Crianza de las aves

Sin duda alguna, para cualquier aficionado a las aves, la cría representa uno de los momentos más emotivos en el cuidado de nuestros pájaros. Es apasionante ver cómo crecen los pollos desde que nacen hasta que echan a volar.

El hecho de que los pájaros críen es una buena señal, nos indica que se encuentran cómodos y seguros en el ambiente que hemos creado para ellos.

Todo buen criador debe proporcionar a sus pájaros criadores unos meses de descanso, para que se recuperen de la fatigosa tarea de sacar adelante una nidada tras otra. Quien no haga esto, se encontrará al cabo de un par de años con pájaros cansados que le sacarán pollos muy pequeños y débiles. Además las hembras serán más susceptibles de tener dificultades en la puesta.

La forma más rápida para empezar a criar es comenzar con unos cuantos ejemplares de la especie deseada. Los pájaros se emparejarán y elegirán al individuo que crean mejor para ellos. El hecho de tener varios individuos de la misma especie es sobre todo importante con los psitácidos si se quiere tener éxito en la cría. Los psitácidos escogen la mayoría de las veces a una pareja a la que son fieles. Un ejemplo: Si introducimos una hembra y un macho de periquito en una misma jaula y no se acaban de gustar el uno al otro será difícil que saquemos algún pollo. En cambio este problema se soluciona si los pájaros pueden elegir a su pareja entre varios ejemplares.

Para proceder a la compra de los individuos criadores, intentaremos comprar igual número de machos que de hembras. Y aquí llega el gran problema que se nos plantea (sobre todo con aves de la familia de los loros y las cotorras) ¿cómo averiguar si el pájaro que vemos es macho o hembra?. Para la mayoría de los exóticos el problema se resuelve fijándonos en su plumaje, pues el macho suele diferenciarse de la hembra por tener el primero un plumaje más vistoso.

Con otros pájaros se puede hacer el sexaje mediante los huesos de la pelvis del ave. Si el pájaro es una hembra tendrá los huesos de la pelvis un poco separados, mientras que si el animal es un macho tendrá los huesos de la pelvis muy juntos, casi tocándose el uno con el otro. Para este sexaje hay que tener un poco de experiencia y paciencia. Hay que tocar a los pájaros con la yema del dedo un poco por encima de la cloaca. Este método funciona para sexar por ejemplo a periquitos jóvenes (que una vez que han salido del nido no tienen la cera del pico coloreada) , a agapornis, etc. En los agapornis la diferencia es muy escasa, pero al final se acaba notando.

Otro truco para saber si los periquitos son machos o hembras es ver cuánto pican y cuan confiados son. Si a un periquito no lo hemos adiestrado, se mostrarán mucho más confiados los machos. Además, cuando cojamos a un periquito, si nos pica y se nos queda literalmente «colgando» del dedo cuando nos está picando entonces es que estamos ante una hembra. Los machos rara vez hacen daño cuando pican y además si los dejas ir se van enseguida y no se ensañan con el criador como lo hacen las hembras de periquito.

Una vez formadas las parejas se retirarán los ejemplares que no se hayan emparejado y se pondrán a disposición de los pájaros los nidos. En un plazo de unos 20-30 días (para las especies más fáciles de criar) deberían estar haciendo la puesta.

Puede ocurrir que los huevos de una puesta no estén fecundados. Los huevos no fecundados se diferencian de los demás porque a mitad del plazo de incubación siguen estando de color blanco. Los huevos fecundados, sin embargo, cuando llevan un tiempo de incubación (un mínimo de 7-8 días para las especies que tengan más corto el tiempo de nacimiento de los pollos) se tornan oscuros y opacos. Se pueden verificar los huevos de las puestas para que si nos percatamos de que una nidada no está fecundada retirarla de sus padres, con el fin de que éstos comiencen una nueva puesta lo antes posible. Para ver si los huevos están o no fecundados se pueden mirar a través de un haz de luz (por ejemplo el de una linterna, aunque también es posible verlos a través de la luz del sol). Este método sólo es válido para pájaros que pongan huevos de color blanquecino y con una cáscara no muy gruesa, pues si no se dan estas características no podremos ver el interior del huevo.

Si los pájaros están criando por primera vez, se evitará molestarlos en exceso, ya que podrían abandonar la nidada.

Durante la crianza de los pollos habrá que proporcionarles a los padres alimento variado y de buena calidad, pues sólo así se conseguirán unas crías fuertes y sanas.

 

 

Soluciones a algunos problemas durante la incubación

Cuando los progenitores adquieran la mala costumbre de romper los huevos de la puesta podéis probar a ponerles huevos falsos. Para los pequeños exóticos y periquitos se les pueden poner huevos de plástico de los que se utilizan para los canarios. Para las gallináceas yo he utilizado con éxito huevos hechos con cemento. Así, en un par de semanas normalmente se les quita el vicio. Durante este tiempo hay que quitarles rápidamente los huevos que ellos pongan porque si no seguirán picándolos.

!OJO! A veces los progenitores se comen los huevos, bien porque saben que no estaban fecundados, bien porque no se sienten seguros en el nido. En el primer caso habrá que esperar a ver qué hacen en las siguientes puestas para ver si es un hecho aislado o si el comportamiento es habitual. En el segundo caso habrá que proporcionarles más tranquilidad y seguridad.

 

Revisado 31 Agosto 2023  – Publicado 20 Jun 2014

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