El picabayas satinado, Melanocharis citreola, es el nombre de la nueva especie cuya descripción se ha publicado en la revista científica Ibis. Se diferencia de los demás miembros del género por la coloración del plumaje, la morfología, y múltiples diferencias en su genoma. Los picabayas habitan el sotobosque de selvas bien conservadas, donde se alimentan principalmente de pequeños frutos.
La zona de Nueva Guinea donde se ha encontrado es una de las menos exploradas del mundo y alberga una enorme diversidad todavía desconocida para la comunidad científica
La zona de Nueva Guinea donde se ha encontrado es una de las menos exploradas del mundo y alberga una enorme diversidad todavía desconocida para la comunidad científica.
“Las aves son una excepción, pues están mucho mejor estudiadas que otros grupos taxonómicos como los invertebrados o las plantas, y por eso encontrar una especie no descrita es muy difícil”, explica Borja Milá, investigador del MNCN-CSIC. De hecho, esta es solo la segunda especie descrita en Nueva Guinea en los últimos 80 años, tras la descripción del mielero de carlota, Melipotes carolae, hallado en las montañas Foja en 2005.
La familia Melanocharitidae, endémica de Nueva Guinea, incluye a los picabayas, de los géneros Melanocharis y Rhamphocharis, y a los picudos, de los géneros Toxorhamphus y Oedistoma, y representa un interesante caso de diversificación adaptativa, con especies que han evolucionado picos de distinta forma y tamaño para adaptarse al consumo de frutos y néctar en selvas tropicales.
En un principio, el equipo creyó que se trataba de una especie hermana del picabayas colilargo, Melanocharis longicauda, debido a su coloración y la altitud a la que fue descubierta, pero los análisis filogenéticos, que permitieron reconstruir la historia evolutiva del grupo, revelaron que está más relacionado con el picabayas estriado, Melanocharis striativentris.
Expediciones con nuevos hallazgos
La nueva especie de picabayas fue capturada durante dos expediciones biológicas en 2014 y 2017 a la región de Lengguru, en el Istmo de la Cabeza del Pájaro, una zona kárstica de topografía accidentada y difícil penetración por la falta de agua en superficie. Organizadas por el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Francia y el Instituto Indonesio de Ciencias (LIPI), las expediciones dieron lugar a numerosos descubrimientos sobre la diversidad zoológica y botánica de la región, tanto terrestre como marina.
Conseguimos tres individuos más, dos de ellos machos inmaduros, pero ni rastro de las hembras. Claramente todavía queda mucho por conocer sobre esta y otras aves de Nueva Guinea
“En 2014, durante el último día de muestreo a 1.200 m en las montañas Kumawa, capturamos en las redes un macho de picabayas que pertenecía claramente a una especie no descrita del género Melanocharis. Fue un momento emocionante” relata Milá. A partir de ahí se organizó una segunda expedición más larga a las montañas Kumawa en 2017 con el fin de obtener más datos sobre la nueva especie.
“Estuvimos un mes acampando a 1.200 metros y conseguimos tres individuos más, dos de ellos machos inmaduros, pero ni rastro de las hembras. Claramente todavía queda mucho por conocer sobre esta y otras aves de Nueva Guinea”, concluye Milá.
Referencia:
Milá, B., J. Bruxaux, G. Friis, K. Sam, H. Ashari, C. Thébaud. 2021. A new, undescribed species of Melanocharis berrypecker from western New Guinea and the evolutionary history of the family Melanocharitidae. Ibis, DOI: 10.1111/ibi.1298