La Guardia Civil tuvo conocimiento de los hechos a través de un vídeo que circulaba por las redes sociales, en el que se podía ver a un perro de raza mastín desnutrido y con heridas abiertas, profundas y sangrantes en el cuello. A partir de ese momento, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Huéscar iniciaron una investigación con el objetivo de localizar el lugar donde se encontraba el animal.
Los agentes del Seprona de la Guardia Civil localizaron el perro en un cortijo del término municipal de Castril. Se desplazaron hasta allí e identificaron al propietario del can, que les reconoció que era suyo, a pesar de que no tenía ningún tipo de documentación del animal. Les confirmó que las heridas se produjeron porque el perro se había pasado varios meses con una cuerda de esparto atada al cuello y a un bloque de hormigón. La cuerda, con el movimiento, le iba rozando en el cuello y provocándole una profunda herida. Al preguntarle al investigado por el animal, pues los agentes no lo vieron en el cortijo, contestó que había sido trasladado a un centro veterinario para curarlo.
Debido a la gravedad de las heridas, el can ha estado ingresado en dicho centro durante tres días. Una vez dado de alta el perro ha quedado depositado en las instalaciones de la protectora de animales USKAR de Huéscar, y a disposición de la Autoridad Judicial.
