Por diferentes circunstancias nos enfrentamos muchas veces, al cambio de la dieta de nuestro gato. Por motivos fisiológicos como cuando pasa de cachorro a adulto, por cambios de estado como la gestación / lactancia, etc. Tambien cuando cursan ciertas enfermedades, como por ejemplo:Obesidad, Enfermedad Renal Crónica, Diabetes, etc.
A edades tempranas cuando el gato es cachorro, el cambio suele ser más exitoso. Los gatos adultos en general, demandan más tiempo en la transición de uno a otro alimento.
Distinguiremos dos tipos de gatos: los que solo aceptan un tipo de alimento y sabor característico, de los que comen diversas comidas.
Los primeros, son los que llevarán más tiempo y mucha paciencia, antes de desistir y desechar el nuevo alimento.
En todos los casos, el cambio deberá ser paulatino. Se debe evitar el cambio brusco porque puede llevar a una crisis de estrés o ansiedad aguda, que haga desarrollar alguna enfermedad en el gato.
Veamos algunas formas y métodos para lograr el cambio de dieta.
– Una forma relativamente fácil de introducir un nuevo alimento, es que éste tenga textura y formas similares al que está comiendo.
– Evitar el cambio de alimento bajo circunstancias de estrés por dolor, enfermedad o separación con su propietario. Por ejemplo cuando están internados o pensionados. Cuando suceda esto, deberá esperarse hasta la mejoría de su salud o a que regrese a su casa.
– Repetiremos: paciencia. En general a los gatos no les gustan los cambios. Menos si es en su comida. Los más apegados requerirán de dosis extra de nuestra paciencia. Pudiendo llevar hasta 1 mes o tal vez 2 meses de paciencia, para que acepten totalmente el nuevo alimento. ¡A no decaer en el intento!
– Durante la transición de su dieta se deberá controlar el peso. En los pacientes con obesidad, el pesaje es fundamental. Por un lado evaluaremos si se produce unl descenso e ir ajustando la cantidad del alimento a suministrar. Por otro lado, que ese descenso de peso, esté dentro de los rangos no perjudiciales para la salud de su gato.
En los pacientes que no deben bajar de peso, y que están cursando alguna enfermedad que requiere el cambio de dieta, el pesaje nos ayuda a mantener el peso de inicio (si es un peso correcto). O intentar la ganancia de peso, si es necesario.
– Tratar de familiarizar al gato con los nuevos olores y sabores, para evitar laneofobia .Es decir, mejorar las características organolépticas como el sabor y el olor de su alimento.
En el caso de los alimentos húmedos, por ejemplo se los puede entibiar para realzar tanto el sabor y como el olor. Suele indicarse este tipo de presentación (latas, pouch,etc.-) para gatos con bajo peso y /o que cursan con anorexia.
– Las dietas prescriptas suelen ser las que más tiempo llevan, antes que el gato las acepte. A no perder la paciencia.
Pasemos a algunos métodos que podemos implementar.
1) Mezclar el nuevo con el viejo alimento. Es el método más conocido y utilizado. Veremos cómo es el esquema: Los primeros días se pondrá el 75 % del alimento original y el 25 % restante, el nuevo. Luego se continuará con una proporción 50: 50. Unos días más. Los siguientes: 75 % del nuevo, 25 % del original .Hasta lograr llegar al 100 % con la nueva dieta. Llevará 1 o tal vez 2 semanas. Controlando, además de la aceptación del gato a lo nuevo, que no se produzca ninguna alteración gastrointestinal. (Vómitos / diarrea / constipación).
2) Alimento por raciones vs. Alimento ad libitum.
Utilizar raciones puede ser más recomendable. Tienen mejores resultados que, dejarle la comida a su voluntad, todo el día en su comedero. ¿Por qué? – Cuando las raciones son mayores, las probabilidades de encontrar al gato con hambre y que acepte la comida son bajas. La ración de alimento en el comedero, no debe estar más de una hora. Se retirará y se volverá a ofrecer en otro momento. Esto se repetirá unas 3 o 4 veces en el día. A la noche, retirar el plato porque el propietario no puede controlarlo.
3) Otro método:
Colocar dos comederos, de iguales características. En uno se pondrá el alimento nuevo y en el otro, el que venia comiendo. Este método puede demandar varios días, semanas incluso 1 o 2 meses. Cuando veamos que comienza a comer el nuevo alimento, se irá reduciendo la cantidad de la vieja dieta.
Conclusiones:
El cambio de alimento, es una maniobra muy significativa en el gato, se ha visto que para algunos resulta ser uno de los mayores factores de estrés. Un cambio paulatino y con mucha paciencia, es fundamental para evitar o agravar un problema ya existente en nuestro gato. Todos los cambios de dieta, deben ser prescriptos y supervisados por un veterinario especializado en Medicina Felina.
Autora: Dra. Tamara Tobío – Miembro de Aamefe
Web: www.foyel.com