¿De verdad sabe Vd. cuando su perro está enfermo?
Numerosas veces nuestro animal de compañía puede manifestar cambios de comportamiento indicativos de que sufre alguna patología, que su propietario es el único que puede detectar, y será de vital importancia que los comunique al veterinario cuando llegue a la consulta.
Detectar que nuestro perro está enfermo
Así, si cuando llegamos a casa, no nos recibe como de costumbre, o no se comporta como siempre cuando le invitamos a salir a la calle a su paseo diario, puede estar padeciendo o incubando alguna enfermedad. Si no tiene apetito como de costumbre es frecuente que esté padeciendo su gastritis periódica (la suelen padecer cada 1-2 semanas, sobre todo si se alimentan con restos de comida casera, debido a cambios bruscos en su pH o acidez gástrica: bastará con dejarle en ayunas 24 horas para que al día siguiente esté como siempre). Lo mismo puede indicar un excesivo movimiento de la lengua o una excesiva salivación cuando no está comiendo: está manifestando náuseas. El que ingiera hierbas frecuentemente nos indica que algo funciona mal en su estómago. Si la sed es excesiva también estará indicando que tiene problemas gastro-intestinales o urinarios. Un rascado excesivo en la zona anal puede indicar una alteración en las glándulas anales o una parasitosis por lombrices intestinales. Un movimiento frecuente de cabeza hacia ambos lados nos indicará que sufre una otitis externa. Un rascado excesivo de su piel nos puede indicar la presencia de pulgas, sobre todo si este rascado es en el tercio posterior.
Además de estos cambios de comportamiento, nos debemos fijar en sus deyecciones: en cuanto a la orina, nos fijaremos en su frecuencia, cantidad, color y olor, y en cuanto a sus heces nos dará mucha información el fijarnos en su solidez, color y frecuencia. En cuanto a sus datos sexuales, nos fijaremos en si los celos de nuestra hembra son periódicos, cada 6 meses, y si la hemorragia es más o menos abundante en este celo, anotando cualquier cambio. Será importante observar también los signos respiratorios como la tos, observando si aparece en el esfuerzo o en reposo, por la noche o durante el día.
Hay que decir que determinadas razas están más predispuestas que otras a padecer ciertas enfermedades (por ejemplo: el setter o el galgo con el virus del moquillo, el rottweiler con la parvovirosis, el west highland terrier con obstrucción del cardias, el shar-pei con el entropión, el teckel con problemas de columna vertebral, el golden retriever con patología intestinal, el chow-chow con dermatitis húmedas, el boxer con tumores cutáneos, el pekinés con prolapso ocular, el yorkshire con patología del hígado o con problemas en el cambio de dientes, el pastor alemán con displasia de cadera, el doberman con problemas en columna cervical, el dogo de Burdeos con la sarna demodécica, el caniche con patología cardíaca, el collie con problemas oculares, el bull-dog con problemas respiratorios, y un largo etcétera), y que la edad también es otro condicionante a padecer unas determinadas patologías (por ejemplo, a partir de un año de edad es casi imposible que pueda padecer parvovirosis, a partir de los 7 años es muy frecuente que se instaure una cardiopatía, artrosis, cataratas, etc.., y a partir de los 10 años es bastante frecuente la aparición de tumores mamarios, cutáneos, esplénicos, etc..).
Debido a que nuestro perro no habla, será su propietario, o mejor, la persona que mejor conozca sus costumbres o que pasa más tiempo con él, el que actúe como su portavoz en caso de acudir a la consulta del veterinario, manifestando estos datos que hemos detallado de la forma más exhaustiva posible, constituyendo un 30% del acertado diagnóstico del veterinario.
Como resumen de los datos que el propietario del animal debe suministrar al veterinario cuando su animal de compañía se pone enfermo (que constituyen la denominada anamnesis médica) se puede realizar el siguiente esquema:
- Origen: ¿donde lo obtuvo: tienda, particular, encontrado?
- Hábitat y cuidados: ¿donde está normalmente, en ciudad o en campo?; ¿qué persona de la familia lo conoce mejor?; ¿que alimentación toma regularmente?; ¿cada cuanto lo baña?; ¿ qué champú utiliza?; ¿tiene otros animales?; ¿de qué especie?; ¿han estado enfermos?; ¿dónde pasea normalmente?; ¿quién lo pasea? ¿cuantas veces al día?
- Estado sanitario: ¿está correctamente vacunado?; ¿contra qué enfermedades?; ¿está correctamente desparasitado internamente?; ¿con qué fármaco?; ¿está correctamente desparasitado externamente?; ¿con qué fármaco?; ¿cuando fue última vez que lo vió un veterinario?; ¿que pruebas le hizo?; ¿cuando fue la última vez que se le hizo un análisis de sangre?; ¿ha tenido alguna intervención quirúrgica?; ¿ha estado enfermo otras veces?; ¿qué medicamentos ha tomado?;
- Enfermedad actual: ¿qué le pasa?; ¿desde cuando?; ¿a qué lo atribuye?
- Cambios detectados: ¿qué cambios ha notado en su comportamiento?; ¿desde cuando?; ¿come con ganas?; ¿vomita?; ¿bebe más de lo normal?; ¿que cuánto le dura?; ¿partos?. Machos: ¿alguna vez ha tenido relaciones sexuales?; ¿se masturba?; ¿se fatiga?; ¿tose?; ¿jadea?; ¿se rasca?; ¿se lame las patas?; ¿arrastra el trasero frecuentemente?.
Si Vd. fuera capaz de contestar a estas preguntas cuando su animal de compañía enfermase, sería de una gran ayuda para el diagnóstico del veterinario. ¡¡ no lo dude ¡¡
Estos consejos son del Centro Veterinario JG y no tienen por qué coincidir necesariamente con los de otros profesionales.