Cuatro virus endémicos de las tortugas de Galápagos descritos por primera vez

Tortugas gigantes

Los resultados proponen que, a la hora de mover individuos de una isla a otra, se deben intensificar los análisis de agentes infecciosos para evitar introducir virus en lugares donde no han existido previamente

Un equipo de investigación en el que participa la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Fundación Charles Darwin (Ecuador) y el Instituto de Medicina de la Conservación del Zoológico de Saint Louis (Estados Unidos) ha descrito por primera vez cuatro tipos de virus en cinco especies de tortugas terrestres de Galápagos.

En concreto, los investigadores han detectado dos adenovirus y dos herpesvirus que en determinadas circunstancias como el estrés por transporte o la cautividad podrían causar enfermedades a estos animales en peligro de extinción.

“Las cuatro secuencias detectadas no habían sido descritas antes, lo que hace suponer que se trata de cuatro virus «endémicos» de las tortugas de Galápagos que han evolucionado a lo largo del tiempo con estas especies”, indica Ainhoa Nieto, investigadora de la Fundación Charles Darwin y estudiante de doctorado de la UCM.

El estudio se ha llevado a cabo entre 2017 y 2020, cuando se recolectaron muestras orales, oculares y cloacales de 454 tortugas de las islas Santa Cruz, Española e Isabela. Al igual que con el diagnóstico de COVID-19, se empleó la técnica de PCR para la detección de adenovirus, herpesvirus, ranavirus y microplasmas.

 

Tortuga

 

Estos resultados sugieren que no todas las especies de tortuga gigante son portadoras de estos virus como pudo observarse, por ejemplo, en la isla Española, donde no se ha detectado ninguna de las cuatro enfermedades.

“Esto implica que los proyectos de cría y restauración de tortugas que se llevan a cabo en Galápagos deben ser cuidadosos a la hora de mover diferentes individuos y especies de una isla a otra, y estos traslados deben incluir una evaluación previa del estado de salud de los animales y un análisis de estos agentes infecciosos, para evitar introducir un virus en una isla donde no ha existido previamente”, recomienda Nieto.

El siguiente paso en la investigación es ampliar los análisis a otras especies de tortugas gigantes, así como ya se ha comenzado a trabajar con muestras de otros reptiles que conviven con ellas, como las iguanas, que también podrían verse afectadas por estos agentes infecciosos.

Además de la UCM y la FCD, en el trabajo también participan el Instituto de Medicina de la Conservación del Zoológico de Saint Louis (ICM), el Centro de Investigación en Sanidad Animal (INIA-CISA) y la Universidad Europea de Madrid (UEM).

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