Las intoxicaciones accidentales en el gato siempre son menos frecuentes que en otras especies debido fundamentalmente al comportamiento de los felinos.
El número de sustancias que pueden provocar intoxicaciones en los gatos es muy numeroso. Hoy en día existe aún poca información sobre los efectos en los gatos.
Ciertamente el diagnóstico exacto es importante para establecer el tratamiento en un animal intoxicado, ya que una vez conocido éste es relativamente sencillo establecer la terapéutica adecuada con las máximas garantías de éxito. Pero por lo general suele ser difícil establecer el diagnóstico de intoxicación, al menos de una intoxicación concreta.
Cuando observe un cuadro clínico caracterizado por trastornos neurológicos, o bien por vómitos y diarrea, y/o alteración respiratoria aguda, se puede sospechar de un envenenamiento, pero siempre con la debida precaución, ya que ninguno de estos síntomas son exclusivos de intoxicaciones y pueden ser consecuencia de otro tipo de alteraciones.
En resumen podemos decir que sólo debemos diagnosticar una intoxicación desde el punto de vista de la exploración clínica, después de considerar todos y cada uno de los posibles agentes etiológicos de la enfermedad.
El tratamiento de las intoxicaciones o de los accidentes que pueden producir intoxicación en los gatos, debe comenzar con un tratamiento «higiénico» tan pronto como sea posible, incluso iniciado por el dueño desde el momento en que se comunique con el VETERINARIO hasta que el mismo comience a trabajar con el gato (por ejemplo en los casos que inicialmente se contacta por teléfono). La actuación terapéutica será diferente según el animal sea asintomático, o presente síntomas. En este segundo caso después de evaluar al paciente se aplicará un tratamiento para estabilizar al enfermo, incluso antes de haber finalizado totalmente la exploración y de recibir la información de los análisis requeridos, y por tanto antes de emitir el diagnóstico. En los casos asintomáticos, y en los sintomáticos una vez estabilizados, se procederá a realizar el tratamiento descontaminante, además del tratamiento específico con antídotos, cuando se conozca el agente causal de la intoxicación y se disponga del antídoto.
Si el animal presenta síntomas de excitación del sistema nervioso central, el propietario debe tener precaución al manejarlo para evitar, tanto que el animal se autolesione, como que lesione a quien lo maneja. Esto puede conseguirse envolviendo el gato en una toalla, manta o algo similar, permitiéndole que mantenga fuera sólo la cabeza. Si el gato tiene el material tóxico contaminando su piel (y/o capa), deberá sujetarse lo suficientemente para impedir la ingestión del tóxico a través del lamido. Si se sospecha que el animal ha ingerido el veneno, también resulta beneficioso administrar un emético para inducir el vómito, por ejemplo una cucharadita de sal de mesa, bicarbonato sódico, o agua oxigenada, ya que frecuentemente se suele disponer de estas sustancias en los domicilios.
Con frecuencia, en los casos de envenenamiento se precisan cuidados intensivos para procurar la supervivencia y recuperación del animal.
El tratamiento en todos los casos, deberá ser recomendado y supervisado por el VETERINARIO
En los casos en que se produzca depresión respiratoria se administrará estimulantes, como el doxapram, si hay cianosis en las mucosas, se aplica oxígeno y ventilación forzada. En casos de depresión más grave y prolongada y/o en los que se bloquea la faringe por mucosidad o restos de vómito, se entubará el animal o, excepcionalmente, se le practicará la traqueotomía, y se aplicará ventilación asistida prolongada con intubación y el empleo de un ventilador mecánico. En casos de depresiones respiratorias menos intensas es beneficioso, y frecuentemente suficiente, suplementar con oxígeno el aire inspirado, hecho que puede realizarse fácilmente colocando el animal en una «tienda de oxígeno» o campana. Es imprescindible igualmente atender el estado del aparato cardiovascular, ya que muchos gatos intoxicados llegan a chocarse a causa de la hipotensión y de la hemoconcentración. Por otra parte será necesario corregir la deshidratación, y los desequilibrios electrolíticos y ácido-básicos. Es también importante vigilar la temperatura del gato intoxicado. Cuando se producen situaciones de hipertermia es preciso considerar si se trata de una ligera hipertermia, que generalmente desaparece con el tratamiento, al corregirse los signos que la provocan (por ejemplo en los casos de convulsiones), o si bien se trata de hipertermia profunda, la cual debe ser directamente tratada, ya que persiste al tratamiento de otros síntomas. Esta hipertermia se corrige mediante fluidoterapia, lavado de los animales con agua tibia, e incluso lavados de estómago y enemas con agua templada, sin que esto ocasione problemas de inducción de hipotermia.
La hipotermia se trata aplicando calor al animal, pero con cuidado, ya que al calentar el animal, sobre todo si presenta síntomas de choque, la dilatación vascular de los capilares cutáneos puede provocar disminución de la presión sanguínea. En los casos en que se produce sobreexcitación del SNC (excitación, agresiones, aumentos de la respuesta ante estímulos externos, temblores musculares, convulsiones, etc.) se puede controlar esta sintomatología mediante la administración de diazepam. En casos de sobreestimulación del SNC por anfetaminas, o en exposiciones a alucinógenos, las pentotiacinas pueden ser sedantes muy eficaces.
Cuando se producen depresiones severas del SNC, a causa de la ingestión de sedantes, narcóticos, anticonvulsionantes y otras toxinas, en los gatos no se deben utilizar estimulantes del SNC,. Estos gatos deben ser desintoxicados y tratados con soporte respiratorio y cardiovascular, así como con el antídoto apropiado.
Si el gato ha sufrido pérdida de sangre y/o de fluidos, será preciso reponerlos. Para eliminar el dolor se administrará un analgésico. Cuando los animales que permanezcan tumbados, será necesario cambiarlos de lado cada 4 horas para tratar de evitar la congestión pulmonar hipostática. Además las zonas corporales sometidas a presión recibirán masajes para evitar la aparición de úlceras por presión. Si aparece diarrea grave, ésta se puede controlar con la administración de una mezcla de carbón activado (que absorberá el tóxico), caolín y agua.
Si el animal es asintomático o si esta estabilizado se deberá realizar el tratamiento descontaminante.
En los casos en que el animal ha sufrido exposición cutánea, limpiar el contaminante lo mejor posible, utilizando guantes y medidas preventivas para evitar intoxicarnos accidentalmente. Cuando el veneno es pulverulento, está indicado cepillar a conciencia el animal y aspirarlo profundamente. Después lavarlo con jabón suave y agua templada. Si el tóxico es líquido utilizar guantes de goma mientras manejamos al enfermo. Si además el contaminante es oleoso, como por ejemplo aceite mineral o alquitrán, podemos utilizar como solvente aceite vegetal caliente para facilitar la eliminación del producto.
Después de lavar al gato tendremos siempre la precaución de secarlo totalmente para evitar que padezca hipotermia.
En el caso de que se hayan expuesto mucosas, como la conjuntiva, se procederá a lavarlas durante 20 ó 30 minutos con agua o solución salina fisiológica.
Cuando se sabe, o se tiene la sospecha fundada, que el animal ha ingerido el tóxico, adoptaremos las medidas oportunas para evitar la absorción del veneno en el tracto gastrointestinal, bien mediante el vaciado de su contenido, bien mediante la absorción y neutralización del tóxico por parte de otro compuesto, o por una combinación de ambas técnicas.
El procedimiento de evacuación gástrica resulta eficaz si se practica antes de las 4 horas posteriores a la ingesta, incrementándose este tiempo, a 12-28 horas, cuando el tóxico posee efectos anticolinérgicos (retrasa el vaciado gástrico), o si el «tóxico» forma una concreción o masa en el estómago (aspirina), ya que en estos casos se retrasa se evacuación gástrica.
Se puede eliminar el contenido gástrico bien mediante eméticos, o mejor por medio de lavados gástricos, única solución por otra parte en los animales que no respondan a la administración de eméticos.
Cuando se decide administrar eméticos hay que considerar cuándo realizó el animal la última comida, y si hace más de dos horas y el animal es asintomático, se le debe administrar una pequeña ración de comida muy jugosa antes de inducir el vómito.
Antes de inducir el vómito es importante adoptar algunas precauciones. Así, no se debe hacer vomitar a un gato que como consecuencia de la intoxicación presente vómitos, ni tampoco si el veneno ingerido es un corrosivo. Tampoco se realizará si muestra síntomas que nos indiquen peligro de neumonías accidentales por aspiración, o si la toxina puede provocar cuadros de excitación, convulsiones, etc., ya que el emético puede contribuir a precipitar los ataques.
Por otra parte el resultado terapéutico de la emesis es muy variable, ya que existen datos de que únicamente se elimina con el vómito el 40-50% de la «química del estómago».
El agua oxigenada al 3% se utiliza como emético por su acción como irritante gástrico, a dosis de 2 ml/kg vía oral, y si el vómito no se produce antes de transcurridos 10 minutos se repite la dosis.
La segunda técnica de evacuación gástrica es el lavado de estómago.
Autor: Juan Rejas López Web: www.unileon.es
Revisado 24 Agosto 2023 – Publicado 12 Dic 2017