En las especies sociales vocales, la capacidad de reconocer a los individuos basándose en la voz es una de las funciones más cruciales del sistema auditivo. Durante el reconocimiento de identidad de voz, las personas confían en la estructura acústica de las vocalizaciones. Las voces individuales pueden verse como puntos en un ‘espacio de voz’ multidimensional en el que los vocalizadores están separados a lo largo de numerosas dimensiones acústicas del reconocimiento de hablantes en no humanos.
Como el reconocimiento de identidad de voz es más relevante en las interacciones intraespecíficas, la investigación de sus fundamentos acústicos se concentra en las voces de los congéneres. Sin embargo, en algunos casos especiales (p. ej., en las relaciones perro-humano), el reconocimiento basado en la voz de individuos heteroespecíficos podría ser ventajoso. Si bien algunos estudios indican que los perros pueden asociar la información de identidad de la voz con los estímulos del habla, las bases acústicas del reconocimiento de hablantes familiares en perros nunca se han explorado.
En los caninos, la importancia de reconocer las voces de diferentes individuos conespecíficos (p. ej., el reconocimiento vecino-extraño en el comportamiento territorial de los lobos) es más obvia que la de los heteroespecíficos. Los perros, los lobos y los dingos pueden discriminar entre congéneres en función de las señales vocales. Los análisis estadísticos revelaron una amplia variedad de posibles señales de diagnóstico de identidad en las vocalizaciones. Estos incluyen parámetros relacionados con la frecuencia fundamental, la tonalidad, el sonido y la energía espectral. El estudio de comportamiento canino individual que buscaba marcadores de identidad de voz perceptivamente importantes en contextos intraespecíficos reveló un efecto del patrón de modulación de frecuencia en la discriminación de identidad de voz en lobos. A pesar de la escasez de investigaciones pertinentes, estos hallazgos muestran que los caninos pueden hacer uso de señales vocales para inferir identidades de vocalizadores.
Tanto el procesamiento eficiente del contenido del habla como el reconocimiento de ciertos humanos son importantes para los perros de compañía.. La selección de perros para preferir a los humanos resultó en relaciones sociales cercanas entre los perros de la familia y sus dueños. Vivir en el entorno social humano ha hecho que los perros respondan mucho al habla. De hecho, los perros pueden procesar y confiar en señales no lingüísticas y lingüísticas en el habla. En cuanto a la información del hablante, los perros pueden diferenciar entre voces femeninas y masculinas y pueden igualar la voz y el rostro de su dueño. Investigaciones recientes demostraron que los perros pueden distinguir entre hablantes desconocidos tanto desde el punto de vista conductual como neuronal, y pueden discriminar la voz en vivo de su dueño de la de un hablante desconocido del mismo género. Además, en los perros, una región cerebral auditiva secundaria es más sensible a los elogios del dueño que a los de una persona de control familiar. Aunque actualmente se desconoce si los perros usan las mismas señales acústicas que los humanos para identificar a los hablantes familiares, una mejor comprensión de tal diferencia o similitud sería informativa con respecto a la medida en que el sistema perceptivo de los perros está sintonizado con las señales transmitidas por el habla humana.
Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue examinar en qué señales acústicas confían los perros para discriminar la voz de su dueño de otras voces. Asumimos que el desempeño de la discriminación en los perros estará asociado con la distancia entre los hablantes con respecto a las señales acústicas utilizadas por los perros.
Aquí, probamos si los perros pueden reconocer la voz de su dueño y si confían en los mismos parámetros acústicos para dicho reconocimiento que los humanos usan para discriminar a los hablantes. Los estímulos eran frases pregrabadas pronunciadas por el propietario y las personas de control, reproducido a través de altavoces colocados detrás de dos pantallas no transparentes (con cada pantalla ocultando a una persona).
Investigamos la asociación entre la distancia acústica de los hablantes (examinada a lo largo de varias dimensiones relevantes en la identificación de voz intraespecífica) y el comportamiento de los perros. Los perros eligieron la voz de su dueño con más frecuencia que la de las personas de control, lo que sugiere que pueden identificarla.
El éxito de la elección y el tiempo dedicado a mirar en la dirección de la voz del propietario se asociaron positivamente, lo que demuestra que el tiempo de mirada es un índice de la facilidad de elección. La distancia acústica de los altavoces en frecuencia fundamental media y el jitter se asociaron positivamente con el tiempo de observación, lo que indica que cuanto menor sea la distancia acústica entre los altavoces con respecto a estos parámetros, más difícil será la decisión. Entonces, los perros usan estas señales para discriminar la voz de su dueño de las voces desconocidas.
En general, nuestros hallazgos muestran que los perros pueden identificar a su dueño basándose en señales vocales de identidad. También revelamos parámetros acústicos perceptivamente importantes que los perros usan para discriminar la voz de su dueño de las voces desconocidas. Este es el primer estudio que revela marcadores de identidad de voz perceptivamente importantes utilizados para discriminar entre voces de individuos heteroespecíficos.
Nuestros hallazgos indican que los perros usan algunas, pero probablemente no todas, las señales acústicas que usan los humanos para identificar a los hablantes familiares. Aunque los perros pueden detectar pequeños cambios en el habla, es posible que su sistema perceptivo no esté completamente sintonizado con las señales de diagnóstico de identidad en la voz humana.
Fuente: Departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd
