados diariamente y otros muchos son abandonados en calles y campos sin ninguna esperanza de supervivencia. El asesinato o abandono no son métodos aceptables a la hora de un control demográfico.

 

 

Agresividad asociada al entorno

Si el conejo está castrado/esterilizado puede haber otras razones para la agresividad. Si acabas de adoptarlo puede que esté estresado por el cambio, puede haberlo pasado mal anteriormente, antes de llegar a tus manos o puede ser que no haya tenido suficiente contacto con humanos y les tema.
Si el animal ataca en estos casos, lo mejor que podemos hacer es ponernos guantes para que en caso de mordisco, no nos hiciera daño. Si no llevamos guantes e intentamos cogerle, lo haremos con miedo, vacilando, y eso ellos lo notan y les inspira aún más miedo. Así si nos muerde, no hará tanto daño, no gritaremos ni nos sobresaltaremos y sobre todo, no le soltaremos de golpe, con el consecuente susto para él que eso tendría.
Empezaremos a investigar, observaremos qué le produce esta conducta. El ruido de los pasos, sonidos extraños… debemos hacerles entender que sea lo que sea lo que le da miedo, no está ahí para comérselo.
Es conveniente no tratarle como un «conejo psicópata» sino con encanto, debemos hablarle suavemente y como si fuera lo mejor que nos ha pasado en la vida. Salúdale efusivamente, no le grites cuando se ponga agresivo sino sonríe y estate siempre de buen humor.
Puedes intentar acariciarlo suavemente, cantar una canción, lo que sea para levantar la calma. Puede que sientas miedo porque algunos pueden ponerse realmente agresivos, pero si llevas pantalones largos, zapatos y guantes no debes temer a sus mordiscos, sino actuar como si esos ataques no influyeran para nada en tu comportamiento. Si crees que te va a morder, intenta poner tu mano sobre su cabeza y presionarla contra el suelo, pero no te muestres enfadado, háblale tranquilamente y con calma, para que vea que tú mandas, pero que no eres peligroso.
Los conejos actúan por patrones establecidos, nuestro trabajo cosiste en cambiarlos, así entenderá que si cuando te acerques a él, no es para comértelo, sino para acariciarle, mimarle, alimentarle… acabará asociando tus palabras amables y tu presencia con algo bueno.
No desesperes, los conejos no cambian de la noche a la mañana, pueden pasar semanas hasta que tu pequeño amigo muestre señales de confianza hacia ti, piensa que no estás cambiando solamente su relación contigo, le estás cambiando su percepción del mundo, ayudándolo a entender que no es necesario vivir constantemente en tensión y temiendo a todo lo que le rodea.

¿El castigo?

Castigar a un conejo no funciona muy bien, sobretodo en los adolescentes. En cambio, es mucho más adecuado ponerlo en una situación donde sus opciones estén limitadas a hacer las cosas bien, en versión humana, como cavar en un cajón de arena en vez de la alfombra, morder cajas de cartón en lugar de los muebles, etc. El éxito a menudo incluye la limitación de su espacio físico.
Se paciente, disfruta de su exhuberancia, ríete con su picardía y considera la complejidad de la mente de un conejo. Contágiate de su alegría de estar vivo… Una vez le hayas visto patear, sacudir la cabeza y dar un giro de 180º en el aire antes de aterrizar, sabrás que ya formas parte de su selectiva sociedad.

 

Autor:  Asoc. Nac. Amigos del Conejo  Web: www.anacweb.es

 

 

Publicado: 30 Ene 2014 – Revisado: 15 Nov 2022

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