El pasado jueves 8 de mayo, la organización Asia for Animals (AfA), a través de su Coalición contra la Crueldad Animal en Redes Sociales (SMACC), anunció una importante alianza con la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA). El objetivo de esta colaboración es claro: hacer frente a la creciente ola de contenido que muestra crueldad animal en internet, especialmente en plataformas sociales.
Ambas organizaciones han registrado un alto volumen de denuncias relacionadas con este tipo de contenido, lo que evidencia la urgencia de actuar para proteger a los animales y educar tanto al público general como a los profesionales veterinarios.
Un problema que va más allá del maltrato físico evidente
En las redes sociales se puede encontrar una gran variedad de contenidos que representan distintas formas de crueldad animal. Esto incluye desde casos extremos de abuso físico hasta videos que, aunque parezcan inocentes, implican maltrato. Por ejemplo, animales obligados a vestir disfraces o a realizar trucos para el entretenimiento de los usuarios.
Aunque los animales domésticos como perros y gatos son los más afectados, otras especies también son víctimas: aves, primates, reptiles y más.
¿Qué podemos hacer como usuarios?
Desde SMACC y WSAVA advierten que, aunque compartir estos contenidos con intención de denuncia pueda parecer positivo, en realidad puede resultar contraproducente. Cada reproducción, comentario o reacción —incluso si es negativa— ayuda a que el algoritmo de la plataforma impulse ese contenido, dándole más visibilidad.
Por eso, invitan a los usuarios a seguir estos cinco pasos esenciales:
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Informarse: Aprender a reconocer todas las formas de crueldad animal, incluso aquellas disfrazadas de entretenimiento.
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No ver ni interactuar: Evitar reproducir, comentar o reaccionar ante estos videos.
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No compartir: Difundir el contenido, aunque sea con buena intención, solo contribuye a su popularización.
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Reportar el contenido: Utilizar las herramientas de denuncia que ofrecen las plataformas para marcarlo como inapropiado.
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Ser constantes: Aunque la eliminación del contenido pueda tardar, las denuncias repetidas son clave para que las plataformas actúen.
La responsabilidad está en nuestras manos
“Como usuarios de redes sociales, tenemos el poder de influir en lo que circula en internet”, destacan desde SMACC. “Denunciar y negarse a interactuar con este tipo de publicaciones son acciones concretas que marcan la diferencia. Al hacerlo, ayudamos a proteger a los animales y a reducir la difusión de su sufrimiento”.
Este llamado a la acción recuerda que la crueldad animal no solo ocurre en lugares físicos, sino también en los entornos digitales. Y cada persona, desde su dispositivo, puede ser parte del cambio.