Los vigilantes del Museo de San Petersburgo conocido como el Hermitage

En su interior podemos encontrar una de las colecciones de arte más importantes del mundo con alrededor de tres millones de piezas. Artistas de renombre como: Gauguin, el Greco, Da Vinci, Goya, Juan de Juanes, Murillo, Picasso, Rembrandt, Ribalta, Ribera,  Rubens, Velázquez Zurbarán, Velázquez, entre otros, todos ellos tienen un lugar en este museo.

El Hermitage y las plagas de roedores

Su historia empieza con Catalina la Grande, cuando accedió al trono mediante un golpe de estado contra su marido Pedro III de Rusia. Ella estuvo en el trono desde 1762 hasta que falleció en 1796. Vivía en un ala de este gran conjunto de edificios que conforman el Hermitage, en el Palacio de Invierno.

Pero si hay algo que llama realmente la atención es el equipo de alta seguridad que vela porque todo esté en orden, al menos en lo que concierne al tema de roedores. Desde mediados del siglo XVIII fueron requeridos para mantener a raya a una plaga de ratas que invadió la ciudad. A partir de ese momento,  serían incorporados en la plantilla con el estatus de «custodios de las galerías de arte», adquiriendo así la categoría de guardianes oficiales del museo. Esto traería consigo además, su correspondiente manutención por parte del Estado.

Otro enfrentamiento con las ratas tuvo lugar durante el asedio de Leningrado (actual San Petersburgo en Rusia) por los alemanes de 1941 a 1944.  Hubo tal hambruna que la población termino alimentándose de perros y gatos. Por desgracia no quedo ni una sola mascota con vida. Las ratas proliferaron a sus anchas, comiendo los escasos víveres y suministros que quedaban en los almacenes y depósitos, así que nuevamente se requirió de una solución para su control:  la División Maullido.

 

Gatos en Leningrado

 

Hoy en día siguen viviendo en el mismo lugar, aunque ya no desarrollan las mismas funciones, debido principalmente a la tecnología para mantener a raya a los roedores. Alimentados por voluntarios, esta colonia felina de más de setenta individuos, sigue campando a sus anchas por el laberinto de 24 kilómetros de túneles del subsuelo del Palacio de Invierno y de los cinco edificios aledaños: el Pequeño Hermitage, el Gran Hermitage, el Nuevo Hermitage, el teatro, y el Palacio Menshiko.

 

El Museo de San Petersburgo y los gatos

El museo inició un programa especial destinado específicamente al cuidado de los gatos en el año 1990. Se establecieron tres puestos de voluntarios a tiempo completo, que se encargarían de cuidar a estos notables trabajadores felinos. El jefe de seguridad del complejo está a cargo de supervisar a los voluntarios y del cuidado general de los gatos, así como de su bienestar.  Además, el museo cuenta con cocinas específicas para preparar sus comidas y una pequeña clínica veterinaria para chequeos y emergencias. No en vano estos vigilantes bigotudos desarrollaron una excelente labor de control de ratas en tiempos pasados. A día de hoy si alguna se les cruza en su camino es muy probable que tampoco vea el nuevo amanecer.

 

Hermitage

 

El 2 de diciembre del 2020 estos bigotudos recibieron una noticia maravillosa. Un mecenas francés les incluyó en su legado, dejando una tercera parte de su testamento para su manutención y cuidados.

Cada 27 de mayo se realizan actividades en su honor y por supuesto, acorde a los nuevos tiempos, cuentan con hasta una página web propia donde poder adoptar alguno de estos singulares huéspedes del Hermitage.

 

Homenaje a los gatos por el Hermitage Magazin

El Hermitage Magazin encargó al artista Eldar Zakirov procedente de Uzbekistan una serie de retratos de seis gatos para que fueran inmortalizados como «ayudantes de la corte». Los felinos que prestarían sus caras para estas pinturas fueron seleccionados por el responsable de los gatos del museo. Una obra espectacular donde el artista reflejó las peculiaridades de sus rostros felinos, la forma de las orejas, los bigotes, el pelaje …

 

 

Autora: Antonia Villalba

 

 

 

 

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