Artículo de opinión sobre el papel de la caza y nuestros antepasados

Interestellar veterinario

Ayer me quedé viendo la reposición en televisión de la película “Interestellar” ambientada en un mundo distópico (palabro de mucha actualidad), donde la Humanidad para sobrevivir sale de la Tierra, con unos pocos astronautas, en busca de un nuevo planeta para vivir. Las cosas no salen como se pensaron y el protagonista termina viendo su propio pasado en un teseracto de 5 dimensiones, ayudando a su hija a descifrar la clave de la singularidad espacio temporal por la que se puede escapar de la Tierra y es rescatado y llevado a una colonia humana próxima a Saturno. Luego parte hacia otro planeta, donde otra astronauta está empezando a construir una colonia para que a habiten futuros humanos. Conmovedora.

La Tierra estaba padeciendo una hambruna, solo se ven campos de maíz cultivándose con poco éxito en una tierra agotada de recursos pero con gente resistente que se niega a inclinarse ante la desesperación.

Miremos al pasado de la Humanidad

Hace poco, científicos, han determinado que los Homo neanderthalensis eran carnívoros estrictos con una nueva técnica de isótopos de cinc que facilitará la distinción entre estos y los omnívoros. Estudios anteriores llevaron a decir en 2011 a Eduald Carbonell, prestigioso científico codirector del proyecto Atapuerca, que “el género Homo es omnívoro y, excepto en casos extremos, solo se nutre de carne”. Bien, la ciencia está para refutarla y la posesión de la verdad no está en nadie sino en la tecnología que permita de una vez garantizarnos la certeza. Hay que decir que el estudio se ha hecho sobre individuos de una determinada zona de Huesca, denominada Cuevas de los Moros, donde se han descubierto los restos del primer aragonés (esto ya es con un sentido patriótico del descubrimiento).

 

Homo neanderthalensis macho adulto – Artista: John Gurche – Fotógrafo: Chip Clark

 

En fin la caza y las batidas de caza eran lo habitual en los Homo de aquellos tiempos porque encontraban suficiente alimento en su entorno y no tuvieron que desplazarse como pasó el día en que ya no fue así y el cultivo de alimentos y la domesticación de animales garantizó la supervivencia del individuo y su prole. Hoy, la caza no sería suficiente para dar de comer a todos los seres humanos de la península ibérica, como nos quieren hacer creer desde las esferas cinegéticas y veterinarias. Los neandertales se extinguieron y en sus últimos momentos pudieron transmitir sus genes a la nueva especie que se quedaría como la única que habitaría la que fue tierra de todos. Entre un 1,8 y un 2,6 % de los genes neandertales forman parte de la composición genética de las personas con ascendencia euroasiática.

Como si un Interestellar fuera, el viaje al pasado es posible con el reconocimiento de la huella genética. De este porcentaje, algunos de los genes estudiados influyen en la calidad y el tipo de sueño, en el humor, en la tendencia al aislamiento y en la susceptibilidad a la infección por covid-19. El escaso número de individuos y la reproducción entre ellos, que limitaba la variabilidad genética, pueden haber preparado a la especie para la extinción, indica un estudio de la Universidad tecnológica de Eindhoven.

Hoy, tanto la Declaración de Cambridge sobre la conciencia de 2012, como la Declaración de Montreal sobre la explotación de los animales de 2022, nos dicen cuáles son los intereses actuales de esta sociedad de científicos Homo sapiens donde los veterinarios, como profesión, debemos adaptarnos y ayudar a un futuro menos distópico como el de Interestellar.

Autor: Rafael A. Luna Murillo – Veterinario colegiado 140994 

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