Primera observación directa de canibalismo en zorros

Zorro rojo

La escasez de alimentos en zonas de montaña puede provocar que los zorros corran el riesgo de contraer enfermedades al consumir conespecíficos muertos

El canibalismo, o depredación intraespecífica, ocurre cuando un individuo consume a otro individuo de su propia especie. Cuando se consumen los restos de un individuo muerto de la misma especie, el canibalismo recibe el nombre concreto de necrofagia caníbal o conespecífica. Estos comportamientos están muy extendidos entre las especies animales, pero son raros entre los mamíferos carnívoros.

El canibalismo implica beneficios ecológicos y nutricionales al proporcionar recursos alimenticios, pero puede conllevar riesgos potenciales como los relacionados con la transmisión de patógenos. En el caso del zorro rojo (Vulpes vulpes), un carnívoro generalista y oportunista capaz de aprovechar multitud de recursos tróficos en función de su disponibilidad, la posibilidad de canibalismo solo se había documentado mediante indicios indirectos.

 

Zorro rojo
Zorro. Foto: Pilar Oliva-Vidal.

 

Científicos del Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) han publicado las primeras observaciones directas de necrofagia caníbal en zorros rojos (Vulpes vulpes), dando lugar a nuevas teorías sobre el papel del canibalismo en la dinámica poblacional de los zorros y la transmisión de enfermedades intraespecíficas.

Las observaciones pudieron ser realizadas mediante la colocación de seis cadáveres de zorro y siete de cordero de tamaño similar para determinar las posibles diferencias en el comportamiento carroñero de los zorros entre cadáveres de conespecíficos y de especies presa. Gracias a cámaras de fototrampeo, se registró necrofagia conespecífica en todos los cadáveres de zorro en diferentes etapas de descomposición, temporadas y localizaciones. El tiempo de detección de los cadáveres por parte de los zorros fue similar tanto para los cadáveres de zorro como de cordero, pero los corderos se consumieron completamente en un período más corto, evidenciando una preferencia por el consumo heteroespecífico.

Estos hallazgos contrastan con otros estudios que argumentan que la evitación del canibalismo en mamíferos carnívoros se debe a una estrategia evolutiva para reducir la probabilidad de transmisión de enfermedades. De hecho, estas observaciones de necrofagia conespecífica proporcionan una evidencia directa contra la hipótesis de evitación de parásitos, lo que sugiere que los cadáveres de otros carnívoros y conespecíficos pueden representar un recurso trófico alternativo para los zorros en ciertas áreas y circunstancias.

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