El pito real ibérico es un ave de la familia Picidae, grupo que incluye a los pájaros carpinteros. Durante mucho tiempo se consideró una subespecie del pito real europeo (Picus viridis), pero estudios genéticos y morfológicos confirmaron que se trata de una especie diferente, endémica de la Península Ibérica.
Morfología y aspecto general
El pito real ibérico mide entre 30 y 36 cm de longitud, con una envergadura de 45 a 50 cm y un peso aproximado de 150–200 gramos. Posee un cuerpo robusto y una postura erguida, adaptada para trepar por los troncos de los árboles.
Su plumaje es mayormente verde oliva en el dorso, con tonos amarillentos en el obispillo y la rabadilla. La cabeza presenta una corona roja intensa, más extendida en los machos que en las hembras. Una de las características más distintivas frente al pito real europeo es su cara grisácea, con un “bigote” (franja malar) gris o blanquecino, sin el negro marcado de su pariente del norte.
El pico, largo y puntiagudo, es una herramienta perfecta para perforar la madera en busca de alimento. Su lengua, de hasta 10 cm, es pegajosa y termina en una punta afilada, ideal para capturar hormigas y larvas escondidas en galerías.
Distribución y hábitat
El pito real ibérico se encuentra exclusivamente en la Península Ibérica, tanto en España como en Portugal. Prefiere zonas abiertas con árboles dispersos, como dehesas, bosques de ribera, encinares, olivares y áreas de cultivo con presencia de arbolado viejo. También puede verse en parques rurales y jardines con suficiente cobertura vegetal.
A diferencia de otros picos, no depende de los bosques cerrados, lo que le permite adaptarse a ambientes semiagrícolas o periurbanos, siempre que existan árboles maduros con madera blanda donde excavar sus nidos.

Alimentación
Su dieta se basa principalmente en hormigas y larvas de insectos, especialmente de los géneros Lasius, Formica y Camponotus. Usa su fuerte pico para perforar el suelo o la madera, y su lengua extensible para atrapar las presas.
En invierno, cuando escasean los insectos, puede consumir frutas, bayas y pequeños invertebrados.
Su método de alimentación en el suelo es bastante particular, ya que el pito real ibérico pasa más tiempo en tierra que otros carpinteros, moviéndose con saltos cortos entre hormigueros.
Reproducción
La época reproductora comienza en abril y se extiende hasta junio o julio. Durante este periodo, la pareja selecciona un árbol con madera blanda o deteriorada, donde excava una cavidad que servirá como nido.
La hembra pone de 4 a 7 huevos blancos brillantes, que ambos progenitores incuban durante unos 14–17 días. Los polluelos permanecen en el nido unas tres semanas, y una vez emplumados, siguen dependiendo de los padres un corto tiempo antes de independizarse.
Ambos sexos colaboran en todas las tareas: excavación del nido, incubación y alimentación de los pollos.
Canto y comportamiento
El pito real ibérico es conocido por su reclamo fuerte y risueño, un sonido similar a una carcajada: “klyu-klyu-klyu” o “ya-ya-ya”. Este canto es muy útil para detectarlo, ya que suele oírse a distancia en zonas arboladas.
Aunque pertenece al grupo de los pájaros carpinteros, no tamborilea tanto como otras especies, prefiriendo la comunicación mediante vocalizaciones.
Se trata de un ave territorial, especialmente en época de cría, y suele verse en parejas o en solitario. En invierno, puede formar pequeños grupos familiares.
Ecología y papel en el ecosistema
El pito real ibérico cumple un papel ecológico relevante, ya que:
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Controla poblaciones de insectos, especialmente hormigas.
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Excava cavidades que, tras su abandono, son usadas por otras especies de aves, murciélagos e insectos.
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Contribuye al reciclaje natural de la madera muerta.

Conservación
Aunque no se considera una especie amenazada, su población depende de la preservación del arbolado maduro y de los ecosistemas de dehesa. La pérdida de hábitat, la deforestación y la desaparición de árboles viejos pueden afectar negativamente su número en ciertas regiones.
En general, el pito real ibérico es un indicador de buena salud ambiental, ya que su presencia refleja la existencia de zonas rurales y forestales equilibradas.
Curiosidades
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Su nombre científico, Picus sharpei, honra al ornitólogo Richard Bowdler Sharpe, quien describió la especie.
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A diferencia de otros picos, raramente perfora madera viva, prefiriendo árboles muertos o semipodridos.
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Puede vivir hasta 10 años en libertad, aunque la media es menor debido a depredadores naturales y condiciones ambientales.
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En algunos lugares se le conoce popularmente como “pito verde” o “carpintero ibérico”.