El sargento Stubby, el perro más condecorado de la Primera Guerra Mundial

Stubby era un perro callejero de raza Boston Bull Terrier que fue encontrado merodeando por los jardines del campus de la Universidad de Yale, en Connecticut, en julio de 1917, mientras los miembros del 102.º Regimiento de Infantería del Ejército de los EEUU, integrados en la 26ª División conocida como «Yankee», entrenaban.

Uno de esos soldados, Robert Conray, se encariñó de él, y lo adoptó. Durante este tiempo Stubby aprendió a reconocer los toques de corneta y le enseñaron a saludar a los soldados poniendo su pata derecha al lado de su cabeza. Cuando llegó el momento de embarcar para ir el frente, Conray lo escondió en el depósito de carbón del buque SS Minessotta como si de un polizón se tratase. Fue descubierto por el oficial al mando, que se quedó perplejo cuando Stubby saludó militarmente, al oficial le cayó en gracia y dejó que se quedara a bordo.

 

El cabo Robert Conray y Stubby

 

Stubby y Robert Conrey estuvieron en las trincheras de Francia durante dieciocho meses. Durante este tiempo intervinieron en cuatro ofensivas y diecisiete batallas. Se intoxicó con gas mostaza, y tras su recuperación y gracias a su finísimo olfato salvó la vida de cientos de soldados de los ataques por sorpresa con este gas. Recorría las trincheras mordisqueando sin herir a sus compañeros adormilados, despertándolos, para que se pusiesen a salvo del gas. Stubby poseía un finísimo oído que era capaz de detectar cuando los obuses tirados por el enemigo se dirigían hacia ellos alertando a toda la tropa. También ayudó a encontrar soldados heridos para su rescate.

Por estos servicios sufrió varias lesiones: fue herido en una pata delantera por una granada de mano, pero como todo soldado fue enviado a retaguardia hasta que se recuperó por completo y volvió al frente. Mientras estuvo de paso por el hospital ayudó a subir la moral de los pacientes que allí se encontraban. Una vez curado siguió sirviendo a su unidad hasta el final de la guerra.

Durante la reconquista del territorio Château-Thierry por parte del ejército estadounidense, las mujeres de la región le hicieron a Stubby un abrigo de gamuza bordada con las banderas de los aliados. Sobre él se mostrarían todos los méritos de su carrera: el parche de la División Yankee; la medalla francesa de la Batalla de Verdún; la Medalla de la Primera Convención Animal de la Legión Americana Minneapolis, Minnesota, de noviembre de 1919; la medalla de veteranos de la Primera Guerra Mundial de New Heaven; la Gran Medalla de la campaña de St Mihiel; el Corazón Púrpura; la medalla de la campaña de Chateau Thierry; y su reconocimiento de la Legión Americana. Fue nombrado miembro vitalicio de la legión estadounidense y desfiló en todos sus desfiles y convenciones hasta su muerte. Stubby ha sido el perro más condecorado del ejército americano y es el primer perro en ser nombrado sargento honorario en el ejército estadounidense.

Otro de los episodios fue el que ocurrió durante la gran ofensiva que daría a las fuerzas de EE.UU. la victoria en Meuse-Argonne. Acostumbrado al idioma inglés, Stubby escuchó a un hombre hablando en alemán, hecho sus orejas para atrás y comenzó a ladrar. El sujeto intentó huir, pero el can le mordió en la pierna, tropezó y le redujo. Por este acto, el oficial al mando del regimiento 102 recomendó a Stubby para el grado de sargento, convirtiéndose en el primer perro en recibir un rango de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

Después del conflicto, Stubby regresó a casa como un héroe de guerra. Fue invitado a la Casa Blanca para conocer al presidente Woodrow Wilson y posteriormente también lo haría con otros dos mandatarios: Warren G. Harding y Calvin Coolidge.

 

John J. Pershing sujetando al Sargento Stubby. Robert Conroy, vestido de traje -Library of Congress, Prints & Photographs Division, photograph by Harris & Ewing

 

Su dueño, Robert Conray también fue condecorado. Recibió un Corazón Púrpura después de ser herido en acción. Una vez pasado el conflicto Robert Conrey  fue a Georgetown a estudiar derecho, por supuesto con Stubby. El héroe de guerra se convirtió en la mascota del equipo de fútbol del Georgetown Hoyas. En los descansos de los partidos, se podía ver a Stubby jugando con la pelota empujándola, para deleite del público.

Stubby vivió hasta los 9 años. La muerte le llegó mientras dormía un 16 de marzo de 1.926. El New York Times le dedicó un obituario de más de media página. Su cuerpo fue preservado y se encuentra exhibido en el Museo Nacional del Ejército en Washington D.C, junto con otra heroína de la Primera Guerra Mundial,  Cher Ami.

En 2006, durante la conmemoración del Día del armisticio se colocó una placa en el Camino de Honor del Liberty Memorial en Kansas City en recuerdo del Sargento Stubby.

 

 

«Sargento Stubby un héroe canino de la I Guerra Mundial. Un vagabundo valiente».

 

Bibliografía:

Departamento Militar de Connecticut

Taxidermidades

Infobae

 

Autora: Antonia Villalba

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