Los gatos tienen un paladar distinto a los perros, así como unas necesidades nutricionales diferentes. Conocer las particularidades del felino frente al plato prevendrá errores con respecto a su alimentación que puedan tener consecuencias para su salud. En este artículo se detalla cómo es el gato a la hora de alimentarse, el peligro de que ayune, la importancia de su hidratación a través del alimento, la tendencia del felino castrado y urbano a la obesidad, su peculiaridad de comer pequeñas cantidades de alimento y cómo evitar las bolas de pelo en su estómago.
¿Cómo es el gato a la hora de alimentarse?
Los gatos racionan la comida de su plato y, aunque sea abundante, consumirán el alimento poco a poco
En España crece el número de adopciones de animales y, sobre todo, las de gatos, que según datos de la Fundación Affinity, han crecido un 10%. En los hogares españoles, hay alrededor de cuatro millones de estas mascotas y, según Raquel Sierro, presidenta de la Asociación Felina Española (ASFE), aumentarán su presencia en los próximos años «porque son animales que se adaptan muy bien al estilo y ritmo de vida actuales».
No obstante, todavía existe mucho desconocimiento sobre sus peculiaridades, advierte Sierro, y el aspecto nutricional es uno de ellos, que además resulta fundamental para su bienestar.
La mayoría de los gatos saben racionar la comida de su plato y, aunque sea abundante, consumirán el alimento poco a poco. Por lo que si deja comida en su plato no significa que esté inapetente o no le guste el pienso que le proporcionan sus dueños. Esta es una característica que distingue al felino del can a la hora de comer, además de otras como las siguientes.
1. El gato no puede ayunar porque peligra su salud
Los gatos tienen un hígado peculiar si se compara con el de los perros. «Cuando deja de comer, bien porque carece de alimento o por enfermedad, corre el riesgo mortal de padecer lipidosis hepática«, comenta Imanol Sagarzazu, veterinario. Esta patología consiste en una alteración del funcionamiento de este órgano vital, que se produce cuando el felino no ingiere grasa.
Su hígado carece de la capacidad y reservas grasas de otros mamíferos, como el can, y por ello es más proclive a alteraciones graves que, una vez desencadenadas, son difíciles de tratar y pueden provocar la muerte del gato.
Por ello, no conviene esperar para consultar al veterinario cuando el felino deje de comer. De esta forma se descartan enfermedades y se toman medidas pronto, para que pueda alimentarse de nuevo de manera adecuada.
2. El gato necesita hidratarse a través del alimento
Los veterinarios aconsejan que el gato alterne pienso seco con húmedo, con el fin de aportar una hidratación extra, ya que es un animal que tiende a ingerir escasa agua.
La razón, apunta el veterinario Antonio Aguado, «se encuentra en el origen desértico de los actuales felinos domésticos». Sus ancestros africanos estaban adaptados para sobrevivir con la ingestión de escasa cantidad de agua, y este rasgo se mantiene en los gatos domésticos actuales.
Por ello, el alimento húmedo es una manera de completar la ingestión de líquido para el felino. Además, el agua limpia y fresca no le debe faltarle nunca en casa.
3. Evitar la obesidad de los gatos castrados y urbanos
Los gatos urbanos que no salen al exterior, viven solos y están castrados son propensos a padecer obesidad
Los gatos urbanos que no salen al exterior, viven solos y están castrados son propensos a padecer obesidad, una enfermedad que puede acarrear consecuencias graves para su salud, como la diabetes. Alrededor del 40% de los felinos sufren obesidad, según estudios al respecto.
Los gatos no salen a pasear tres veces al día, como los perros, y son dormilones por naturaleza. Si, además, tienen falta de actividad, porque no cuentan con compañero de juegos, y están esterilizados, suelen acabar por acudir más veces al plato a comer de lo recomendable.
Por ello, a estos felinos de vida sedentaria, conviene ofrecerles un pienso bajo en calorías, procurar racionarles la comida y animarles a que realicen alguna actividad física, a través del juego.
4. Los gatos comen pequeñas cantidades de alimento varias veces al día
Otra peculiaridad de los gatos frente al plato es que come pequeñas cantidades de pienso en varias ocasiones al día. Lo habitual en ellos, con excepción de los que están castrados, viven en pisos y tienen poca actividad, es que sepan regular la cantidad de alimento que ingieren, de forma que, aunque el cuenco de comida esté lleno de pienso, el felino evitará darse un atracón y preferirá visitar el comedero de manera reiterada a lo largo del día.
¿La razón?: los gatos son cazadores solitarios que obtienen alimento de la naturaleza de vez en cuando, y su estómago está adaptado a esta circunstancia.
5. El gato es un engullidor de pelo y necesita expulsarlo
Un rasgo específico y distintivo de los felinos es su acicalamiento diario con la lengua. Este afán por su aseo corporal tiene como consecuencia el cúmulo de bolas de pelo en su estómago que le pueden provocar vómitos y molestias intestinales.
«Para mantener el tránsito intestinal fluido del gato, existen piensos específicos que favorecen la expulsión del pelo acumulado en el estómago«, recomienda Javier Zorriqueta, veterinario. Un producto que también ayuda a mantener limpio de pelos el tracto intestinal del felino es la malta, un laxante natural que se comercializa en formato de tubo y con textura de pasta.
Autor: Carolina Pinedo Web: www.consumer.es