Historia
La historia del Akita-Inu tiene aires de espíritu romántico, mezcla la realidad con la ficción y la fantasía con la controversia. Se tiene constancia de la aparición del Akita como raza pura desde hace más de 3000 años, sin embargo, por el oscuracionismo y aislamiento del pueblo japonés su historia se ha convertido en un verdadero enigma.
Es el perro de mayor tamaño entre las siete razas japonesas puras declaradas monumento nacional por el Ministerio de Educación Nipón. El Akita recibe su nombre de la prefectura Akita, una región situada en el extremo septentrional de la isla de Honshu, en Japón.
En sus primeros momentos el Akita fue conocido como perro de Odate, este nombre pertenece a una ciudad que también se la conoce como “ciudad del perro” situada en la anteriormente nombrada prefectura Akita. En dicha ciudad se reunió el Headquarters Shows, en mayo de 1977. Entonces el nombre fue sustituido por Akita Inu (Inu = perro). Fue el primer perro declarado monumento nacional en julio de 1931 con el afánde preservar la raza. Estuvo al borde de la extinción por diversas circunstancias:
- En 1899 y 1924, Japón sufrió unas horribles epidemias de rabia. Fueron declarados oficialmente más de 3000 casos. A causa de esto muchos perros que vagabundeaban por las calles incluidos los Akitas fueron sacrificados.
- Durante los siglos XVII y XVIII, el auge de las peleas de perros sobre todo en las zonas rurales, incrementó más el peligro de extinción del Akita como raza pura debido a que se buscaban perros más agresivos y de mayor tamaño. El Akita fue cruzado con el Tosa que era un perro luchador de la isla de Shikoku. Del resultado de estos cruces nació un perro llamado Shin-Akita, en el cual habia desaparecido el instinto de caza original del Akita y su carácter apacible.
- Una de las circunstancias más importantes fueron los efectos de la Segunda Guerra Mundial sobre la población, por la falta de alimentos y productos de primera necesidad. Lógicamente ante estas carencias el mantenimiento de los perros pasó a un segundo plano. Se confeccionaron abrigos con la piel de los perros y de los gatos. A consecuencia de esto muchos Akitas fueron cazados, capturados y matados. Para salvaguardarlos de todo esto algunos Akitas fueron llevados a regiones muy recónditas dónde los agricultores fingían que los usaban para guarda.
Como ya hemos comentado anteriormente debido a todas estas circunstancias el Akita estuvo al borde de la extinción. Hay que dar gracias al Señor Shigeie Izumi, alcalde de Odate que organizó en 1927 el Akita-Inu Hozonkai (Akiho), con el afán de preservar el Akita-Inu original. Esta organización se vio favorecida por el estudio del profesor Watase sobre el Akita. Dicho estudio proponía que el Akita fuese declarado monumento nacional y que se restaurara la raza. Si este profesor no hubiera mostrado tanto interés en salvar y conservar esta maravillosa raza nunca hubiéramos tenido la oportunidad de admirar ningún ejemplar de esta impresionante raza.
La Leyenda de Hachiko
Como muchas razas de perros, el Akita no iba a ser menos y también tiene su propia leyenda, su historia entrañable, dónde demuestra una gran lealtad por su amo. Nos referimos a la leyenda de Hachi Ko, probablemente la más antigua y conocida.
Hachi Ko nació en Noviembre de 1923 en la prefectura de Odate, provincia de Akita al norte de Japón. Fue regalado al Dr. Eisaburu Ueno, profesor en el departamento de Agricultura de la Universidad de Tokio. Todas las mañanas, el perro caminaba junto a su dueño a la estación de tren Shibuya y todas las tardes a las tres en punto, iba a recibirlo a la misma.

Pero el 21 de mayo de 1925, el profesor fue a la estación por la mañana y no regresó, falleció a causa de un fallo cardíaco. Aunque apenas tenía un año y medio de edad el fiel Hachi Ko, continuó regresando a la estación cada mañana y cada tarde para esperar a su amo durante 10 años, todo Tokio acabó conociendo la historia y cuidaron y alimentaron a Hachi Ko durante su larga espera. La noche del 7 de marzo de 1935, encontraron a Hachi Ko muerto en el mismo lugar donde había esperado a su dueño durante tantos años.

En ese mismo lugar, en 1943 se erigió una estatua de bronce en honor a Hachi Ko. Lamentablemente poco después el gobierno confiscó y fundió todas las estatuas para fabricar armas durante la guerra.
En 1948, el hijo de Teru Ando, el escultor que creó la estatua original de Hachi Ko realizó otra que fue erigida en el mismo lugar que la primera. Desde entonces, dicha estatua se ha convertido en un lugar de reunión para los amantes de los perros y en un punto de atracción turística en Tokio. Todos los años, los habitantes del pueblo Perfomance, pueblo del profesor, rinden un homenaje ante la estatua de “Hachi”, como le llamaba su amo.
Estamos seguros que “Hachi” ha entrado a formar parte de las leyendas caninas por méritos propios. Fue enterrado con todos los honores por la gente que tanto le había cuidado durante su larga vigilia y espera hacia su amo.

Estándar oficial del Akita Inu
Este es el estándar publicado por la F.C.I., número 255 de fecha 3 de junio de 1993, traducido por Oscar Valverde Calvo al español. En la primera página del presente estándar, puede leerse:
![]() Breve Resumen Histórico La talla de los perros japoneses, originalmente variaba de pequeña a mediana y no existían las grandes. Se originó en el área de Tohoku, como un perro de caza de tamaño mediano, como un “Akita Matagi” (perro cazador de osos), alrededor de 1630-1870, bajo el Clan Sarake en la región de Akita. Según los registros históricos que aún existen, se alentó la cría de esta raza para promover las peleas de perros, con el fin de levantar la moral de los hacendados. Posteriormente, la raza se cruzó con un perro que se cree fue Mastín propiedad del ingeniero alemán en minas estacionado en las minas de cobre de Kosaka, y con un perro de pelea Tossa (resultado del cruce de la raza japonesa de talla mediana Mastín Shikoku con Pointers Alemanes, San Bernardo, Gran Danés, etc.), por lo que se perdió la forma triangular redondeada de las orejas y la cola enroscada, que fueron las características originales de los Akitas en otro tiempo. En el año 1908, se prohibieron las peleas de perros y la opinión pública gradualmente favoreció la preservación de esta raza por parte de profesores y gente ilustrada. En 1919 se sancionó la ley para la preservación de los Monumentos Naturales, y como resultado del esfuerzo de los criadores para mejorar la raza tiempo después, en 1931, nueve excelentes perros de esta raza fueron declarados Monumentos Naturales y, en consecuencia, la raza se volvió muy popular. A finales de la 2ª Guerra Mundial, en 1945, se hizo un gran esfuerzo para eliminar la estirpe de los Mastines y otras razas extranjeras de los pocos Akitas que quedaban, ello para crear el Akita puro, lográndose estabilizar el linaje puro de los Akitas grandes que se conocen la actualidad. Aspecto General Perro de talla grande y estructura sólida, bien equilibrado y con mucha sustancia, las características sexuales secundarias bien acentuadas, de gran nobleza y modesto señorío, de constitución fuerte. Proporciones Importantes La relación entre la altura a la cruz y la longitud del cuerpo es de 10 a 11, pero el cuerpo de las hembras, es ligeramente más largo que el de los machos. Comportamiento y Temperamento Es un perro de temperamento calmado y receptivo. Cabeza El tamaño del cráneo es proporcional al cuerpo. La frente es ancha, con una depresión fonto-nasal (stop) bien definida y con un surco nítido, pero sin arrugas. Las mejillas debes de ser moderadamente desarrolladas, el caballete nasal recto, con una nariz grande y de color negro. En el caso de los ejemplares de pelo blanco se permite la coloración encarnada. El hocico es moderadamente largo y fuerte, con una base amplia que se adelgaza hacia la punta, aunque no es puntiagudo. Dientes fuertes con mordida en tijera. Los belfos adherentes.
Cuerpo Dorso recto y firme, la región renal es amplia y musculosa.El tórax es profundo, el pecho bien desarrollado, las costillas moderadamente bien arqueadas, el abdomen recogido. Cola De implantación alta, gruesa y llevada vigorosamente enroscada sobre la espalda. La punta de cola casi llega a los corvejones cuando le cuelga hacia bajo. Miembros Anteriores Los hombros descienden moderadamente en forma oblicua y deben estar desarrollados, los antebrazos deben ser rectos y de huesos pesados, los codos adheridos al cuerpo. Miembros Posteriores Las patas traseras deben de estar bien desarrolladas, ser fuertes y moderadamente anguladas. Pies Gruesos, redondos, arqueados y con dedos apretados. Andadura De movimiento flexible y poderoso. Pelaje Pelo: La capa externa debe ser de pelo liso y textura dura, la capa interna debe ser de pelo fino y abundante. La cruz y las caderas deben estar cubiertas de pelo ligeramente más largo. El pelo de la cola será más largo que el que cubre el resto del cuerpo. – Color: Rojo, pimienta, atigrado y blanco. Todos los colores supra citados, excepto el blanco, deben tener “urajiro” (pelo blancuzco a los lados del hocico, en las mejillas, debajo de la mandíbula y en el cuello, en el pecho, abdomen debajo de la cola y de la parte interna de las patas. Talla Altura de la cruz en los machos 67 cm.; en las hembras 61 cm. Se tolera una diferencia de más-menos 3 cm. Defectos Cualquier desviación de las anteriores características deberá considerarse como defecto, y se penalizará en proporción exacta a su gravedad.
Descalificaciones
Los machos deberán tener dos testículos de apariencia normal, completamente descendidos en el escroto. Carácter El Akita tiene un carácter reservado y silencioso, permanecerá impasible en situaciones irritantes, de poca importancia. En la relación con otros perros tomará el papel dominante, no buscará enfrentamiento a no ser que haya sido retado anteriormente. Deberemos acostumbrarle desde cachorro a la relación con todo tipo de perros y otros animales que vayan a convivir con él, para así, conseguir de nuestro Akita un perro totalmente socializado. Con relación a sus dueños será cariñoso, leal y protector. Tendrá un carácter amistoso con las personas en general a no ser que demuestren malas intenciones. Es una raza que no ladra a no ser que tenga una buena razón. Cuando un Akita ladra hay que prestarle atención. En el carácter del Akita toma especial importancia su instinto protector hacia la familia y sus pertenencias, por lo que NO necesitará ningún tipo de adiestramiento especial en guarda, ya que lo único que conseguiremos será estropear su carácter. En el caso, de que queramos entrenar a nuestro perro en obediencia y llevarle a una escuela de adiestramiento, deberemos trabajar en estrecha colaboración con el adiestrador y nunca dejar que nuestro perro sea adiestrado sin nuestra presencia. La llegada de un cachorro de Akita a su nueva casa, será todo un compendio de adaptabilidad, pues después de inspeccionar su futuro hogar establecerá una cordial relación de amistad y compañerismo con la familia. Es un perro que combina la fuerza con una impresionante agilidad. Espero que estas líneas sirvan para conocer el carácter y el temperamento del Akita, aunque a este perro nunca se le llega a conocer realmente hasta que no se disfruta de su compañía durante largo tiempo. Carácter Es un perro realmente impresionante, tanto por su belleza como por su carácter. Una de las cosas que más me ha llamado la atención de esta raza, es su exagerada predilección por los niños, a los que soporta sin queja alguna sus juegos y sus travesuras. Antes de decidirse por tener un Akita como compañero, hay que informarse muy bien del carácter, comportamiento, necesidades, etc… y no dejarse llevar por la increíble belleza de este animal, más aún si el primer Akita que observamos es un precioso cachorro semejante a un peluche. Esto indudablemente hay que aplicarlo a cualquier raza, ya que nos evitará futuros problemas.
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