Alimentación de las tortugas hervíboras

Alimentos peculiares para las tortugas

Algunos alimentos pueden resultar tóxicos para las tortugas y otros nos pueden ayudar a prevenir enfermedades o en determinadas épocas.

Berenjena: contiene una alta concentración de celulosa, que actúa como absorbente y puede provocar tapones intestinales. No se debe administrar.

Patata, boniato, batata y otros tubérculos: contienen almidón, que actúa igual que la celulosa. Es mejor no administrarlos (ni sus hojas ni  los tubérculos). Hay una excepción, si tenemos una tortuga con una diarrea muy   fuerte por haber comido hierbas silvestres indigestas u otros motivos podemos administrar una patata o zanahoria hervida y manzana rallada que nos ayudará a estreñirla.

Perejil: aunque tiene un ratio de calcio/fósforo muy adecuado para las tortugas, actúa como vasodilatador (altera el flujo sanguíneo y puede provocar  hemorragias internas).  No administrar nunca.

 

 

Lechuga: es habitual que muchas tortugas mueran si las alimenta sólo con lechuga y tomate. Hay quién sólo les ofrece esto porque es la única verdura que tiene en su nevera, pero no cubre sus necesidades de calcio, vitaminas y nutrientes. Sin embargo, eso no quiere decir que sean alimentos nocivos para las tortugas, sino que no son suficientes y hay que combinarlos con otros.

La lechuga es uno de los vegetales con mayor cantidad de vitamina E. Esta vitamina regula el funcionamiento de las mucosas y es muy importante su labor en las   mucosas respiratorias y genitales. Por ello, es un buen complemento de la dieta   de las tortugas hembras durante la reproducción (actúa aumentando la fertilidad) y para las tortugas propensas a infecciones respiratorias (si se administra a graecas o horsfieldi recién salidas de la hibernación previene problemas respiratorios   porque regula las mucosas respiratorias).

Las hembras que han tenido crías con deformidades (la más común es bebés con un solo ojo) o cuyos huevos no llegan a término es mejor no reproducirlas. Sin embargo, ante la posibilidad de que realicen puestas de huevos hasta tres años después de la última monta es conveniente ofrecer en época de cría alimentos ricos en vitamina E (lechuga, canónigos y diente de león, por ejemplo). En casos extremos se puede dar este suplemento en forma de fármaco con medicamentos tipo Auxina A+E (la absorción de vitamina E es más completa si se combina con vitamina A), aunque siempre es mejor probar primero con métodos naturales.

Tomate y manzana: Son muy ricos en vitamina C, actúan como reconstituyentes (aceleran los procesos enzimáticos) después de enfermedades o periodos de debilidad. Son especialmente beneficiosos en casos de complicaciones respiratorias. Pero   deben administrarse frescos, pierden rápido sus propiedades una vez se trocean (se oxidan).

Soja: es muy rica en «proteína vegetal», por eso la consumen mucho los vegetarianos para compensar su carencia de proteínas de origen animal. No se debe administrar a las tortugas herbívoras y mucho menos a las bebés o las especies que se alimentan casi exclusivamente de pasto y hierba (como las sulcatas), ya que puede provocar deformidades en el caparazón.

Papaya: es uno de los alimentos que tiene un mejor ratio calcio/fosforo (entorno a 7/1), pero no se debe administrar normalmente porque contiene una gran cantidad de azúcar. Es útil en época de cría, porque su alto contenido en calcio ayuda a la correcta formación de los huevos. Se puede emplear como sustituto de los suplementos de calcio, pero nunca ofrezcas ambos combinados. Demasiado calcio puede provocar problemas óseos o la creación de huevos demasiado duros de los que las crías tendrán dificultad para salir. KIWI: provoca diarrea y no se debe administrar salvo para tratar intoxicaciones o tapones intestinales. Si nuestra tortuga ha ingerido alimentos tóxicos (perejil, adelfa, jazmín, jacinto, belladona y cola de caballo, por ejemplo) debemos administrar un laxante que ayude a que la tortuga defeque el alimento tóxico lo antes posible y que no le de tiempo a absorber sus toxinas a través de las paredes intestinales y estomacales.

Lo mismo sucede si ha ingerido un cuerpo extraño (piedras absorbentes para gatos, gravilla…). En casos leves se puede administrar una rodaja de kiwi, que ayudará a defecar a la tortuga, o si esto no es suficiente se puede introducir con ayuda de una jeringa o un cuentagotas un chorrito de aceite de oliva por la garganta de la tortuga. Hay que repetir la operación todos los días hasta que elimine el cuerpo extraño y comprobarlo mediante una visita veterinaria para realizar radiografías.

 

Autor: Manuel Reyes

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