Cómo proteger a tu perro de la leishmaniosis

 

Cuando observes que tu perro va perdiendo el pelo en diversas zonas de la cara; que pierde peso, aunque no el apetito; si presenta heridas en la cabeza y las patas… probablemente, estemos ante algunos de los síntomas incipientes de un caso de leishmaniosis canina. Para que esta enfermedad se propague, se necesitan cuatro agentes: un perro infestado, el parásito, un mosquito flebótomo hembra y un perro sano. En este post te lo explicamos con más detalle y te damos los mejores consejos para evitar la picadura infecta.

Leishmaniosis o leishmaniasis, tanto monta, es una de las enfermedades caninas más frecuentes en España. Se trata de una afección causada por un parásito protozoo del género Leishmania, cuyo transmisor es un díptero de la familia de los flebótomos, de apenas tres milímetros.

Los parásitos Leishmania de los perros habitan en los macrófagos de la sangre, piel y órganos internos; también en la médula ósea y las articulaciones. Los macrófagos son células del sistema inmunitario, capaces de combatir las infecciones fagocitando las sustancias extrañas.

Sobre esta patología hay dos noticias: la mala es que esta infección no tiene cura y una parte de los animales contagiados presentan síntomas graves; la buena es que hay perros seropositivos capaces de vivir asintomáticos durante muchos años.

Veamos, resumido, el ciclo de la vida del parásito:

– Un mosquito flebótomo hembra pica a un perro infectado y toma parásitos Leishmania de la sangre de su piel. 

– Cuando estos parásitos llegan al estómago del mosquito, las células infectadas se rompen y los parásitos se liberan, se vuelven alargados y se adhieren a la pared intestinal.

– Luego se reproducen y en pocos días invaden el estómago del mosquito.

– Ya tenemos al mosquito hembra totalmente infestado y preparado para picar y depositar los parásitos en la sangre del perro sano.

– Tras la picadura, generalmente en la oreja o la nariz del perro, se produce el chancro de inoculación, que es la lesión focalizada en el punto de punción. El chancro va desapareciendo poco a poco y los parásitos van invadiendo otros órganos a través de la sangre del animal.

Síntomas frecuentes de leishmaniosis

Leishmaniosis

Son diversos, te detallamos a continuación algunos de los más habituales:

  • Decaimiento.
  • Adelgazamiento.
  • Anemia.
  • Fiebre.
  • Conjuntivitis, uveítis –inflamación de la úvea, lámina intermedia del ojo situada entre la esclerótica y la retina-.
  • Dolor en las articulaciones.
  • Ganglios linfáticos aumentados.
  • Diarreas y vómitos.
  • Dermatitis, descamación, nódulos, alopecia, trufa agrietada, aumento anormal de las uñas.
  • Insuficiencia renal; puede darse en casos de complicación de la enfermedad.

 

Tipos de Leishmania

Se distinguen varias especies:

Leishmania tropica

Leishmania major

Leishmania infantum

En España sólo existe la Leishmania infantum.

Localización de la leishmaniosis

En España, las regiones de mayor incidencia son:

– Aragón

– Cataluña

– Madrid

– Baleares

– Valencia

– Murcia

– Andalucía

– Castilla-La Mancha

– Extremadura

– Castilla y León

Épocas y lugares de riesgo

Si bien en las zonas cálidas de España hay mosquitos casi todo el año, en general deberemos extremar las precauciones especialmente con la entrada del calor, desde mayo hasta octubre. Durante el invierno los mosquitos se encuentran en estado de larvas cuaternarias y son inofensivos.

Los flebótomos se esconden en:

  • Hendiduras
  • Grietas
  • Oquedades
  • Materia orgánica

Crían en lugares húmedos:

  • Estanques
  • Pantanos
  • Ríos
  • Riego en parques
  • Zonas con vegetación

Transmisión de la leishmaniosis

Leishmaniosis - mosquito de leishmania

Únicamente las hembras de los flebótomos son capaces de transmitir la leishmaniosis; la razón es que, a diferencia de los machos, sólo ellas tienen la necesidad de alimentarse de sangre para producir huevos.

La hembra pica unas 3-4 veces antes de morir y, si está infectada, puede contagiar a 3 perros. 

Sin ninguna protección, el riesgo de que un perro contraiga la enfermedad se sitúa entre el 3%-18%. Este porcentaje aumenta si el can vive en lugares cálidos y húmedos o si acostumbra a estar a la intemperie al anochecer.

Recordemos que los mosquitos empiezan su actividad desde el atardecer hasta el amanecer.

Los flebótomos suelen picar más en el exterior, pero también entran en las casas, donde, guiados por el olor, atacan a los perros.

Tratamiento de la leishmaniosis

La leishmaniosis causa la muerte a la mayoría de los perros infectados que no reciben el tratamiento y los cuidados adecuados. Así que toma buena nota:

  • Conviene llevar el perro al veterinario al menos una vez al año para detectar a tiempo los síntomas.
  • El tratamiento tendrá más éxito si se empieza en las primeras fases de esta afección. 
  • No existe una cura definitiva para la dolencia, solo un tratamiento de por vida; por eso, la prevención es lo más recomendable. 

 

Vacuna contra la Leishmania

La vacunación es una medida preventiva que actúa sobre la Leishmania, pero no impide que el flebótomo infectado pique a un perro.

A continuación anotamos unas pautas de interés sobre este método profiláctico:

  • Combinar la vacunación con los insecticidas y repelentes apropiados es el método recomendado por los expertos para proteger al perro contra la infección.
  • Se aplica por primera vez en tres dosis, con un intervalo de tres semanas; luego es preciso revacunar cada año para conservar la inmunidad.
  • Sólo debe administrarse a los perros sanos; por esto hay que hacer pruebas antes de ponerla para descartar la existencia de Leishmania.

 

Insecticidas, pipetas y collares contra el flebótomo

Conforman un trío de productos de vital importancia para impedir las picaduras de los mosquitos flebótomos.

Insecticidas: puedes encontrarlos en formato spray, eléctricos o como trampas con luz ultravioleta que atraen al mosquito por la incandescencia; cada uno es eficaz para un espacio y necesidad concreta.

Pipetas: las pipetas pueden combinarse con el collar para reforzar su acción; protegen también contra otros insectos y parásitos

Collares: tienen una eficacia del 95% y duran entre 3-4 meses; pasado este tiempo, deben sustituirse.

Prevención ambiental

En zonas endémicas es difícil aislar en todo momento al perro del contacto con los flebótomos. Aún así, las precauciones domésticas son fundamentales:

  • Alojar al perro en el interior de la casa desde el atardecer hasta el amanecer, que es el tiempo de mayor actividad de los flebótomos, y sobre todo durante los meses de más calor.
  • Utilizar mosquiteras con una luz menor de 1 mm en la zona de descanso del perro, tanto en el interior como en el exterior. También conviene impregnarlas de insecticidas con permetrina o deltametrina, que repelen al flebótomo.
  • Usar ventiladores o aire acondicionado refuerza asimismo la protección contra los flebótomos dentro de la casa; pues dificultan su presencia en el ambiente.
  • Cerrar puertas y ventanas siempre que sea posible para impedir la entrada de los mosquitos.
  • Evitar largos paseos con el perro durante las horas de mayor actividad del flebótomo
  • No acumular restos vegetales y basuras; son lugares ideales para la cría de los flebótomos.
  • Evitar que los mosquitos se alojen en los huecos. Lo ideal es que las paredes sean muy lisas y que estén pintadas con pintura repelente contra insectos.

Por último, pregunta a tu veterinario acerca de la incidencia de leishmaniosis canina en tu localidad y pídele que te aclare las dudas que puedas tener acerca de esta plaga en relación con tu fiel amigo.

Web: www.mascoteros.com

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