El Seprona de la Guardia Civil investiga a una mujer de 39 años al descubrir que habría dejado morir de hambre y sed a tres gatos y a un perro que tenía en el interior de un piso situado en el barrio de Monte Porreiro, en Pontevedra.
Los funcionarios de justicia se presentaron en su domicilio para ejecutar una orden de desahucio por impago de alquiler y se encontraron con los animales muertos en la casa.
En el salón, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza encontraron los restos de tres gatos muertos, uno de ellos momificado, así como los esqueletos de otros dos felinos. Detrás de la puerta de la cocina estaba el esqueleto de un perro, al que pudieron identificar por la lectura de su microchip. Ahora se entiende, el por qué los vecinos se quejaban desde hace unos meses del mal olor que despendía la vivienda.
Habiendo tomado declaración a los habitantes del bloque, el Instituto Armado localizó a la última persona que había residido en el piso, resultando ser una mujer, que es la que figuraba en el microchip como propietaria del perro.
Según las pesquisas del Seprona una compañía de transporte de animales había entregado a la mujer ese perro en mayo del 2022, ya que constaban sus datos en el albarán de entrega.
Es la tercera vez que esta mujer comete hechos semejantes
Esta mujer ya había sido investigada por la Policía Local de Pontevedra teniendo antecedentes por hechos como este. Constan hasta dos episodios similares.
Los restos de los animales encontrados en la vivienda fueron trasladados al Centro de Acollida e Protección Animal (CAAN) adscrito a la Diputación Provincial de Pontevedra, para su análisis. Un profesional veterinario confirmó que habían fallecido por inanición y que, ante la falta de alimento, los animales habían recurrido al canibalismo.
Por estos hechos, el Seprona instruyó diligencias policiales y han sido remitidas al juzgado de guardia de Pontevedra por un presunto delito contra los animales, con la novedad de ser las primeras actuaciones en esta materia con la modificación del Código Penal derivada de la nueva ley de Bienestar Animal, la mujer investigada se enfrenta a penas que llegan a 2 años de prisión.
